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Madre solo hay una

Altagracia Guzmán Hernández, Leónidas Trinidad Merejo y Segunda Valdez Rojas tienen muchas cosas en común, además de ser madres, abuelas y amas de casa, a las tres les pusieron apodos por las que son conocidas entre sus familiares y los sectores donde les ha tocado vivir

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Mujeres decentes, honestas, trabajadoras de sol sol, que tuvieron la visión de formar hogares sólidos, donde fueron procreados hijos e hijas con la visión de hacer mejor la sociedad que les ha tocado vivir; mujeres que merecen ser rebautizadas como “Super Madres Cotuisanas”

A Doña Altagracia Guzmán la conocen en el sector San Martin y en San José de conuco Salcedo (de donde es oriunda) como Nía, pero no queremos presentarlas por sus nombres de pila o sus apodos, sino por sus condiciones de madres distinguidas, honradas y reconocidas por todos .

Nia (Altagracia Guzmán), es madre de ocho hijos, procreados en casi 60 años de matrimonio con Ulises Pichardo (Metralla), que responden a los nombres de Tony, Minerva, Milciades (nuestro director general) Juan, Roberto, Francis, Yordani y Mayelin.

Sus hijos le han dado la dicha de convertirse en abuela en más de 15 ocasiones, y según ella misma afirma “La familia seguirá creciendo para siempre”.

Leónidas Trinidad Merejo

Esta distinguida dama en vez de un apodo tiene dos, es conocida como Doña Leo y también le llaman Doña Nila, muchos la recuerdan como la señora esposa del reconocido locutor Miguel Reynoso (El Neky, ya Fallecido) por más de 35 años ininterrumpidos fue empleada en una reconocida entidad bancaria de Cotuí.

Trinidad Merejo es la madre de Rossy, Gavesky, Miguel Reynoso Merejo, quienes le han dado la dicha de ser abuela seis veces y es definida como Una madre ejemplar, trabajadora, abnegada, humilde y honesta.

Hijo pide perdón a su madre.

Querida Madre, Te escribo esta carta para disculparme por mi comportamiento y pedirte perdón. Sé que no he sido el mejor hijo y que te he causado dolor y desilusión.

Realmente lamento mis acciones, y espero que puedas encontrar en tu corazón el perdón.

Entiendo que te he lastimado profundamente, y lamento cada palabra y acción que te haya causado dolor. Sé que no puedo deshacer lo que he hecho, pero prometo hacerlo mejor en el futuro. Trabajaré duro para mejorar y hacer que estés orgullosa de mí.

Siempre has estado ahí para mí, apoyándome y amándome incondicionalmente. No puedo expresar lo agradecido que estoy por todo lo que has hecho por mí. Siempre has sido mi roca, y soy muy afortunado de tenerte como mi madre.

Sé que tengo mucho trabajo por hacer, para recuperar tu confianza y reparar nuestra relación, pero estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario para hacer las cosas bien. Espero que puedas encontrar lo necesario en tu corazón para perdonarme y darme otra oportunidad.

Gracias por tomarte el tiempo de leer esta carta. Te amo más de lo que las palabras pueden expresar.

Atentamente,

Juan Joaquín Márquez García

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