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Reporter en el cuarentenarió Cuentas del Gran Capítán

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Oro americano

Oro americano

Nadie supondrá, sabiendo como es público y notorio, que los periodistas son inmunes, que ha ingresado en el cuarentenario un reporter de la prensa local.

San Roque, que es en la corte celestial una especie de doctor Lippitt, protege con mano cariñosa á los chicos de la prensa Y abusando de esa protección, el amigo Rodriguez Vera dirigió sus pasos al hospital cuarentenario, habló con. los apestado: y regresó con un montón de noticias tranquilizadoras.

En el cuarentenario no se está tan mal como muchos se figuran. Pasado el susto Jel primer mo. mento, porque la peste bubósica le-mete los mochos á cualquiera, casi resulta una ganga estar en' el cuarentenario. -Buena cama, buena comida, habitaciones frescas y ventiladas, como suelen decir los anuncios de los hoteles y médicos y practicantes a granel. Hasta periódicos hay en el cuarentenario.

Rodríguez Vera, que nose entusiasma con poca cosa, vino encantado de su visita al hospital. $

Por él supimos, con verdadera satisfacción, que el amigo Hoeb está ya en franca convalecencia.

El doctor Vogel atiende con cariñosa solicitnd a todos los enfermos, quienes hablan en los %í términos mas encomiastícos, del M escelente trato de que son objeto. Vaya nuestra felicitación mas Entusiasta para el distinguido galeno, que ocupó desde el primer momento el sitio de mayor peligro, y para el amigo Rodríguez que por atrapar una noticia ' es capaz de todo: hasta de ha- la sombra de la peste cerle el amor ala peste bubó- nica.

El reposo

En la estatuaria antigua es la belleza En Su su expresión más grande y formidable. Alma de un arte augusto é inefable que guarda de otros siglos la tristeza, En el bravo león es la fiereza. que se desgasta en ocio miserable. En el pedrusco moho. En la sendable linfa estancada. germen de impureza.

Rendida voluntad que al hombre ata al Vicio y al dolor y que hace inerte el esfuerzo fecundo y que lo mata.

Mano enorme del tiempo que convierte en cadáver la fuerza y que dilata la quietud del espíritu en la muerte....

RAFAEL 0. GALVAN.

Bienvenido

Al hogar de ios esposos Cerecedo ilegó con toda felicidad, un distinguido ciudadano que viene a aumentar la felicidad de tan estimados amigos.

Trae certificado de buena salud y maldito si le preocupa la peste bubónica. Estos son los -ciudadanos que se necesitan.

Vida Alegre que desea ver figurar pronto al recien llegado en las listas de - suscritores, envía a los esposos Cerecedo la más entusiasta felicitación.

Evitemos eso

Leemos en uno de los últimos números de nuestro estimado colega La Correspondencia que una pobre familia á quien la Sanidad, dejo sin casa, vive, hasta que Dios lo remedie; a sol y sereno, debajo de un árbol.

Y esto no es Dios quien tiene que remediarlo y si el Jefe de Sanidad, pues la 'ley, si no estamos mal informados, ti=ne previstos estcs cacos.

Está bien que se haga trabajo de Sanidad, pero no pelemos tan al rape que quede el coco al descubierto.

No nos parece bien que se obstaculice en las actuales circunstancias la obra de saneamiento que ha emprendido el Departamento de Sanidad. Pero nos parece que es tomar muy á pecho lo de la higiene. obligar á los pobres á cambiar el Catre, sin tener donce ponerlo. .

* Lasalmas tristes ;

Yo amo> las tristes almas dolorosas que la inménsa amargura han devorado: el valle por la lava calcinado de ricas vides y fragantes rosas.

¡Lejos de mi las risas bulliciosas! i¡Lejos de mí el placer emponzoñado! Yo amé siempre el dolor, raudal sagrado de purísimas lágrimas hermosas.

Triste es todo lo grande, noble y fuerte: el libro de la historia, los profetas, los abismos, los templos seculares.

Tétrico es el amor como la muerte, lúgubre el corazón de los poetas y amargos son los dilatados mares.

Agradecidos

Para el baile de confianza que celebrará la Colenia Española de Caguas el día 28 del actual, hemos sido atentamente invitados: E

No dice la invitación si debemos ir funigados.

Agradecemos al amigo Celestino Pérez, que p á pesar de la peste, se haya acordado de invi- ; tarnos para el baile en honor del Apostol Santiago, aunque bien mirado, no merece Santiago esos honores.

Para mí, desde que dejó entrar los americanos en Puerto Rico, no tiene Santiago derecho á nada

Don Antonio López

Nos honrábamos con su amistad.

Podemos decir que nos honrábamos, porque la amistad de un hombre bueno, honra siem-pre. Y don Antonio López era un hombre bueno por escelencia.

Pasó á traves de la vida repartiendo el bien a manos lienas y baja a la tumba seguido del* cariño de todos.

¿Quien no quería a don Antonio López?

Descanse en paz el ciudadano ejemplar, el amigo inolvidable.

Desde P'.=¿¡;amávnos saluda este buen amigo.

No le decimos que venga a Puerto Rico, a menos que tenga en la compañía algún experto en ratones. -

No _hay enfermos

Amigo mío, me decía ayer un médico que tíene fama de bueno; está la cosa malísima.

¿Se han registrado nuevos casos? le pregunté medio alarmado.

No: nuevos casos no ha habido. Pero es el caso que á escepcí3n de los de peste á nadie se le ocurre llamar a) médico.

Esto es un buen sintoma pPero doctor, le dije sonriendo, alguna vez habian ustedes de tener vacaciones. Compadre, me contestó, con usted ni de la muerte se puede hablar en serio.

Dice usted: este es un sintoma malísimo. eEs prueba de que no hay enfermos.

¿Y sin enfermos de que viven los médicos?

Pedro D. Mariani

Este amigo estimadísimo nos ha dispensado atenta visita que agradecemos mucho.

Pedro D. Mariani, no es de los que se quedan más allá del Puente del Agua, por miedo á la peste bubónica. Viene á San Juan, se convence de que es más el ruido que las nueces y regresa á Yauco tan campante.

Si todos hicieran asi, no habría tanto pánico en la isla.

No tienen conformidad

Los thonárquicos portugueses, que en la hora crítica no aparecieron por ningún lado, dejando en situación muy triste y muy desairada al infeliz don Manuel, no se confor man con el triunfo de la República y dan la lata con sus escaramuzas.

¡Pobre gente!

Y pensar que vaya Portugal a quitarse el gorro después de habérselo puesto tan bien.

La rata de Moca

Después de pasar la mar de vicisitudes,y deverle la cara a una'porción de de gente desconocida, resultó ser una rata inofensiva, la tan calimniada rata de la Moca, Pobrecita rata! Venir de la Moca a San Juan, seguramente en tercera, que es donde viajan los que caen en desgracia, hábérselas con los expertos, sin auxilio de intérpretes, para resultar al fin un caso negativo.

¿Cómo iba a ser positiva una rata de la Moca?

¡Pobre animalito!

Nada, que no viene

Se le dijo en dias pasados á los reporters que Mr. Colton se embarcaba el dia 13 con rumbo a Puerto Rico.

A nosotros se nos antojó el caso un tanto sospechoso y pusimos la noticia en cuarentena.

¿Colton, que está tan á gusto en la montaña, embarcar para Puerto Rico sabiendo que no se han extinguido todas las ratas?

Nope.

Que Sipe. me dijerou los muchachos de la prensa.

Y efectivamente llegó el vapor. coronel....Noriega.

Y no lo hace por miedo.

Pero el

A Mr. Borda le cossta que el Gobernador es un héroe.

La peste viene de atrás

Después de muchas investigaciones y después de de nuestru muy querido amigo el doctor Lugo Viña, recoger todos los datos que ha podido encontrar, se ha venido á sacar en consecuencia, que la peste viene de atrás.

Tocándolo tan de cerca y nadie había caido en eso hasta ahora!

Cuántos habrán muerto de eso, sin haberse dado cuenta!

Vicente Barletta

Cuando le dijimos en Añasco, que en la capital no se movía una rata, creyó que tratábamos de tomarle el pelo.

Y para convencerse, así debieran de hacer todos vino á San Juan.

Lo vimos en la central telefónica y nos dijo sonriendo, como si acabaran de comunicarle una victoria de los italianos sobre los turcos, tenía usted razón: se habla más de la peste en los pueblos de la isla que en lamisma capital

Y cuando los que viven más allá de Martin Peña, se convenzan de esta verdad, se acaba la peste bubónica.

Nos va a hacer falta

La verdad es que ya estamos tan acostumbrados a la peste bubónica, que el día que se vaya, muchos la van á sentir,

Algunos se han encariñado tanto cou ella que la tratan ya como de la familia.

Después de todo, y de esto que ne se entere nadie, son mas los que viven, que los que mueren de la peste

. . . ». .. ... ... Ag ' ae

Durante las veinticuatro horas no ha ocurrido ningún caco.

Ponce Mosaic Co.

En nuestra reciente visita a la ciudad de Ponce hemos tenido oportunidad de visitar es'ta fábrica q abre nuevos horizontes a la in dustria puertorriqueña. Estaba entonces en sus comienzos y ya se podía admirar la excelente calidad de los mosaicos, que pueden competir ventajosamente con los mejores que s imp:- rtan del exterior.

La «Ponce Mosaie Co » al frente de la cual hay elementos tan inteligentes como activos, es una prueba más de que en Puerto Rico estamos preparados para todo.

Monumento a Huyke

El día 16 a las cuatro de la tarde se inauguró en el pueblo de Arroyo el monumento erizido a la memoria del gran pedagogo don Enrique Huyke, obra del distinguido artista puertorriqueño don Mario Brau Zuzuarregui.

Para el acto, que resultó una gran solem dad, hemos sido atentamente ínvitados prr el digno presidente, nuestro muy querido amizo don. Valeriano Virella Uribe.

Pueblos que saben como el de Arroyo, honrar la memoria de sus benefactores tienen sitio de hoaor en el libro de la historia.

L príncipe Carlos era un hombre de exraordinaria cultura, muy aficionado á las obras de arte y á las antigiiedades. Vivía en el castillo de Peñafiel, situado en la cresta de una montaña, desde donde podía admirarse el paisaje más pintoresco de todo el país.

Bajo la dirección del príncipe se habían heche grandes obras en el castillo, convirtiendo sus salones en un museo que los extranjeros solicitaban visitar para ver los primores de arte que encerraba.

Un día frío de invierno, al anochecer, llamó á la puerta del castillo un anciano, pal¡do demacrado y encorvado por el - peso de muchos años. Se dirigía al pueblo inmediato. esperaba haber llegado «ntes que el sol se pusiese; pero le faltaron las fuerzas, sus piernas flaquearon y tuvo que detenerse, implorando la caridad de los dueños de aquella regia morada para que le diesen albergue hasta el día siguiente.

Prosiga su camino, hermano dijo el príncipe, que mi castillo no es posada de peregrinos,

Está bien, señor; pero antes de marcharme, permítame que le haga tres preguntas repuso el anciano, mirándole fijamente con sus ojillos dulces y expresivos.

Pregúnteme lo que quiera dijo el príncipe, pensando que la extravagancia de aquel hombre le haría reir un rato.

¿Quién ocupó este hermoso castillo antes que vos?

Mi padre.

¿Y antes que vuestro padre?

Mi abuelo.

¿Y quién lo habitará después que vos?

Mi hijo. Pero ¿qué interés tiene nada de eso para usted?' pregunto yo ahora.

Muy sencillo. Hace un momento que

Políticos de Arecibo

Los unionistas de la simpática villa del capitán Correa, defienden la candidatura del Ledo. Brusí para juez municipal de aquella ciudad.

Y los disidentes, unionistas también, pues en Arecibo no se cosecha otra fruta, trabajan por la condidatura del Lcdo. Amado Rivera- Tanto Rivera como Brusí son dos excelen- me dijísteis que vuestro castillo no era posada de peregrinos, y ahora os voy á probar que estáis en un error. El peregrino que se va. cede su cuarto al recién llegado; exactamente lo mismo que hizo vuestro abuelo con vuestro padre, vuestro padre con vos y vos haréis con vuestro hijo. sin más diferencia que vuestra familia se sucede para ocupar un palacio y los peregrinos una modesta habitación. Es cierto-_exclamó el príncipe.

Y el anciano prosiguió: pPuesto que estáis conforme con mi opinión, os aconsejo que no derrochéis vuestra fortuna en adornar la posada, pues por mucho que dure vuestra estancia en ella, pronto tendréis que dejarla para proseguir el camino que conduce á la verdadera patria, y entonces os pesará haber descuidado'el arreglo de vuestro alojamiento, a! encontrarlo frío y destartalado.

Él príncipe tendió su mano al peregrino, le hizo entrar en el castillo, le colmó de atenciones y le dió mil gracias por su lección. Al poco tiempo, un hermoso edificio se levantó frente al castillo de Peñafiel; es un asilo para rec¿ger á los caminantes, proporcionándoles cama para descansar de sus fatigas, alimento que reponga sus fuerzas y abrigo que les preserve de los rigores del invierno.

El príncipe Carlos visita frecuentemente á los peregrinos y se considera feliz oyendo el relato de sus desventuras y prodigándoles toda clase de consuelos.

Alguna vez, contemplando las maravillas de su palacio, exclama: iCuántos malos ratos me ha proporcionado decorar estos salones y cuántas alegrías el prepararme un cuartito en el cielo! tes ciudadanos que sabrán aplicar la ley en rectitud e imparcialidad y no vemos por qué razón se han de excitar los ánimos hasta lle gar á los adjetivos mortificantes.

MARIA DE PERALES.

Arecibo, a pesar de ser tan unionista, nos ha inspirado siempre grandes simpatías y nos duele ver la actitud que adoptan amigos estimadísimos, por cuestiones que en el fondo no tienen importancia alguna.

La campiña, desierta y fría, semejaba un mar sin olas y sin playas, mar helado, inmóvil y triste, blanco como un sudario. -Soplaba el aquilón; los árboles se extremecían, y al entrechocarse sus desnudas ramas. sonaban cual osamentas que hiere impía la pala del sepulturero.

.... Cantaba el ruiseñor. Tal vez el úl timo cántico, inspirado en la desesperante naturaleza del invierno. Y era su canto así como la elegía fúnebre del poeta moribundo, como la angustiosa despedida de la novia enlutada ante la fosa abierta; y sus trinos se multiplicaban. y sus gorgeos se prolongaban, y terminaban lentamente en una nota que se alargaba, y vibraba, y flotaba en el ambiente con la vaguedad indecisa de un suspiro.

La tarde declinaba rápidamente. Ya las cosas se esfumabaan en el tono gris del crepúsculo, y parecían confundirsé en la uniformidad melancólica de la nche.

.... Cantaba el ruiseñor. Y fué la últi-

Muy difícil

Tal como se están poniendo las cosas en los Estados Unidos, es más fácil que pase un elefante por el cjo de una aguja, que vuelva á regir los destios de la República, mi querido amigo y compadre William.

Esto no quiere decir que me entusiasme mucho la subida de los democratas, á pesar de que, según el amigo Gurrero, Mr. Wilson ofreció que todos los miembros del Consejo Ejecutivo serán puertorriqueños.

A pesar del ofrecimiento, que es bastante halagador, á mi no me entusiasma la subida de Wilson.

La experiencia nos ha demostrado que después que suben todos son peores

Pero en fin, para Taft, que vengael diablo.

Una gran desgracia

Un fuego en Peoria, Illinois destruyó el dia 15, dos de las mayores destilerias de Wisky de dicha ciudad.

¿Dos destilerias de Wisky?

¡Gran desgracia Nacional!

Do

ma nota así como un sellozo que muere, como una lágrima que se deshace, como un sueño que se desvanece

Y tornóse todo obscuro; rugió el aquilón; y desencadenóse la tempestad; y cielo y tierra parecían en sus convulsiones dos titanes sombríos luchando hasta morir en la arena inmensa de lo infinito.

La noche fué tétrica.... Calmóse el huracán; despertó la tierra; y lució la pálida aurora de una morbosa mañana invernal.

En la nieve yacía sepultado el ruiseñor con las alitas rotas; y una lágrima congelada brillaba diamantina en susojitos velados por la muerte; y su pico entreabierto daba la ilusión de la nota final, tan tenue como un suspiro, tan dulce como un beso, tan triste como la agonía.

Etica profesional

No hice mas que entrar en «La Bolsa> y enterarme, para estar más tranquilo, de lo que tiene Bujosa en el dedo, cuando se me acercó el oficial de Sanidad.

¿Qué dice el doctor? le pregunté. mientras me servía una «Pabst»

Que á mi me pasa, lo que no le pasa á nadie.

Riase usted de los ataques, al oficial de Sanidad, mientras el pueblo esté limpio y las órdenes del Departmento se cumplan.

Si no es eso Los ataques sabe todo el mundo á lo que se deben. Lo que á mi me pasá es que cuando fuí á San Juan le oomp¡£ á un compañero un tubo de linfa y me arrancó veinte pesos i¡Vvinte pesos en esta época!

Pagué mis veinte machacaaesy al llegar á Mayagilez veo añuniciado que Bianchi Green, vendelos tubosá $3.00.

¿Qué cree usted de esto, amigo Barreiro?

Estamos, le dije brindándole mi copa, frente á un caso de ética profesional,

La verdad es, me dije encendiendo un cigarrillo «Flor de Puerto Rico», que no se puede fiar uno ni de los compañeros.

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