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Ejemplos conceptuales para encontrar arte en desechos y contratos | Carlos Rendón
EJEMPLOS CONCEPTUALES PARA ENCONTRAR ARTE EN DESECHOS Y CONTRATOS
| Carlos Rendón
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Esa tarde de marzo nadie imaginó que asistíamos a la última actividad comunitaria en ISLA, antes de entrar en un silencio de siete meses producto de la emergencia sanitaria. Quizás fue la despedida más acertada: con una actividad pedagógica que hablaba de la vaguedad de los conceptos, de la fragilidad de lo que observamos y, sobre todo, de “dónde está el arte en la obra de arte”. Tal fue el nombre de la charla que realizó el artista francés Fabrice Michel al final de una residencia de once días, financiada por el Instituto Francés de Chile, que lo trajo a buscar en los desechos de una ciudad minera la propuesta de una obra que por la misma contingencia no fue posible montar en el festival SACO9.
El concepto de desechos es algo que podemos extrapolar a toda la búsqueda de Fabrice durante su camino por el norte de Chile. Desechos del neoliberalismo en las protestas ciudadanas de las cuales fue parte; desechos de la industria en la basura y la chatarra que manchan la vastedad del desierto; desechos de nuestra cultura en los últimos símbolos de resistencia de las comunidades autóctonas del desierto de Atacama, atrapados en un territorio bendecido y maldito por la riqueza de turno. Guano, salitre, cobre, litio.
La charla buscaba exponer estas problemáticas, pero también presentar un panorama general sobre el arte conceptual. Probablemente, la corriente artística más compleja en una región que carece de formación en el área y donde el arte contemporáneo sigue siendo un primo extravagante.
Quizás por esa extrañeza, la charla contó con numerosa asistencia. Profesores, actores, artistas visuales, gestores culturales, académicos, científicos, se reunieron para escuchar al artista francés, quien sometió sus propias creaciones a la pregunta “dónde está el arte”. El principal ejemplo utilizado fue su obra Ratio Essendi, donde firma con otra persona que hace el papel de mecenas un contrato legal, el cual dicta que “los contratistas se ponen de acuerdo en crear una obra de arte para Fabrice Michel”. De esta forma se pregunta: ¿La obra está en el papel?, ¿en las letras que lo dictan como obra?, ¿en las firmas de ambos artistas?, ¿en la idea etérea de que ese contrato es arte?
A medida que el artista reflexionaba sobre el diálogo que se produce entre arte y estética (conceptos que separa tajantemente), y hasta qué punto una obra es considerada arte cuando se le priva de su recipiente o significado, las veinticinco cabezas en la sala asentían y opinaban; primero en silencio, luego a viva voz, en una ronda de preguntas tras la presentación. Posteriormente ahondó en su viaje al desierto de Atacama, mencionando entre otros el poblado de Peine y la charla que tuvo sobre la violencia con Zoilo Gerónimo Escalada, abuelo y “tesoro humano vivo” de la etnia colla.
Lo que empezó como una búsqueda literal de basura, terminó siendo un descubrimiento de las heridas de un país que llevaba prácticamente cinco meses ininterrumpidos de manifestaciones sociales, algo que marcó su paso por Chile y que se pudo apreciar en esta charla, la cual cerró parafraseando a Paul Klee: “En el arte falta el pueblo, porque el arte siempre está del lado de los desechos y los márgenes (...). Aquí todo artista tiene que estar del lado de una constitución que legitime a su pueblo”. Sacó aplausos generalizados.