Una pausa Necesaria: El fin de las tareas

El fin de las tareas

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Historia 5

El fin de

las tareas

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—¡¡¡Mamááá!!!

—¡¡¡Papááá!!! —gritaban las pequeñas guacamayas.

—¡¡¡Tenemos tareas!!!

Era la segunda semana de cuarentena y la familia de guacamayas aún no se lograba adaptar a los cambios. Entre sus trabajos como reporteras, mantener en orden el árbol y el estudio de las pequeñas, todo se convertía en una especie de caos simultáneo. Los profesores búho habían dejado muchas tareas para ayudar con la educación de los más chicos en este momento, pero ni mamá ni papá guacamaya, sabían bien cómo cumplir con tantas asignaciones.

«Investigue la historia de La Aldea. ¿En qué año se fundó? Escriba un ensayo acerca de los pilares sobre los cuales se construyó la comunidad…». .88.

«Gallineto Gallinei, construyó el primer telescopio astronómico en el año 1609, investigue sobre su vida y por qué fue tan importante este invento para la historia animal…».

«Si el árbol de mango da cada año un promedio de 300 frutos, ¿cuántos frutos habría dado en 10 años?».

Y así se iban acumulando y amontonando las tareas, como las hojas de los árboles en los caminos. No acababan de enviar una tarea terminada, cuando llegaba la otra al buzón del árbol familiar. Era demasiado. Encima de todo esto, Lorena, la tortuga líder, les había ordenado estar pendientes de las noticias que llegaran sobre el virus y que la mantuvieran informada acerca de todos los acontecimientos.

Por eso, lo que menos querían ahora era ponerse a hacer tareas con las pequeñas guacamayas y permanecer despiertos más allá de la puesta del sol hasta lograr todos los quehaceres. No era justo.

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Entonces, ese día, cuando las pequeñas guacamayas empezaron a gritar, mamá guacamaya les respondió: —Hoy no harán tareas. De hecho, de ahora en adelante y hasta que termine la cuarentena, quedan prohibidas las tareas de la escuela.

Las dos guacamayas chicas se miraron sorprendidas.

—Mamá, estás molestando, ¿cierto? —preguntó una, y cuando vieron que era en serio le reclamaron.

—Pero vamos a perder el curso…

Sin embargo, mamá guacamaya estaba decidida, no se iban a hacer más tareas y punto. Papá guacamaya, por su parte, no estaba tan seguro. .90.

—¿Cómo vamos a hacer para mantenerlas ocupadas y además haciendo algo que les sirva para la vida? —le preguntó, antes de dormir.

—¿Y luego es que tú crees que las pequeñas solo pueden aprender en la escuela? ­—le respondió mamá guacamaya—. ¿Para qué somos nosotros sus padres entonces?

Al principio las pequeñas guacamayas pensaron que mamá se había enloquecido, pero, aun así, se sentían dichosas. Bailaban de rama en rama cantando: —¡No hay tareas! ¡No hay tareas! ¡No hay tareas! ¡Lero, lero, candelero!

Y se sentían desafiantes y provocadoras, capaces de enfrentarse a toda la escuela y a los profesores búho. Si mamá había dicho que prohibidas las tareas, ellas hacían caso y no había nadie que pudiera decirles lo contrario.

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Sin embargo, la idea de mamá guacamaya no era declararle la guerra a la escuela. Ella sabía muy bien cómo hacía sus cosas y, por eso, durante ese momento particular, en el que La Aldea estaba cambiando, había decidido eliminar las tareas del colegio y reemplazarlas por nuevas actividades, que además de ayudarle con la educación de sus hijas, la acercaran más a ellas y le permitieran pasar tiempo de calidad a su lado.

Así fue como mamá convirtió el árbol familiar en un territorio de aventuras y observación, y se encargó de hacer nuevos horarios para todos, de tal forma que la familia completa pudiera participar en las actividades planeadas.

No obstante, papá guacamaya se negó a hacer parte del plan de mamá. De hecho, no estaba muy de acuerdo con la decisión que había tomado. ¿Qué clase de enseñanza le iba a dejar a las pequeñas? ¿A ser irresponsables?

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A pesar de ello, los primeros días transcurrieron y las guacamayitas estaban más felices que nunca. En muy poco tiempo habían aprendido sobre la especie de árbol que les servía de hogar. Mamá les había explicado las características de sus fuertes raíces, de su elongado tronco y de sus frondosas hojas. Mirando al cielo, habían aprendido que las nubes no eran pedazos de algodón flotantes, sino que estaban hechas de diminutas partículas de agua y de hielo. Incluso empezaron un proyecto de arte familiar en el que, cada una, representaba sus emociones a través de un dibujo o una pintura, y así el resultado sería un diario de emociones sobre el momento particular que vivían. También, habían aprendido cosas que nunca se imaginaron, como las diferentes maneras de respirar que podían utilizarse en momentos de cansancio, estrés, tristeza o frustración.

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Sin embargo, la actividad que más les había gustado era la de mirar por la ventana e inventar historias sobre lo que sucedía en las otras madrigueras y adivinar lo que pensaban, hacían y sentían los otros animales. A veces las escribían; en otras ocasiones, simplemente las contaban en voz alta o las actuaban. Nunca se habían reído tanto.

Cuando papá guacamaya vio todo lo que en unos pocos días habían aprendido sus hijas, quedó sorprendido. Jamás se imaginó que la educación pudiera hacerse así y ¡tan divertida! Las pequeñas guacamayas no solo se sentían más libres para pensar y hablar, sino que además habían descubierto una inesperada pasión por aprender e investigar. Miraban el mundo con ganas de descubrirlo y de entenderlo. Soñaban con viajar por otras aldeas, conocer nuevos animales y vivir nuevas experiencias. Qué equivocado había estado al pensar que solo se aprendía en la escuela. En realidad, todo lo que había aprendido de ellas, con solo mirarlas, era un regalo.

—¡Hoy me uno a las actividades! —les gritó tan pronto se despertó al día siguiente.

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Actividades La escuela se trasladó a cada una de las madrigueras y casas-árbol de La Aldea. Asimismo, en todo el mundo, niños y niñas continúan su aprendizaje dentro del hogar. Esto ha traído diferentes retos para las familias, pero juntos podemos trabajar para que el aprendizaje no se detenga. ¿Qué retos han tenido tú y tu familia para seguir aprendiendo sin ir a la escuela?

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Desafío 1.

Lee y comprende. Identifica el párrafo del texto donde se utiliza la palabra caos. Defínela según el uso que se le da en el texto y describe las características de la situación. ¿Qué le sucedía a la familia de las guacamayas para estar en una especie de caos simultáneo?

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Desafío 2.

Pregunta a tu familia. Consulta con tus familiares si alguna situación que hayan vivido en el pasado se ha podido definir como un caos. Describe la situación y señala paso a paso cómo lograron superar el caos.

Minirreto. Cuando tu familia logró superar el caos, prácticamente lo mandaron a dormir. Imagina y dibuja ¿cómo sería la pijama del caos?, ¿dormiría con un gorro?, ¿su casa sería en tierra fría o caliente?, ¿cómo se llamaría la mascota del caos?, ¿cómo sería el peinado del caos?

El caos:

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Desafío 3.

Descubre el personaje.

Una de las tareas que les dejaron los profesores búhos a las pequeñas guacamayas fue investigar sobre la vida de Gallineto Gallinei.

Investiga y descubre quién puede ser ese personaje en la historia de la humanidad y cuál fue su aporte a la ciencia. Escribe aquí tu respuesta.

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Desafío 4.

Organiza y aconseja. Las tareas se iban acumulando y amontonando en la casa-árbol de las guacamayas.

Seguramente esto te ha pasado con tus deberes. Aconseja a las pequeñas guacamayas sobre cómo organizar su espacio de trabajo: a. ¿Qué elementos deben estar en tu espacio de trabajo (materiales, herramientas, muebles, etc)? b. ¿Qué características debe presentar? (Luz, limpieza, silencio, etc.).

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c. ¿Cómo organizar los cuadernos, libros y guías?

e. ¿Cómo clasificar las guías (impresas, fotocopiadas o digitales) que envían los maestros?

d. ¿Cómo almacenarlas?

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Escribe lo que necesitas

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Horario 7 a.m.

8 a.m.

9 a.m. .98.

10 a.m.

11 a.m.

12 m.

1 p.m.

2 p.m.

3 p.m.

4 p.m.

5 p.m.

6 p.m.

7 p.m.

8 p.m.

Lunes

Martes

Miércoles

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Desafío 5.

Marca la pauta con tus acciones. Otra manera de ayudar a la familia de las guacamayas es enseñarles cómo organizar su tiempo para que no dejen de lado actividades y espacios tan importantes como lo son el descanso, ayudar en los oficios del hogar, la alimentación, la recreación y el compartir en familia. Utiliza la siguiente tabla para planear tu semana.

Jueves

Viernes

Sábado

Domingo

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Desafío 6.

Diseña. La mamá guacamaya tomó una decisión muy delicada… ¡prohibir las tareas! Utiliza como ejemplo algunas señales de tránsito reglamentarias y diseña el símbolo de “prohibido hacer tareas”.

Desafío 7.

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Reconoce y valora. ¿Consideras necesario que alguien te ayude a hacer las tareas?, ¿por qué es importante recibir ayuda para hacer las tareas?, ¿quién es la persona encargada de ayudarte a hacer las tareas? Utilizando solo cinco palabras escribe un mensaje de agradecimiento a quienes te ayudan a hacer tus tareas. Con ayuda de un dibujo ponle tu toque personal.

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Minirreto: Ten en cuenta que hay una gran diferencia entre recibir ayuda y que otros hagan las tareas por ti. Indaga el significado de las palabras: “autonomía”, “disciplina”, “responsabilidad”. Escribe su significado en un glosario y analiza: ¿qué tienen que ver estas palabras con tu proceso de aprendizaje?

Desafío 8.

Organiza un círculo de la palabra con tu familia. Quítense los zapatos, pónganse cómodos y conversen en torno a las siguientes preguntas: ¿todo lo que aprendemos en la escuela sirve para la vida?, ¿por qué?, ¿qué cosas de las que aprendieron en la niñez les han servido a tus familiares adultos para convivir con otras personas? Este saber es un maravilloso tesoro, escríbelo y consérvalo. Representa este bonito momento de diálogo con ayuda de un dibujo dentro del siguiente círculo.

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Desafío 9.

Pregunta y descubre. Preguntar es un principio del aprendizaje autónomo y nos permite descubrir el mundo. Escribe un mensaje, léelo y envíalo a tu profesor o profesora. Agradécele por su interés en ayudarte; por garantizar, con su trabajo, tu derecho a la educación.

Pregúntale: ¿qué es el aprendizaje significativo?, ¿qué son las habilidades para vida?, ¿cuáles podrían ser?

Desafío 10.

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Transforma los deberes. Mamá guacamaya es muy inteligente y logró que la casa en el árbol se convirtiera en una segunda escuela. ¿Has pensado que los deberes del hogar pueden ser divertidos y que también pueden ayudarte a aprender cosas nuevas? Une con una línea el oficio con la posibilidad de hacerlo divertido y con un aprendizaje nuevo.

¡Qué enredo!

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Posibilidad de hacerlo divertido

Aprendizaje nuevo

Inventa una herramienta para llegar a pequeños rincones.

Tensión y elasticidad, simetría, características de materiales textiles.

Barrer

Háblales y cántales cosas bonitas.

Verifica si este secreto ancestral funciona para fortalecerlas.

Masa y volumen de pequeñas partículas, clasificación de objetos.

Cuidar las plantas

Estira tan cuidadosamente la superficie que puedas lanzar una moneda y hacerla rebotar.

Uso racional del agua, reacciones químicas y ciencia aplicada a la vida cotidiana.

Lavar los alimentos

Inventa un sistema para almacenar (y reutilizar) cada gota de agua utilizada durante el proceso.

Morfología y características de un organismo vivo.

Limpiar el polvo

Pon música e imagina que tienes una pareja de baile.

Formas, aromas, texturas, colores, producción agrícola, alimentación saludable.

Lavar la loza

Inventa una historia para cada uno de ellos y asígnales un nombre de acuerdo a su color.

Diferentes texturas y materiales, usos de los recursos naturales en el hogar.

Oficios

Tender la cama

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Desafío 11.

Habla con la mirada.

Ponte tu tapabocas personal y utiliza solo tus ojos para inventar un nuevo lenguaje y contar historias:

1. Toma un cuaderno y escribe asignando una palabra, un personaje, un color, un lugar, a diferentes posiciones de los párpados y de los ojos. Observa el siguiente ejemplo:

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Ojos cerrados: noche Ojos abiertos: día Ojo derecho abierto: perro Ojo izquierdo abierto: gato Ojo derecho abierto mirando Ojo derecho abierto mirando Ojo derecho abierto mirando Ojo derecho abierto mirando

a a a a

la derecha: árbol la izquierda: desierto arriba: montaña abajo: río

2. Comparte con tu familia los significados creados y trata de narrarles una historia solo utilizando tu mirada. Puedes ayudarte con las manos.

3. Pide a otros miembros de la familia que lo intenten, seguro se divertirán.

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Desafío 12.

Enseña a tus mayores. Así como papá guacamaya aprendió que la diversión y la educación pueden estar juntas en el hogar, tu padre y tu madre pueden aprender algo nuevo cada día. Piensa en los dos aprendizajes más interesantes que adquiriste esta semana (palabras nuevas, habilidades, animales extraños, etc.) y dicta una pequeña clase a tus padres para compartir este saber. ¿Cómo harás para que tu primera oportunidad de ser profesor sea divertida para tus padres? Escribe aquí los dos aprendizajes que quieres compartir y tu propuesta de clase.

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