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COMIDA RÁPIDA, COMIDA BASURA EL VERDADERO PROBLEMA

El término “fast food”, palabra inglesa que indica comida rápida, engloba un gran número de conceptos que van desde los platos precocinados hasta las hamburguesas, pizzas, franckfurts, crepes, yoghurt helado o comida china, o mejicana dispensados en establecimientos que en muchas ocasiones se rigen por el modelo de la franquicia. En la actualidad, las cadenas de restaurantes que ofrecen comidas rápidas se están esparciendo por todo el mundo, incluyendo los países del tercer mundo.

cerebral, cáncer de mama y de colon, Alzeihmer y deterioro cognitivo, depresión,… frente a la dieta “fast food” nuestro modelo alimentario-mediterráneo-canario-tradicional reduce la depresión. Resulta que el Happy Meal a partir de ahora es la Dieta Mediterránea, no la fast-food. Y por tanto, ¿Qué más podemos pedir señores y señoras? Pues eso que hagamos felices a nuestros hijos y a nuestras familias con Dieta Mediterránea. No con dieta grasas animales, grasas trans y azúcar. La comida basura es una expresión coloquial para comidas de bajo valor nutritivo. Cada uno tiene su idea de comida basura. Traducido literalmente del inglés junk food, el término de comida basura hace referencia a los alimentos con alto contenido de grasa, azúcares añadidos, aditivos alimentarios o grasas saturadas que tienen un alto aporte calórico pero un pobre aporte nutricional. Los principales

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Mientras que una dieta equilibrada nos puede aportar 1500 o 2000 calorías al día, la comida rápida lo puede hacer en una sola comida.

En los jóvenes la comida rápida o basura, aparte de sobrepeso y obesidad, 1. Aumenta el riesgo de padecer depresión, 2. Provoca fatiga, 3. Trastornos digestivos, 4. Aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, 5. Trastornos renales, 6. Daños hepáticos, 7. Mayor riesgo de diabetes tipo 2 y 8. Enferme- dades respiratorias y asma

A veces también es un tema de los modelos alimentarios que hemos utilizado; yo siempre menciono el modelo fastfood made in Spain “Plato combinado”, o el clásico americano, que el turismo de masas nos ha vehiculizado, erosionando en cierto modo nuestra cultura mediterránea tradicional. Es muy difícil comer tradicional en nuestros grandes territorios turísticos; de alguna forma estamos perdiendo una ocasión muy importante, única, de difundir nuestra Dieta Canaria como modelo cultural y como modelo alimentario excelente para Salud Pública a los turistas que nos visitan. Sin duda, esto se puede utilizar incluso como motor para la reactivación del sector primario, la alimentación de proximidad respetando las tradiciones y las estaciones que suelen venir juntas. Pues esto es un reto y una oportunidad también para el sector económico, para el turismo y para el medio rural defender nuestro modelo alimentario frente al fast-food y la comida basura.

Y para cerrar el refrán de hoy: El pan ajeno hace al hijo bueno. 

Lluís Serra Majem