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Bosque Gavito. Actividades realizadas en colaboración con el Arboreto Luis Ceballos

El pasado 21 de septiembre, salimos temprano desde el Cepa al encuentro de los compañeros del Arboreto Luis Ceballos, centro de educación ambiental situado en el Monte Abantos de San Lorenzo de El Escorial. Habíamos quedado para regar los plantones de roble, encina y arce que se plantaron el curso anterior en nuestro tesoro más preciado: el Bosque Gavito. Llegamos al camino donde comienza la plantación tras un agradable, aunque cuesta arriba, paseo de unos 20 minutos que nos permitió ir observando la belleza del entorno del Monte Abantos y San Lorenzo de el Escorial desde lo alto. Allí estaban esperándonos ya los compañeros del Arboreto con el coche cargado de garrafas de agua. Después de los pertinentes saludos y presentaciones, nos explicaron un poco su actividad en el arboreto y cómo funciona el bosque, las diferentes tareas que se pueden ir realizando en el mismo a lo largo del año, como sembrar semillas, plantar nuevos árboles, regar, eliminar especies invasoras como las ramas de ailanto, plantar otras especies como aromáticas, o construir casitas para aves o refugios de murciélagos. Luego fuimos buscando los plantones, que de media miden unos 30-40 cm, aunque esto es variable, y por tanto hay que ir paseando por el monte para encontrarlos. Los arbolillos están protegidos con mallas para evitar que las cabras u otros animales se los coman o los rompan al pasar, y tienen puesto un tutor que los sujeta y permite que crezcan erguidos.

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Durante el verano, los chicos del Arboreto amablemente se han encargado de regárnoslos. Nos propusieron unas fechas pidiendo la colaboración de todos para que con un poco de implicación sea más fácil y divertido. Así, el 2 de septiembre era el primer día que debíamos subir a regar,pero nofue necesario porque había llovido bastante los días previos y lo pospusimos al día 21. Así que nos fuimos separando, repartiendo el agua y regando cada plantón con 5 litros. Como el Bosque Gavito está en una ladera con inclinación, hay que intentar que el agua caiga en la parte superior del pocillo para intentar que la planta la pueda aprovechar mejor y no se pierda ladera abajo. Una vez nos aseguramos que todos los plantones del Bosque Gavito estuvieran regados, regresamos al camino, dejamos las garrafas vacías y nos despedimos hasta pronto de los chicos del Arboreto con vistas ya a la próxima actividad en colaboración: la siembra de semillas para seguir repoblando el bosque. 21

El 29 de octubre, los alumnos y alumnas del CEPA subimos al Arboreto Luis Ceballos a continuar con nuestra labor de plantación y replantación de semillas y plantones para nuestro bosque Gavito. Al llegar nos repartimos en dos grupos para distribuir las tareas y hacer primero un grupo una cosa y luego otra. Lo primero que hicimos fue trasplantar los cepellones que habían crecido a partir de semillas que los compañeros habían sembrado el año pasado. Los pasamos a unas macetas más grandes, con cuidado de coger también la tierra en la que estaba la raíz, para que pudieran seguir creciendo mejor. Por otra parte, plantamos bellotas de encina y roble en macetas pequeñas o alveolos, para dar continuidad a la misión de reforestar el Bosque Gavito. Para ello, preparamos la tierra, mezclando una parte principal de sustrato, con otra parte de arena de río y un puñado de perlas de nutrientes. Después cubrimos con tierra, regamos todo y lo dejamos preparado para que el curso siguiente se realice el mismo proceso. Entre medias, habrá que regarlos cada cierto tiempo, para lo que nos ayudan los chicos del arboreto. La siguiente actividad fue, aprovechando que estábamos en el Arboreto, un recorrido por sus instalaciones y plantaciones para ver y reconocer su flora y saber la historia del bosque. Nos enseñaron, entre otras cosas, cómo extraían resina de los árboles, lo que nos resultó muy curioso. Fue una actividad lúdica, entretenida e interesante, en la que participamos todos los alumnos que quisimos o pudimos, y una forma estupenda de colaborar con el mantenimiento del ecosistema y de estar en contacto con la naturaleza y con los compañeros del CEPA.

El 2 de diciembre del 2021 los alumnos de la tarde del Cepa pudimos vivir la experiencia de plantar y replantar para nuestro trocito de bosque. Fue una oportunidad maravillosa de crear vida y mantener la biodiversidad de nuestro ecosistema. Empezamos eligiendo las semillas y bellotas previamente recolectadas, las metíamos en agua y si flotaban estaban dañadas y teníamos que deshacernos de ellas y si se hundían eran válidas para nuestro bosque. Una vez escogidas, mezclamos la tierra con humus y sustratos para después colocar la mezcla en unos plantones y plantar las semillas y bellotas. Eran bellotas de roble y encina y semillas de Arce de Montpellier. Una vez plantadas en horizontal las bellotas y en vertical las semillas, procedimos a replantar en plantones más grandes las semillas que ya habían crecido de años anteriores, con mucho cuidado pues era bastante delicado el proceso. Una vez hecho plantamos aromáticas en mi grupo tocó orégano y lavanda, aunque también había tomillo y romero. Regamos todo, y, para terminar, recogimos y limpiamos el laboratorio. Fue una gran experiencia y con ayuda de mis compañeros y nuestras profesoras, ¡salió genial! Hay más vida en nuestro bosque con un poquito de cada uno de nosotros en cada árbol y con mucho mucho cariño.

Continuamos con las actividades relacionadas con la conservación y replantación de nuestro trocito de bosque en el monte Abantos: el Bosque Gavito. En esta ocasión acudimos preparados para trabajar duro. Teníamos varias importantes misiones por lo que nos dividimos en 3 equipos de trabajo, cada uno acompañado por un integrante de nuestros aliados del Arboreto Luis Ceballos y fuimos rotando por las 3 tareas encomendadas. Por una parte, trasplantar las macetas con los plantones del año anterior de roble melojo y encina para que tuvieran ya un lugar definitivo en el monte. Para ello, por parejas, elegimos el sitio (las encinas soportan más luz y los robles debían estar en zonas de más umbría), retiramos los tiestos antiguos y fuimos cavando un pozo de unos 50 cm de diámetro y 30 cm de fondo en los que cupiera el cepellón. Debido a que apenas ha llovido este invierno la tierra estaba muy seca y dura y costaba. También en algunas zonas en las que había piedra costaba más. Pero el esfuerzo merecía la pena. Después tapamos con la tierra retirada, y le hicimos una barrera en el lado más bajo para retener el agua que cayera por la ladera y las regamos con una garrafa de agua.

Por otra parte, fuimos sembrando bellotas de roble por diferentes zonas, algunas germinadas y otras aún no, excavando pequeños pocillos y poniéndolas tumbadas, con la esperanza de que no se las coman los animales y alguna crezca. Y, por último, estuvimos en la ardua tarea de retirar plantas de ailanto, una especie de árbol invasora en estas latitudes, que impide el buen crecimiento y desarrollo de otras plantas autóctonas que tiene a su alrededor, porque emite sustancias tóxicas a la tierra y además crece mucho impidiendo el paso de la luz a otras especies y por tanto la fotosíntesis, perjudicándolas. En esta fecha no tienen hojas, porque son de hoja caduca, y se identifican porque crecen sus troncos juntos y erguidos. Había que tirar de ellos y sacarlos sin romper las raíces, para erradicarlas por completo y que no volvieran a crecer. Aunque no era fácil, porque muchos tenían raíces ya grandes y gruesas que no se sabía dónde acababan, y otros se partían. No obstante, avanzamos bastante.