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a. EL JUGADOR e

Era la media noche -cuando abandonó la mesa de juego. Había perdido su fortuna Instintivamente tomó el camino de su casa. Su cabeza ardía. Aplastaba su cabeza un peso enorme.

Y pensó.

Pensó en su familia; en su mujercita, que á esa hora estaría esperándolo, temblando de frío y de zozobra, al lado de la cuna de su hijo domido.

¿Qué le diría?

El cielo cubierto de estrellas resplandecía inditerente sobre su frente pálida

De vez en cuando un trasnochador con el cuello del gabán subido hasta las orejas, marchando de prisa, pasaba por su lado mirándolo con desconfianza.

Ltegó.

Con mano convulsa metió lallave en lacerraduro, y tembló al escuchar el ruido de los goznes que gemían.

La voz del remordimiento gritó en sn conciencia.

Sintió como si un puñal ledestrozara las entrañas.

¿Eres tú?

Y dos brazos le estrecharon, besaron sus labioa. y unos labios

¡Mira! es una cosa horrible. ¡Estaba pensando en que lohabías perdido tode, en que

De París

Como se vé, estamos demostrando, en efecto que Europa es un país civilizado y que cada día que transcurre es un paso más hacia el reinado de la justicia y la paz universales. Francia, al romper el tratado de Algeciras para apoderarse de Marruecos, dió el primer ejemplo: Alemania ha querido después su parte de león hambriento; Inglaterra. que ya tiene Egipto, se quedará con Tánger para tener las dos llaves del Estrecho; ahora Italia intenta forzar la mano á Turquía para establecerse cómodamente en el nordeste de Africa. Pero ¿qué es esto? ¿Es Europa una no teníamos ya en donde colocar la cuna de nuestro hijo.

¡Qué tontería! ¿No escierto?

Y ella 1e decía todo aquello con los ojos clavados en sus. ojos; apretándole lasmanos, feliz por teneBn á su lado.

¿Y si fuera cierto? dijo él en tono fn(n seco, eltono del que conociendo su faltapretende evitar el castigo, haciendo ¿sentir la superioridad de sus fuerzas materiales.

Quedóse la mujercita con los ojos muy abiertos, espantada.

¿Por qué misterioso presentimiento decia la verdad su corazón?

Luego, con una mano apoyada en la cuna del niño.

Qué importaría? dijo. Una madre siempre encuentra con que dar de comer ásu hijo.

Había talmajestad en suactitud, tanta ñera altivez en su mirada, que el miserable cayendo de rodillas, gritó, deshecho en lágrimas: ¡Perdón! Desde ese día Tomás fué el mejor de los esposos, y el más honrado de todos loshumbres.

Vencido por la virtud de una madre, de la madrede su hijo, no quiso ser menos que ella: rehizocon creces la fortuna que había perdido.

LEÓN TOLSTOL

cueva de ladrones? A este desconcierto general en que no se oye otra voz que la de rapiña, ¿es posible aplica le el nombre de concierto de naciones civil zadas? ¿Cué concepto tan pobre y tan hunillante para nosotros los europeos. deben ten -r los descendientes de aquella raza que dió tanto lustre á Roma con . Scipión el Africano y tan'a grandeza á España con losfulgores de la civilización árabt! Oh, moral de la historia! Oh, sarcasmo de los tiempos!

a. VINARDEL ROIG.

Los hombres sienten á veces la fascinación de la altura, el aleteo de la ambición que ras- ga los puros ideales de ayer. ¡Quién sabe! Mas, en todo caso, siel hombre claudica, la ideano se mancha; .el hombre cae en laflaqueza de su condición; pero n> arrastra en n caida álamajestad de vna ductrina.

KAUTSKY.