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La agenda del PCCh para el siglo XXI

Las decisiones del Partido impactan definitivamente en el escenario mundial

Por EDUARDO KLINGER PEVIDA*

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SIN importar las filiaciones políticas e ideológicas, en el mundo se estuvo pendiente del desarrollo del XX Congreso Nacional del Partido Comunista de China (PCCh); lógica atención hacia la evolución de un evento trascendental para la sociedad china, pero que tiene, ineludiblemente, un impacto global. Es la segunda economía mundial en marcha indetenible hacia lo más alto del pódium, responsable del 30 % del crecimiento económico global y líder de las exportaciones planetarias. Definitivamente, las decisiones del PCCh, rector del quehacer de la nación, impactan en el escenario del mundo.

Reafirmación de sus raíces

En su XX Congreso Nacional, el PCCh reafirmó sus raíces ideológicas sustentadas en el marxismo, interpretado y aplicado de manera creativa, ajustado a las verdades y realidades de la idiosincrasia y tradiciones culturales de la nación china, y orientado a la construcción de un “país socialista con características chinas”.

En ejercicio democrático inherente al modelo sociopolítico de la nación china, los delegados al Congreso fueron electos garantizando la más amplia representatividad de sectores sociales, regiones y minorías. Fue un encuentro del pueblo chino con sus dirigentes para definir rumbos y elegir y/o confirmar nuevas autoridades. La integración y composición de los delegados reflejaron la realidad de un Partido centenario poseedor de una gran fuerza rejuvenecida y altamente calificada con 96 millones de miembros.

Quienes observamos y damos seguimiento al dinámico proceso chino, vemos la dirección de un Partido que ha sido capaz de dirigir a la nación hacia grandes éxitos, y que puede mostrar como gran joya de su gestión la proclamación de la República Popular China y haberla conducido desde una situación socioeconómica precaria y de aislamiento internacional a un escenario de florecimiento y efervescencia científica y tecnológica. Después de celebrar 100 años de constituido en 2021 con dignidad, honor y resonantes éxitos tanto en campos de batalla como en escenarios mundiales, y protagonizar un verdadero fenómeno socioeconómico en la construcción de la República Popular China, el PCCh catapulta al país hacia una sociedad moderna, de socialismo desarrollado y ejemplo mundial clave para su también primer siglo en 2049. No hay en la historia de la humanidad otro partido político que pueda mostrar tal hoja de ruta tanto como el Partido como conductor de una gran nación.

La estrategia organizativa y de dirección que muestra el Partido al mundo con las celebraciones quinquenales de sus Congresos donde, en retrospección y proyección, demuestra la posibilidad, racionalidad y efectividad de programar a largo plazo, le granjea admiración y respeto, y en los países del llamado mundo en desarrollo trasplanta esperanzas de que puede abrirse un camino de progreso si en la comunidad internacional prevaleciesen la cooperación, la comprensión y la aceptación del derecho de cada pueblo a escoger su propio destino.

Rescate de la pobreza

El PCCh, al centrarse en el pueblo, ha sido capaz de elevar los niveles de bienestar y confort de toda la población, en un proceso permanente y coherente de rescate de la pobreza. Cientos de millones de personas han dejado de ser pobres y conforman una clase media que es parte de la maquinaria de desarrollo y progreso de la nación. En ocho años, entre 2013 y 2021, políticas y planes bien concebidos y mejor implementados permitieron extraer los últimos 100 millones de habitantes que vivían en condiciones de pobreza extrema. Con coherencia y perseverancia, la gestión no se detuvo ahí, sino que se profundiza para estabilizar la conquista y evitar recaídas. Xi Jinping, conductor de la nación desde 2012, no ha escatimado inversiones de alcance social. En un mundo que ve cada día más difícil alcanzar la meta planteada por la ONU para erradicar la pobreza extrema en 2030, no puede sino impresionar tal hazaña a quienes presenciamos el logro chino con un decenio de anticipación.

Mientras que en el plano nacional el Partido y el Gobierno no escatiman ni esfuerzos ni recursos en mejorar las condiciones de vida de la población y alcanzar un desarrollo de alta calidad, el mundo igualmente respeta y reconoce la visión solidaria y humanitaria de China hacia los demás países brindando apoyo y colaboración internacional. En tan solo ocho años, la Iniciativa de la Franja y la Ruta, cuyos motores arrancó el secretario general del Partido y presidente de la nación, Xi Jinping, en 2013, ha ido mejorando sustancialmente la realidad logística y económica comercial en acuerdos con más de 140 naciones y más de 30 organizaciones internacionales, con las que se ha acumulado un intercambio comercial de más de 12 billones de dólares, habiéndose convertido China en el principal socio comercial con 128 de esos países. Resulta una prueba excelsa de la visión china de una comunidad de bienestar compartido.

Los logros de la República Popular China tanto en lo social como en lo internacional muestran un concepto de desarrollo y progreso inclusivo en lo nacional y en lo internacional.

No se puede dejar de resaltar la extraordinaria capacidad que ha mostrado el pueblo chino para unificar y consolidar, bajo un mismo concepto de nación, a las diferentes etnias que conviven en ese gigantesco país, así como la sensibilidad social mostrada al reconocer estructuras autonómicas en las que las diferentes etnias sienten el respeto a su identidad nacional. El hilo conductor umbilical que ha sido capaz de unir a todos ha sido, ciertamente, el Partido Comunista de China.

China ha sabido, con su tradicional ingeniosidad, carácter innovador y la potenciación en los niveles de la ciencia y la tecnología, salir del enclaustramiento y hostilidad a la que se le sometió por décadas, se ha abierto paso firmemente y ha ido promoviendo una apertura de alto nivel que, junto con el creciente bienestar de su población, su completo sistema industrial y su estabilidad social, resulta crecientemente irresistible para los inversionistas internacionales que no conciben quedarse al margen del más gigantesco y dinámico mercado del mundo; partícipe, además, en varios acuerdos de libre comercio.

Consciente de sus compromisos globales, el Partido también nos muestra en el mundo su audaz y excepcional esfuerzo contra las causas que provocan el cambio climático, habiendo tomado acciones que lo elevan a nivel planetario por el altísimo nivel de forestación, reverdecimiento, expansión de fuentes de energías renovables y el gran ritmo de reconversión del parque vehicular. Por todas partes se admira la limpieza de aire y agua que se está logrando en China.

Contribución a la paz

Indiscutiblemente, son de gran alcance global y valiosas contribuciones a la paz y estabilidad mundial las propuestas de iniciativas presentadas internacionalmente por Xi Jinping: una Iniciativa para el Desarrollo Global (IDG) y otra Iniciativa para la Seguridad Global (ISG), sustentadas en el respeto mutuo y la colaboración con perspectivas de beneficio recíproco. Son expresiones de la alta valoración del líder chino por el multilateralismo. Se reclama que todos se adhieran a los principios de la coexistencia pacífica y fomentar un nuevo tipo de relaciones globales que se centren en la igualdad, la no interferencia en asuntos internos y el respeto a la soberanía nacional. Además, desde el Gobierno, el Partido Comunista de China reclama consecuencia con la globalización económica y se descarten las prácticas de proteccionismos bajo cualquier pretexto.

Es un mundo donde más del 92 % de las naciones reconocen el principio de una sola China y miran con respeto la paciencia de las autoridades chinas esperando que las condiciones sean propicias para resolver el problema de la soberanía nacional amenazada desde Taiwan y sus eventuales promotores en un contexto de negociaciones. Ha sido un verdadero ejemplo de tolerancia y apuesta por la paz mundial. Comoquiera, es igualmente admirable la determinación de no permitir ningún desgajamiento de la integridad territorial.

En los más de cuatro años en los que la República Dominicana ha iniciado el fomento de las relaciones bilaterales formales con la República Popular China se ha avanzado rápidamente convirtiéndose desde ya, China, en el segundo socio comercial del país, en tanto se avanza en fórmulas de cooperación que han ido estrechando las relaciones y comprensiones mutuas. El suministro de las vacunas contra el COVID-19 y otros insumos fue crucial para que el país pudiera enfrentar la pandemia. Fue la misma situación de la que se favorecieron decenas de países que solo gracias a la solidaridad de Beijing pudieron iniciar campañas para contener la extensión del coronavirus.

Internacionalmente valoramos positivamente la consideración de Xi Jinping al interpretar las grandes transformaciones acontecidas en los últimos diez años como “un hito en la historia del Partido, de la República Popular China, de la reforma y la apertura, del desarrollo del socialismo y del desarrollo de la nación china”.

Las conquistas integrales alcanzadas por China en lo interno y en lo externo explican y justifican ante los ojos del mundo que se haya confirmado a Xi Jinping al frente del Partido Comunista de China y del Gobierno nacional. A quienes desde otros ámbitos miramos lo alcanzado, no podemos sino desear nuevos éxitos y felicitaciones al pueblo, al Partido y al Gobierno de China.

*Eduardo Klinger Pevida es miembro de la Academia de Ciencias de la República Dominicana y director del Centro de Análisis y Estudios sobre China (CAyE- CHA).