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Un hombre de mil palabras

Homenaje al Doctor Uriel Márquez Valerio

19 De Mayo Del 2023

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Dra. Mariana Terán Fuentes

Este homenaje, organizado por la Universidad Autónoma de Zacatecas, está dedicado a un hombre de palabra, a un hombre de una sola pieza. Cuando escucho y yo misma lo digo, que el maestro Uriel Márquez Valerio deja un gran legado, que no se ha ido, que permanece entre nosotros, me detengo para reflexionar esos lugares que se vuelven comunes porque los asume la comunidad con la que él vivió. ¿En dónde se advierte su legado? ¿cuál es el legado que deja en estos tiempos de miedo, impotencia e incertidumbre? ¿por qué decimos que sigue vivo, que está entre nosotros?

Todos sabemos que el Maestro Márquez Valerio fue un hombre de Estado, un verdadero estadista, un hombre visionario que tuvo la inteligencia y alta capacidad de encontrar el justo medio desde su sabiduría y lo que él llamaba el sentido común. Un estadista que logró equilibrios en medio de borrascas, entendimientos en medio de ausencia de diálogo, contención cuando las fuerzas se desbocaban.

Este hombre de Estado, este hombre público, este hombre de todos nosotros por 85 años demostró ser un hombre justo, institucional, al que, por cierto, no siempre se le hizo justicia. Todos sabemos que ocupó los más altos cargos en los tres poderes del estado de Zacatecas, sin embargo, todos sabemos que él debió de haber ocupado la Rectoría de la máxima casa de estudios. No fue posible por los propios vaivenes insospechados e injustos de la política. En el mismo canon humanista se encuentra al lado de Roberto Almanza, de quien siempre mostró gran afecto. Uriel Márquez Valerio demostró la madera de la que estaba hecho: un universitario comprometido con la sociedad zacatecana, un sabio que no guardó sus saberes en la estrechez de un cubículo. Su sabiduría fue contagiosa. Que ese virus nos contagie a todos. Digo que fue un hombre de palabra, pero en realidad fue un hombre de muchas palabras, de largos párrafos, de irrefutables textos, de enconados contrastes. Hombre de mil palabras, Uriel Márquez Valerio llenó su vida de ellas, porque detrás de cada palabra encontró una intención, detrás de cada intención demostró que se encontraba la voluntad, detrás de la voluntad, encontró la condición humana.

Mi profesor Herón Pérez Martínez, experto en los lenguajes y la lengua, devoto de la tradición libresca, sostuvo al final de sus días, a la manera del semiólogo Umberto Eco, que las bibliotecas y los miles de libros que resguardan, siempre dejan un retículo para el diálogo con el lector; un espacio casi imperceptible pero impres- cindible. Esos infinitos retículos que llenan los lectores, conforman la tradición literaria de una nación, de una comunidad. Uriel Márquez Valerio tuvo una obsesión, obsesión de vida, si me lo permiten: llenar todos los retículos de todos los libros, de toda la literiatura, de toda la historia, de toda la jurisprudencia. Un lector incansable porque el mundo no se le presentó en una sola bocanada, el mundo, su mundo, se manifestó en historias, narraciones, interpretaciones en distintos tiempos y con diferentes vocaciones. Conocedor de todos los temas, erudito decimonónico traspasó el siglo XIX para convertirse en el sabio lector del siglo XX. Y así, convergimos. Desde las letras humanistas nos acercamos, coincidimos. Coincidimos en que Jean Valjean, protagonista central de Los miserables, era el mejor de todos los libros. 1500 páginas que alentaban a la esperanza, a la honestidad e integridad, a la compresión íntima de la condición humana. Para Uriel Márquez Valerio, Los miserables de Víctor Hugo representó el libro de todos los libros, las palabras que encerraban mundos posibles, la honestidad por encima de la miseria, la encarnación humana de los miserables. Un acto de justicia, solo eso, de justicia, cuando el 9 de febrero de 2017 el Honorable Consejo Universitario decidió otorgarle al Maestro Uriel Márquez Valerio el doctorado Honoris Causa. La universidad cumplió su cometido, los universitarios pueden y deben sentirse satisfechos de aquel acto justo de bondad. El maestro se convirtió en doctor, cuando en realidad, nunca dejó de ser doctor. En su casa, guardó con orgullo, el título que le otorgó la UAZ. Se reconoció, entonces, a cien años de la promulgación de la Constitución de 1917, que el maestro Márquez Valerio había sido un universitario universal. Luego se nos olvida, por nuestras mezquindades, que los universitarios debemos ser universales. A él no se le olvidó. Lo tuvo siempre presente. En varias de nuestras conversaciones de amigos, me dijo que no necesitó ir a París, para conocer las cloacas en que Mario cargó a Jean Valjean para salvarle la vida; no necesitó viajar a América Latina para escuchar su latido, no necesitó viajar a la madre patria para conocer su legado. Todo lo conoció y apreció desde su biblioteca. Una biblioteca que intentó ordenar, pero por su loco afán de leer todos los libros, los fue acumulando en hileras, pilastras, en dobles pisos.

Aquí estamos, este 19 de mayo, en el máximo recinto de la Universidad Autónoma de Zacatecas, para honrar a un hombre que pensó en la complejidad de la relación entre derecho y justicia, en la inextricable relación entre historia y literatura, en la ferviente y amorosa manera de concebirse universitario y, al mismo tiempo, hombre de Estado.

Al inicio me preguntaba en dónde deja su legado. No tengo ninguna duda en responder: lo deja en su esposa Socorro Cristerna, en sus hijos, en sus nietos. Su legado está en su familia, en ese universo doméstico y familiar que construyó desde 1964. Su legado está en su casa. En todas las paredes donde se guardan los testimonios de un hombre bueno, justo y generoso.

Bien tuvo la Universidad Autónoma de Zacatecas, rendirle este homenaje a uno de su hijos más queridos y entrañables. Ayer, cuando me enteré de su partida, volví a abrir el segundo tomo de Los miserables, de Víctor Hugo, sus últimas líneas, no son más que el retrato de sus últimos minutos: “Duerme. Aunque la suerte con él fue bien extraña, vivía. Y murió al faltarle su ángel. La cosa sucedió por sí misma, como cuando llega la noche, cuando el día se va”. Querida Socorro Cristerna, toda mi solidaridad y cariño. Su amor es ejemplo para todos nosotros de lo que debe ser, en su justa medida, la condición humana.

Zacatecas dentro de los primeros lugares en violencia infantil: investigadora

Dentro de las actividades programadas en el Congreso de Psicología Criminal-Forense, se presentó la ponencia “Violencia en niños y sus repercusiones”, a cargo de la docente investigadora Emma Perla Solís Recéndez. La ponente explicó que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la violencia es un acto deliberado con el fin de lastimar a otros ejercida por padres, parejas, cuidadores. En cuando al maltrato infantil, señaló que es abuso o negligencia infantil y se define como cualquier forma de abuso o desatención que afecta a un menor de 18 años, y abarca todo tipo de maltrato físico o afectivo, abuso sexual, desatención, negligencia y explotación comercial o de otra índole que vaya o pueda ir en perjuicio de la salud, el desarrollo o la dignidad del menor. Ante la presencia de estudiantes de la Unidad Psicología, Solís Recéndez enfatizó las cifras sobre estos actos, “en el 2014, más de mil millones de niños estuvieron expuestos a la violencia, 120 millones de mujeres y decenas de millones de hombres son víctimas de abuso sexual infantil, en ese sentido es que 5 de 10 aumenta la posibilidad de consumo de alcohol y drogas en edad adulta y 3 de 5 veces mayor la posibilidad de conductas sexuales de riesgo para la sa - lud, también se da más de 30 veces mayor el intento de suicidio y todo esto sucede a la luz de las relaciones cercanas, para que se pueda dar por horas, días y hasta años”. Además, hizo énfasis en las necesidades de factores protectores como la empatía, respeto, confianza y esperanza, así como en los vínculos positivos, “estos son el medicamento contra el sentimiento de soledad”, aseguró la docente investigadora de la UAP, Emma Perla Solís.

Ceremonia de titulación de 20 alumnos de Ingeniería Mecánica

En compañía de docentes, amigos y familiares, 20 alumnos de Ingeniería Mecánica de la Unidad Académica de Ingeniería I de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), realizaron su toma de protesta grupal de titulación, esto, tras haber concluido satisfactoriamente su carrera universitaria. En el curso “Energías Renovables”, se titularon: Aranda de Ávila Javier; Castañeda Moran Néstor Alaf; Castro Llamas Mario Antonio; García Bermúdez Bernardo; Ibarra Saucedo José Luis; López Maldonado David; López

Velasco Diego; Montañez García José Guadalupe; Silva Briones Samuel y Silva Recendez José Juan. Finalmente, en el curso “Recuperación de piezas”, se graduaron: Arroyo Galván Eduardo; Beltrán Trujillo José Carlos; Chávez Álvarez Gilberto Adrián; Hernández Huízar Néstor Alejandro Herrera Carranza Jorge Eduardo; Jaramillo Raudales Adan Jhovanni; Jáuregui Martínez Isaic; López Quiñones Didier; Márquez Valdez Riky Omar y Moreno Salcedo Jesús Antonio.

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