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Permíteme ampliar la idea…
El deseo de cambiar el pasado pensado desde mi pasado… ¿qué significa esto?
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Cuando pienso en la historia, y en todos los momentos horrorosos que ha vivido la humanidad, me dan ganas de cambiar el pasado. Imagino qué sería si pudiéramos prevenir, por ejemplo, el genocidio perpetrado por los españoles en México durante la Conquista (y en todo lo que llamaron el “Nuevo Mundo”), una masacre a sangre fría, a nombre del rey y de su dios. Sueño con la idea de poder evitar los pogromos antijudíos, la expulsión de España, las guerras, la Inquisición, el Holocausto, y más. ¿Cómo podría yo tener injerencia en un cambio del pasado? No lo sé, ni siquiera pienso que debería ser yo quien haga ese cambio, pero mi deseo del cambio del pasado no es necesariamente que yo lo cambie, me alcanza con que las cosas hubieran sucedido de otra manera.
Y este deseo por cambiar el pasado no es porque quizás hoy tendríamos un mejor presente a causa de ello, sino simplemente porque nos horroriza ese pasado y nada más.
Ahora, el deseo de cambiar el pasado desde mi presente: cuando pienso en lo que podría haber cambiado de mi vida personal en el pasado, esto suele ser imaginando un mejor presente para mí y los míos. Por ejemplo, la verdad es que me hubiera gustado comenzar mi carrera de Filosofía más joven, y esto porque me imagino el nivel de filósofo que podría ser hoy en día. Otro de mis intereses es el arte y la música, y aunque sigo aprendiendo cada día, me hubiera gustado comenzar a ilustrarme al respecto desde más chico.
Otro ejemplo, quizás más común, tiene que ver con el alcance o la capacidad económica. ¿Cuántas veces no nos pasa que queremos adquirir algún objeto, viaje, servicio, o hacernos de una condición económica, y sabemos que habríamos podido ya tenerla, de no haber hecho cierto gasto, o si hubiéramos hecho algún negocio que, por alguna u otra razón, dejamos de hacer? En ese momento nos decimos que nos encantaría cambiar el pasado para estar en una condición diferente hoy.
La verdad es que, si pudiéramos volver al pasado para plantar la semilla de un mejor presente, ¿quién no lo haría?
Finalmente, el deseo de cambiar el pasado, pensado desde mi futuro: ¿qué significa esto?
¿Por qué no hacer esos cambios hoy, de una vez por todas?
Esa pregunta se puede aplicar a todo lo que no nos gusta de nuestro presente.
Por ejemplo, en mi negocio, cuando hago una planeación y me doy cuenta que me falta cierta plataforma o recurso para el crecimiento proyectado o deseado; y me doy cuenta que si hubiera hecho tal o cual cosa en el pasado, podría tener hoy la capacidad para llevar a cabo esos planes de manera óptima.
Es muy común vivir esta experiencia con la educación de los hijos; muchas veces el deseo de cambiar el pasado nace cuando contemplamos el futuro de nuestros hijos. Si yo me hubiera cultivado en equis aspecto, podría educar mejor a mi hijo hoy y verlo en mejores condiciones mañana. Si hubiera administrado y ahorrado mejor mi dinero ayer, podría darle mayores posibilidades de crecimiento a mi hijo hoy y para el día de mañana.