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Carta del Decano
El año 2022 ha sido sin duda el del tránsito a la normalidad, que ha culminado con un trimestre en el que se han desarrollado las actividades colegiales sin ningún tipo de restricción por razones sanitarias, pudiendo así retomar encuentros sociales tan entrañables en el plano personal como la fiesta del Colegio, el Arbolito y la de los Reyes Magos. Y, de igual modo, en el ámbito profesional se ha recuperado el acceso libre a las sedes judiciales, así como la celebración de la mayor parte de las actuaciones procesales de modo presencial.
Pero más allá de reconquistar lo perdido por la COVID, la abogacía ha logrado indudables conquistas para la profesión como la tramitación de la Ley Orgánica reguladora del Derecho de Defensa o el pago mensual y puntual del turno de oficio, con compromisos de mejora desde el Ministerio. O avances tan significativos como la conciliación de la vida familiar y profesional, que comenzó con la inclusión de importantes reivindicaciones de la abogacía en el proyecto de Ley de Eficiencia Procesal y Organizativa, y culminó con la publicación y entrada en vigor el pasado 23 de diciembre de la reforma que declara inhábil a efectos procesales del 24 de diciembre al 6 de enero del año siguiente.
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Una muestra de que cuando la abogacía permanece unida y trabaja por un objetivo común se obtienen mejores resultados, gracias al compromiso y la inmensa labor —casi siempre poco conocida, y menos reconocida— de todos los miembros del Consejo General de la Abogacía Española (entre los que incluyo a los integrantes de las juntas de gobierno de los colegios, del personal técnico y administrativo), así como especialmente de la presidenta.
La unión por un objetivo común ha demostrado también su eficacia en la justicia vallisoletana. Todos los colectivos afectados por el Campus de la Justicia han alzado su voz de forma conjunta: procuradores, jueces y magistrados, fiscales, letrados de la Administración de Justicia, funcionarios, abogacía del Estado, letrados de la Junta, Diputación y Ayuntamiento, Clínica Forense, Universidad, Policía Nacional y Guardia Civil. Gracias al esfuerzo de todos, y al de los partidos políticos que integran el pleno del Ayuntamiento, logramos del Ministerio de Justicia un compromiso firme y por escrito, que contempla el concurso de ideas y la adjudicación del proyecto en 2023, para comenzar la construcción del Campus de la Justicia en 2024. La hoja de ruta traza el fin de la primera fase en 2027, y de la segunda en 2031, con una previsión de coste de las obras cercana a los ochenta millones de euros. Sin duda, ello mejorará ostensiblemente las condiciones de trabajo y desarrollo de la profesión, lo que redundará en una más moderna, ágil y eficaz administración de justicia.
Este año que comienza será fundamental para el futuro de la profesión; un tema sobre el que debatiremos en el XIII Congreso de la Abogacía Española, que se celebrará los días 3, 4 y 5 de mayo, en el Convention Center de PortAventura, organizado con la colaboración de los Colegios de Tarragona, Reus y Tortosa. Tras el enorme éxito del celebrado en nuestra ciudad en mayo de 2019, será el de este año un congreso deliberativo que, bajo el envoltorio de la cultura del acuerdo —que debe promover la abogacía como solucionadora, y no generadora, de conflictos—, permitirá extraer una serie de conclusiones en materias fundamentales.
Aspectos tan relevantes como la especialización y la formación permanente; la deontología, con especial atención al secreto profesional y la publicidad; la defensa de los derechos humanos y las libertades fundamentales; y las diferentes formas de ejercicio de la profesión serán los bloques centrales de debate, en los que podréis realizar comunicaciones, y a los que se añadirán ponencias formativas de gran calidad. Un formato que hace aún más necesaria la participación de todos y cada uno de vosotros, por lo que desde estas líneas quiero animaros a participar y acudir a este congreso, fomentando, como siempre, desde el Colegio vuestra asistencia a través de la partida presupuestaria aprobada a tal efecto.
Aplicando la sabiduría contenida en aquella frase que dice que “no hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió”, debemos ahora ser prácticos y realistas, y avanzar mirando siempre al futuro con perspectivas de mejora, sin perder nunca de vista el presente, y continuar trabajando por y para la abogacía.
Fuerte abrazo, con mis mejores deseos para este 2023.
Para Los Colegiados Noticias De Inter S
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