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Un ejército de luz Guillermo Castro Herrera/Prensa Latina

UN EJÉRCITO DE LUZ

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GUILLERMO CASTRO HERRERA, DOCTOR EN ESTUDIOS LATINOAMERICANOS POR LA FACULTAD DE FILOSOFÍAY LETRAS DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO/PRENSA LATINA

Verdaderament~ la revolución de Cuba, corona y garantía de la de nuestra América, hallará a su hora grandes surcos. No se perderá por la tierra. No caerá en el mar. La amará un continente.

La saluda ya el hosanna conmovido de los hombres JoséMa1t; 1892LJJ)

El concepto de Revolución ocupa un importante lugar en el pensamiento político de José Marti. Esto ya es evidente en su juventud, sobre todo a partir de su ingreso a México en 1875, tras cumplir la pena de destierro a España que le había sido imcorrupción como medios de gobierno, considerándola una desviación en el proceso histórico de la independencia. "Porque oligarquía hubo en nuestros países," dijo en 1884, y fue ella la que alentó y dirigió nuestra revolución de independencia; pero no para su provecho, sino para el público; y no para tener en cepo y grillos el alma luminosa, sino para imprimir con Nariño los "derechos del hombre". ÁíY ahora está aconteciendo que los hijos de aquellos próceres gloriosos no hallan otra manera de honrarlos más que la de ingerir de nuevo en su patria los serviles respetos y vergonzosas doctrinas que echaron abajo, acompañadas de sus cabezas, sus progenitores! [3]"

De allí, también,

puesta por las autoridades coloniales de ese país en Cuba, debido a su temprana participación en la lucha por la independencia de su país. La fecha tiene su

La política científica no consiste en aplicar a un pueblo, siquiera sea con buena voluntad, instituciones nacidas de otros antecedentes y naturaleza

que planteara que en nuestra América aún era necesana una revolución: "la que no haga Presidente a su caudillo, la revolución contra to-

importancia. Nuestra América empezaba a emerger de las guerras civiles que siguieron a sus revoluciones liberales de independencia, que desembocaban en la creación de Estados que se reconocían como liberales y tenían un claro carácter oligárquico. [2]

Entre 1876 y 1881, Martí-ya por entonces un joven intelectual y político liberal-conoció de cerca los resultados de esa creación en México, con la llegada al poder de Porfirio Díaz, y en Guatemala y Venezuela, con las dictaduras de Justo Rufino Barrios y Antonio Guzmán Blanco, conocido como el Autócrata Ilustrado. Esas experiencias llevaron a Marti a repudiar la organización oligárquica del estado liberal, y el uso de la represión política y la das las revoluciones: el levantamiento de todos los hombres pacíficos, una vez soldados, para que ni ellos ni nadie vuelvan a verlo [¿serlo?] jamás." [ 4] Para la época, el término revolución designaba simplemente la captura del poder mediante el uso de la fuerza. En el caso de Cuba, cuya lucha por la independencia ingresaba en una etapa de agotamiento político que se prolongaría hasta fines de la década de 1880, el término tenía sin embargo una complejidad de otro orden, que obligaba a entender que lo necesarío no era "sólo la revolución de la cólera", sino "la revolución de la reflexión." Se trataba, decía Marti, de "la conversión prudente a un objeto útil y honroso, de elementos inextinguibles, inquietos y activos que, de ser desatendidos, nos lle-

varían de seguro a grave desasosiego permanente, y a soluciones cuajadas de amenazas." [5]

A mediados de la década de 1880, esa reflexión ya requeria entender que la lucha por la independencia debía incluir la tarea de evitar una deriva liberal oligárquica en la formación de la nueva república. Los medios para esa tarea no existían aún, y debían ser creados. Ese problema subyace tras el conflicto entre Martí y los caudillos militares de la primera guerra de independencia, que éste encaró mediante una carta en la que planteaba al general Máximo Gómez ... cuando en los trabajos preparativos de una revolución más delicada y compleja que otra alguna, no se muestra el deseo sincero de conocer y conciliar todas las labores, voluntades y elementos que han de hacer posible la lucha armada, mera forma del espíritu de independencia, sino la intención [ ... ] de hacer servir todos los recursos de fe y de guerra que levante el espíritu a los propósitos cautelosos y personales de los jefes justamente afamados que se presentan a capitanear la guerra, ¿qué garantías puede haber de que las libertades públicas, único objeto digno de lanzar un país a la lucha, sean mejor respetadas mañana?" [6]

A partir de allí, la reflexión sobre el problema gana en riqueza y complejidad, y lo lleva a plantear desde su propia formación y experiencia que la revolución "no es más, en la ciencia política verdadera, que una forma de la evolución, indispensable a veces, por la desemejanza u oposición de los factores que se desenvuelven en común, para que el desenvolvimiento se consuma". [7]

Esa misma línea de pensamiento lo llevaría a decir, tres años después, que "la política científica" no consistía "en aplicar a un pueblo, siquiera sea con buena voluntad, instituciones nacidas de otros antecedentes y naturaleza, y desacreditadas por ineficaces donde parecían más salvadoras; sino en dirigir hacia lo posible el país con sus elementos reales." [8]

Así, para fines de la década de 1880 Marti asumió que d problema fundamental de la revolución liberal democrática consistía en hacer dd propio pueblo d protagonista tanto de la conquista de la independencia como de la construcción de la república que surgiera de ella. En esa perspectiva, además, comprendió que la herrarrúenta adecuacla para ese propósí Lo era la orgarúzación dd propio pueblo en un partido político, entendido a partir del hecho de que "no es la política más, o no ha de ser;" que el arle de guiar; con sacrificio propio, los factores diversos u opuestos de un país de modo que, sin indebido favor a la impaciencia de los unos rú negación culpable de la necesiclad dd orden en la.~ socieclades f---1 vivan sin choque, y en libertad de a.~p:irar o de resistir; en la paz continua dd derecho reconocido, los dementos varios que en la patria tienen título igual a la representación y a la feliciclad. f 91

A esa tarea procedió Martí, con una disciplina cuyo rigor estaba

fil "En New York". Patria, 7 de julio de 1892. Obras Completa.~. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana, 197:->. \~ 7:>. [21 Al respecto, por ejemplo, Guerra, Frarn:pis Xavier (2000): Moderniclad e :independencias: Ensayos sobre las revoluciones lúspán:icas. '.-3'\ª ed. Fondo de Cultura Económica, :MAPFRE. Colección HISTORlA f'.-31 "Guerra literaria en Colombia", La América, Nueva York, julio de 1884. Obras Completas. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana, 197:i v1I, 412-41'.-3. f 4l"Alea.Jacta Est", El Federalista. :México, diciembre 7 de 1876. Obras Completas. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana, 197 S. v1, 360. r:->l "Lectura en la reunión de errúgrados cubanos, en Steck Hall, Nueva York. 24 de enero de 1880." Obras Completas. Editorial de Ciencia.~ Sociales. La Habana, 197 :i IV, 192. [fil '~\l General :Máximo Gómez". Nev.-York, 20 de octubre de 1884.

sosterúdo por un pensamiento daro y preciso. Para 1892 naóa d Partido Revolucionario Cubano, concebido y construido como una orgatúzación capaz de

Como un ejército de luz, definió Martí al partido creado para liberar a Cuba y Puerto Obras Editorial Sociales. Completas. de Ciencia.~ La Habana, Rico y prevenir el expansionismo estadu- 197:i I, 177-178. nidense ya en marcha f71 "Discurso en conmemoración dd 1 O de octubre de l 8fi8, en asumir "responsabilidades sumas en los :instantes Masorúc Temple, Nueva York. 10 de octubre de de descomposición dd país," nac:icla dd emp½ie 1887." Obras Completas. Editorial de Ciencia.~ de un pueblo aleccionado, que por d rrúsmo Par- Sociales. La Habana, 197:i Iv: 242. tido prodama, antes de la república, su redención de los vicios que afean al nacer la vida republicana. Nació uno, de Loclas parles a la vez. Y erraría, de fuera o de adentro, quien lo creyese f'xtinguible o ddeznable. Lo que un grupo ambiciona, cae. El Partido Revolucionario Cubano, es d pueblo cubano. f!0l "Somos un ejército de luz, y nacla prevalecerá contra nosotros" fl l l a.~í ddin:ió Martí al Partido creado para liberar a Cuba y Puerto Rico dd coloniaje espaüol, y prevenir la f'xpansíón dd naciente imperialismo norteamericano por d Caribe y la América Central. Tal es la riqueza dd pensar político que iluminó d momento martiano dd amlar de nuestra América. Tal, también, d que redaman nuestros tiempos, que son otra vez de cambio y de incertidumbre. f8l "Discurso en conmemoración dd 1 O de octubre de 1868, en Hardman Hall, Nueva York. 10 de octubre de 1890." Obras Completas. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana, 197 S. N, 248. [91 "El tercer aüo dd Partido Revolucionario Cubano. El alma de la revolución y d deber de Cuba en América". Patria, 17 de abril de 1894. Obras Completa.~. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana, 197 5. III, l '.-39. fl 0l "El Partido Revolucionario Cubano". Patria, Nueva York, '.-3 de abril de 1892. Obras Completas. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana, 197 :i I, 366. fl 11 "La Ddegación dd Partido Revolucionario Cubano a los Clubs.".Julio, 189'.-3. Obras Completas. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana, 197:i 11, '.-359.

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