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Aprendizaje Servicio (ApS)

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Erasmus+ 2017-18

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PROYECTOAPRENDIZAJE SERVICIO

Por Antonio Hidalgo. Profesor. Por Gloria Trasancos. Directora de la Residencia de Ancianos María Leonor.

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El CEPA Pedro Martínez Gavito visita la Residenciade Ancianos María Leonor

En la loma del monte Abantos se encuentra una acogedora residencia de ancianos situada en la calle María Leonor. Esta residencia, con el mismo nombre que la calle, agasajó a los alumnos de nuestro Centro de Adultos Pedro Martínez Gavito, no solo con su almuerzo, sino con la sabiduría popular de sus residentes.

Desde el principio, el ambiente en la fundación María Leonor era expectante ante tal evento, pues los anfitriones tenían mucho que contar a nuestros jóvenes adultos. Los temas sobre los que se nos iluminó tenían que ver con dos leyendas próximas al lugar, en el que está situado el hogar de tan amables personas.

La primera leyenda, la cual pertenece al acerbo cultural de la histórica localidad de San Lorenzo de El Escorial, era sobre lo acontecido al niño Pedrín. Esta historia no exenta de componentes dramáticos, e incluso nos atreveríamos a decir que misteriosos, ya pertenece al pueblo y por ello a través de la tradición oral se va construyendo un relato que llega hasta nosotros aunque, claro está, con cierta desviación de lo ocurrido realmente. En una apasionante charla, nos comenta una trabajadora del centro cómo hay dos versiones diferentes sobre este escalofriante hecho. En principio, según la leyenda “el niño Pedrín” contaba con tres años pero, a través de un interesante documental proyectado por la residencia, descubrimos que la víctima tenía ocho años. En el lugar donde se encontraron al niño actualmente hay una cruz que reza así: “El 10 de febrero de 1893, fue hallado en este sitio el cadáver del desgraciado niño Pedrín Bravo y Bravo, víctima del brutal salvajísimo”. Como muestra del impacto que provocó tal suceso en las gentes de San Lorenzo, se erigió esta cruz, para no olvidar, y como diría una anciana residente, familiar de Pedrín, "la única verdad es que es una herida sin cerrar".

La segunda actividad con la que nos deleitaron fue la interesante leyenda del ladrillo de oro que mandó colocar Felipe II en el Monasterio de El Escorial. Tal muestra de vanidad y soberbia de este monarca, en cuyos dominios no se ponía el sol, era, según nos contaron la materialización de su faceta más supersticiosa. Pues bien, ni era un ladrillo, ni era de oro, ni se desconocía donde se encontraba.

Estas leyendas, de las que fuimos partícipes, fueron el pretexto para reunirnos diferentes generaciones en un entorno común enriquecedor para todos. Por un lado, con nuestra presencia irrumpimos en la monótona rutina de estos ancianos, estimulando esas mentes y recuerdos que de otro modo correrían el peligro de enmudecer y, en resumidas cuentas, silenciar la intrahistoria de la localidad.

Por otro lado, nuestro alumnado tuvo la oportunidad de introducirse en otro "universo", otra realidad, buscando así empatizar con algo que no queda tan alejado de ellos, el paso del tiempo.

Después de que nuestros anfitriones dejaran el pabellón bien alto, nos espera otra reunión, pero esta vez en nuestro centro educativo. Y hemos asumido el reto de encontrar historias tan interesantes y misteriosas como las que nos contaron ellos, y conseguir así transformar ese momento en algo memorable para contar.

2º ENCUENTRO - 21 de Marzo de 2018Los mayores de la Residencia Maria Leonor visitanel CEPA Pedro Martínez Gavito

Llegó el día esperado, el 21 de marzo, un día ventoso haciendo honor al mes de Marzo. Nos encaminamos hacia el CEPA Pedro Martínez Gavito. Estábamos ilusionados y expectantes ante la presentación de las leyendas que nos tenían preparadas el grupo de alumnos de este centro. El colegio Pedro Martínez Gavito es un edificio nuevo y espacioso. Nos reciben los profesores y los alumnos, pasamos al aula y nos sentamos como unos estudiantes para recibir una clase sobre las historias y leyendas relacionadas con el Monasterio de San Lorenzo del Escorial y el Rey Felipe II. Para los mayores y para los técnicos de la Residencia es un gran recuerdo volver a un aula. Los ancianos añoran su infancia y valoran las instalaciones actuales de la escuela y los medios materiales que disponen.

La primera Leyenda que nos presentan es “La Casa de las siete Chimeneas” de Madrid: La casa se construye en el Siglo XVI por orden de Felipe II quien se la regala a su amante Elena. Elena es casada con un Capitán de la Armada Española, el Capitán Zapata. En esta casa la pareja fijó su residencia y vivió feliz pero a las pocas semanas él tuvo que acudir al frente a combatir a Flandes, a la batalla de San Quintín. Elena quedó sola en casa, desamparada, esperando noticias de su marido hasta que recibió la peor noticia posible, su esposo acaba de fallecer en el frente.

La joven viuda entró en la mayor de las depresiones. Desconsolada se convirtió en un alma errante que deambulaba por la casa hasta que un día apareció muerta, tumbada sobre la cama. Aparentemente había muerto por desamor pero la gente del servicio siempre mantuvo una opinión bien diferente, su ama mostraba claros signos de violencia cuando apareció muerta. El extraño fallecimiento se convirtió en la comidilla de todo Madrid y un secreto, vio la luz, Elena tenía un amante y se trataba del monarca regente, Felipe II. Es a partir de ese momento cuando se empezaron a producir una serie de extraordinarias apariciones en la casa. Fueron muchos los testigos que juraron haber visto a un espectro caminando por el alero del tejado. Una doncella vestida de blanco que desfilaba con paso lento, unas veces sujetando una antorcha y otras, dándose golpes en el pecho. En el Siglo XIX, el Banco de Castilla se hace con la propiedad del edificio y el misterio de Elena recobró importancia con un inesperado giro en la leyenda. Durante las obras de reforma del edificio, tras uno de los muros del sótano, unos operarios descubrieron, con estupor, el cadáver de una mujer con un puñado de monedas de oro, éstas, curiosamente, de la época de Felipe II…

La segunda Leyenda, gira en torno al “Monasterio del Escorial y el famoso Perro Negro” que se aparecía durante las obras de construcción y que aterrorizaba a los obreros por las noches. Comenzó entre el personal del monasterio a correr el rumor de que el perro, en realidad, era un protector del lugar ya que el Escorial se considera como un lugar donde se encuentra una de las puertas del mismísimo infierno y que esta misma razón era la que había llevado a Felipe II a construir el monasterio en este sitio. Finalmente, el perro fue capturado y por orden del monarca fue ahorcado y exhibido en una de las torres del monasterio, donde estuvo mucho tiempo.

La última historia “Las mujeres rientes de Robledo de Chavela” nos traslada a las historias celtas de brujas y bosques … nos sitúa en un claro del pinar de Robledo de Chavela. Nos cuentan que hace como dos siglos un grupo de doncellas del lugar invocaba los espíritus del más allá y a las fuerzas del destino siempre que hubiera una buena paga por parte de las mujeres ricas de la ciudad. Las doncellas escenificaban bailes hasta el amanecer alrededor de un caldero con pócimas mágicas. El final de las doncellas llegó una noche cuando se acercaron demasiado a la lumbre del caldero y se prendieron fuego. Desde entonces, las risas de las mujeres se escuchan por las noches en el pinar de Robledo y junto al lugar de la piedra de “El Lisadero”.

El final del encuentro entre alumnos y ancianos coincidió con la hora del aperitivo, juntos disfrutamos de un placer que no tiene edad, el picoteo ¡Muchas gracias por vuestra acogida!

Llegaría la última reunión, y esta vez en su centro de ancianos. Esta fue –sin duda la jornada más significativa en cuanto a consecución de los objetivos planteados. Se distribuyeron a los alumnos y ancianos en cuatro grupos mixtos. Cada grupo tenía como misión hacer un mural de una o dos de las leyendas que hemos comentado. Al ser más interactiva, los jóvenes y los mayores dialogaron ampliamente sobre las leyendas, sobre otras historias, y sus habilidades para el arte de las manualidades, e incluso, descubrieron que sus familias eran antiguas conocidas. Todo resultó extraordinariamente familiar.

De repente se olvidaron de la vergüenza que les daba la experiencia y encontraron el sentido a la visita, y en definitiva a todo el proyecto. De los cuatro murales que se realizaron, dos de ellos cuelgan en el CEPA, y son los que corresponden a las leyendas que nos contaron los ancianos; por otro lado, en la Residencia lucen los murales sobre nuestras leyendas, en recuerdo mutuo de esta agradable jornada compartida. Esperamos y deseamos que esta sea la primera de muchas actividades de proyecto aprendizaje y que pueda trascender de nuestros muros hacia fuera en futuras actividades de voluntariado en la Residencia María Leonor.

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