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Nuevos autores

Nuevos autores en Chicago

Catalina Rodríguez y Luis Tubens

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“Possession” (fragmentos). Rebecca Wolfram

Los pináculos de los rascacielos abren grandes agujeros en la bolsa de globos de goma del cielo ...

Frank Marshal Davis

En Chicago, la literatura marcha al ritmo de la poesía, el cuento y la novela; en la oscilación de las palabras que desembocan de los distintos géneros, abrimos en contratiempo unas páginas para esta generación de nuevas voces en la ciudad. En la búsqueda de una palabra que pueda significar y que pueda acoger a esta generación de nuevos escritores pensamos en distintos términos; por ejemplo, el diccionario define la palabra “novel” a lo que proviene de la inexperiencia, es por eso que al preparar esta entrega de autores más bien nuevos en Chicago repensamos lo que las palabras novel, nuevo y joven puedan tramitar en nuestras orejas y el entendimiento. En esta entrega de voces nuevas les presentamos unos poemas de Catalina Rodríguez y Luis Tubens.

Ñ49

“Borrowed. That’s how I’ve had my men. Just the cream skimmed off the top.”

Sandra Cisneros

En la biblioteca hay un libro con un número de cota perfecto, dice B4610 arriba.

Y lo sacas prestado, no hay pretensión de pertenencia. Te lo llevas a la casa por tres meses y lo pones a llenar el librero de madera que se cae a pedazos.

Te lo dieron en el otoño y te lo quedaste, expirado, en el invierno. Trataste de regresarlo en la primavera.

Lo llevaste en la canasta de la bicicleta y cogiste la curva tan rápido que salió volando y aterrizó, con las páginas abiertas, en el pavimento. A decir verdad, lo habían prestado contra su voluntad. Era un libro de reserva, especial, una buena edición, al final tenía un facsímil. Lo abriste al azar, tomaste un par de páginas con los dedos, las páginas que te cabían en la mano, y las arrancaste. Luego, con las tijeras de la cocina, cortaste los rastros de las páginas perdidas y limaste los pedazos que persistían encuadernados.

El libro volvió al tercer piso de la biblioteca sin que nadie echara en falta el pedazo que guardaste.

Quieren que la nena suene uniforme escueta y nítida casi transparente pero el cuerpo se le agota.

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La nena

La nena no quiere ser nena pero se para en el umbral de la puerta y no se atreve a salir.

La nena no quiere ser nena pero se pega al parlante de la grabadora para vibrar de miedo con las historias de otros.

La nena no quiere ser nena pero cierra los ojos y la oscuridad es suficiente para que se sienta sola.

Tiembla cuando habla cuando lee, cuando la miran todos al tiempo.

Anenada. Descarnados los dientes. Su voz es una pose.

Quieren que la nena suene uniforme escueta y nítida casi transparente pero el cuerpo se le agota.

Mordida

Es otra vez otoño me alcanzó mi propia carrera.

Se acumulan colchones bufandas y noches en vela.

Cuando se cierre el ciclo van a quedar mis dientes rebeldes marcados en el icopor del vaso, voy a volver a caminar por Gleenwood voy a dormir con la sombra de mi lámpara contra el piso voy a dejar de hablar de ti.

Catalina Rodríguez Bogotá, Colombia, es estudiante del doctorado en Literatura Latinoamericana en la Universidad de Northwestern, donde hace una investigación que cuestiona la forma en que la “escritura femenina” tiene una influencia directa en la construcción de ideales prescriptivos de comportamiento para las mujeres en el siglo XIX. Vive en Chicago desde hace cuatro años.

Untitled

De un cuartito pequeño en el piso 20 en un apartamento en el Bronx, New York se oye la salsa gritando afuera de la ventana hasta que se escucha en la calle

En Miami la rumba se toca en una playa a 90 millas de Cuba

Y en L.A. la cumbia corre por las calles como los lowriders, con cada coro brinca el carro creando cultura como cosiendo un edredón de agua y resistencia de fuerza y asimilación de oro y sangre Latinos viviendo en dos mundos pero siempre un inquilino nunca un dueño la propiedad es de América la compró con enfermedades y muerte el contrato del depa termina si conoces tus raíces las maestras cambian tu nombre quitan el acento Luis es Louis, José es Joe, María es Maria, Rojo is Red Y ahora tú respondes a los dos ser latino en the United States es es hablar en español y english spanglish- bilinguish man una pelea constante con la lengua mezclando los idiomas como What up Bro! ¿Qué es lo que hay? o: “let me get 2 tacos de asada, I’m gonna hit you with my chancleta, I’m Puerto Rican pa que tú lo sepas” You like hip hop? ¡Simón! Where you from? México Bro

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We declare our dominion (fragmentos). Rebecca Wolfram

La pregunta “¿De Dónde eres?” tiene varias repuestas dependiendo de quién está preguntando Soy del hood Logan Square Soy de la city de Chicago Soy del pueblo de Ponce Soy del país de Puerto Rico Soy de la tierra Soy del sol Soy del esfuerzo y las lágrimas de mis abuelos El sudor y el dolor que sufrieron viajando y trabajando para que los hijos también puedan cambiar de nombre spics y wetbacks los cambian a nuyoricans y chicanos

Ser latino en los EE.UU. es saber que en cualquier momento tus padres están en peligro la migra viene por ellos los arrancan de la casa como un lobo sacando el cuello de su víctima los llaman ilegales hijos llorando por su mamá sin saber si la van a ver jamás El único crimen es vivir Ser Latino es saber que tu país es una colonia toda la isla un gran hotel para turistas mientras no tienen voz en el futuro de su propia tierra

Ser Latino es siempre luchar siempre defender tu identidad tu familia tu idioma es levantar tu bandera aunque la tierra esté lejos pero la sangre sigue llamando

Luis Tubens es autor de Stone Eagle publicado por Bobbin Lace Press, Chicago (2017). Ha presentado su poesía en varias ciudades dentro los Estados Unidos y México. En la Ciudad de México presentó su trabajo en el aclamado show Sócrates MX. y en la Feria nacional del libro de León, Gto. (2018). Actualmente es el poeta residente de ESSO Funk, nombrada “mejor banda nueva y mejor acto musical internacional” por el Chicago Reader. ILUSTRACIONES: Rebecca Wolfram es la curadora principal del Museo de los Objetos Dejados en la Acera en La Villita. Antes del COVID-19 era pintora, expuso sus obras en varios espacios públicos, cuya historia es antigua y se asocia con Calles y Sueños; primero en Pilsen y luego en México. En estos días el término “Trabajadora cultural” suena más apropiado que Productora de cuadros.