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Jimmy Liao: del sonido de los colores y otros cuentos

Por Camille Martínez Mc Lane

Una pequeña niña está durmiendo en una tarde de un viernes completamente normal. Sus cortinas blancas ondean suavemente con la brisa. Se despierta de repente para escuchar un silbido afuera, y luego aparece un conejo enorme en su ventana... así comienza la aventura de ensueño que Jimmy Liao cuenta en su primer libro ilustrado Secrets in the Woods (Secretos en los bosques).

Jimmy Liao (chino: 廖廖廖; pinyin: Liào Fúbīn) nacido el 15 de noviembre de 1958, es uno de los autores e ilustradores de libros infantiles más reconocidos del mundo. Nació en Taiwán, su lengua materna es la china, sin embargo, a través de su arte pareciera que habla en todos los idiomas del mundo. Estudió arte en la Universidad de Cultura China, trabajó como ilustrador editorial y armó una exitosa carrera como publicista. En 1995 se le diagnosticó una enfermedad terrible, como es la Leucemia, de la que se recuperó.

Como lo cuenta en varias entrevistas, decidió dedicarse de tiempo completo a su arte, al considerar que había cosas que quería decirle al mundo. Al poco tiempo (1998), publica su primer cuento ilustrado y en seguida A Fish that Smiles at Me (Un pez que me sonríe. Ahora, más de 20 años después de aquél lejano 1998, Liao nos ha dado más de 60 obras diferentes.

¿Quién es Jimmy Liao?

No está demás decir que ha sido reconocido con prestigiosos premios en varios países como su natal Taiwán; en Hong Kong, Bélgica, España, Suecia y Portugal. En el año de 2020, recibió una Mención Especial en la Categoría Especial Cine del Premio Bolonia Ragazzi organizado por la Feria del Libro Infantil de Bolonia. Su trabajo ha llegado a mucha gente, y ha sido traducido a más de 180 idiomas en todo el mundo. De hecho, estuvo en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, en el año de 2013. Ahí fue que mis papás me compraron el primer libro que tuve de él.

Cuando leí mi primer cuento de Jimmy Liao titulado “No soy perfecta”, sentí que por fin alguien pensaba como yo genuinamente; los adultos, fuera de mi círculo familiar, no tenían la más mínima intención de preguntarle a una niña de 6 años como pensaba, sentía o veía el mundo; y no era extraño que entre adultos me sintiera ignorada o subestimada.

De pequeña siempre tuve esta necesidad de ser perfecta en todo, letra perfecta, horarios perfectos, notas perfectas... cabe aclarar que mis padres solo me decían que hiciera mi mayor esfuerzo y que con eso era suficiente, pero el hecho de ver un “ocho” en mi boleta era a mí a quien enojaba. Así que después de leer su obra, y sí, ya sé, con mis apenas 6 años, me puse a reflexionar: ¿Por qué tenía que ser perfecta? Realmente lo quería o era algo que creía que me haría feliz, ¿o a los demás? después de todo

hay una diferencia entre hacer tu mejor esfuerzo y obsesionarse con el resultado.

Puedo decir que, en gran medida, después de tener ese libro en mis manos, dejé de enojarme conmigo misma, por no entender un tema que recién empezaba a estudiar, o no ser la mejor en todo, ya que al final tenía la satisfacción de haberme esforzado.

Años después leí “Soy feliz, no me preocupo” y me di cuenta cómo nos preocupamos por cosas tan insignificantes que realmente nos hacen NO ser felices. Nos preocupamos por el cómo vestimos, cómo hablamos, dónde estudiamos, las notas, el tiempo, los amigos, el qué dirán, en un sinfín de cosas; en resumen, nos preocupamos en encajar o no encajar, vaya usted a saber, pero aquí una pregunta

preocupante ¿es necesario preocuparnos tanto?

Parece necesidad humana el tener algo por lo cual estar preocupados. Tan es así, que si nosotros dejamos de preocuparnos es el mundo, nuestro mundo, el que se preocupa por nosotros. ¿Lo has observado? Se preguntan por qué no estamos preocupados, el mundo se seguirá preocupado, aunque tú dejes de hacerlo, así que sería mejor el dejar de preocuparse por lo

que viene, por lo que fue y por lo que es.

Más allá de los textos, sus ilustraciones son algo que admirar, su atención al detalle, su variedad de formas y sus atrevidos colores. Su obra plástica nos permite descubrir su paciencia y determinación, y al observar sus trazos, uno llega a intuir que cada uno de ellos están ahí por un motivo, que tiene un significado, una metáfora, una razón. De pronto es como si no supiéramos si estamos por las letras, porque sin darnos cuenta, nos quedamos contemplando las ilustraciones de sus libros por un largo rato y son ellas quienes nos cuentan las historias; y al terminar uno cree que finalmente los descifró, sin sospechar, por lo pronto, que siempre quedará algo nuevo por descubrir.

Siento también que los temas que acompañan

sus ilustraciones, parecen contradecir su paleta

de colores. Los colores, vivos, resplandeciente, alegres, sacados de ambientes optimistas y de fantasía, nos llevan sutilmente, a encontramos inmersos en sus trazos gentiles, suaves y redondeados, llenos de melancolía, que se atreven a nombrar la soledad, la pérdida, los temores más

intrínsecos de ser humano en las muchas formas de no sentirse amado.

Sus amplios planos, y figuras pequeñas sugieren el punto de vista de un niño en un amplio mundo, a veces demasiado. Sus finales suelen no ser “los felices” de los cuentos de hadas, pero todos ellos, a pesar de su sencillez, están cargados de poesía y cierto entendimiento, que abraza la complejidad de la vida, la misma que refleja en su arte.

Alguna vez, en una entrevista que le hicieron con motivo de su primera exposición en Europa, Jimmy Liao aseguró: «cuando comencé, mis dibujos eran para adultos, pero, como tienen colorido, había cosas que un niño también podía apreciar y entender. Pueden comprender otra capa de lo que hago. He hablado con muchos que han leído mis libros de pequeños y que los han vuelto a leer de nuevo cuando se han hecho mayores y han sentido cosas muy diferentes a las de cuando eran niños». Esa es parte de la magia de Liao.

Ese es Jimmy Liao para mí, un mar de preguntas,

y apenas unos barquitos (o unos peces con

sonrisa) de respuestas, lo cual lo vuelve en verdad un sujeto muy interesante que está en contacto con su niño interior, discute de asuntos de “adultos” a través de los ojos de un niño, sus obras no se limitan a un público específico, ya que se pueden disfrutarse a cualquier edad; sus libros nos invitan a

visitar a ese lugar donde todo es posible.

En conclusión

Jimmy Liao un artista muy interesante, que a través de su arte nos invita a la reflexión y al cuestionamiento, en preguntas sencillas y a la vez enormes, a ponernos en el lugar de un niño y dejar que nuestros ojos y nuestro corazón se llenen de maravilla desde los mundos fantásticos que él tiene para ofrecernos en cada una de sus obras.

Referencias

https://www.jimmyspa.com/tw#2 https://www.abc.es/cultura/arte/abci-jimmy-liaodespliega-arcoiris-emociones-museoabc-201910090059_noticia.html https://relatosenconstruccion.com/resenas/jimmy-liao/ www.barbarafioreeditora.com https://blog.picturebookmakers.com/post/ 134783021716/jimmy-liao-part-1 Ilustraciones © Jimmy Liao.

Huevos Estrellados

Leonardo Román Castro Flores

Esta pintura está hecha en acrílico y está basada en la obra popular de Van Gogh llamada La Noche Estrellada. Decidí hacer una parodia al estilo postimpresionista de esta obra y el nombre de mi obra es irónico con la de Van Gogh, ya que son Huevos Estrellados, esto en un “típico” desayuno de huevos, tocino y pancakes.

Pikachu

Leonardo Román Castro Flores

Esta pintura está basada en las muchas pinturas del arte llamado cubismo. Aquí podemos ver cómo Pikachu se fragmentó en un montón de piezas, la pintura está pintada en madera y se usó pintura acrílica.

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