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RECORDANDO NUESTRO INICIO
En un paraje de la jurisdicción de Antioquia, llamado Pie de la Cuesta tenía una de sus haciendas Alonso de Rodas Carvajal y allí se hace el primer asentamiento oficial de San Juan del Pie de la Cuesta por Herrera Campuzano.
El Visitador en la ciudad de Antioquia el 8 de julio de 1615 ordena se creen tres poblaciones: una en el sitio que llaman de Pie de la Cuesta; la otra en Hato Viejo en la tierras de María de Quesada. Estos dos sitios son los que más se acomodan para la fundación y tienen lo necesario para que se construyan las dos poblaciones: buenos temples, agua, leña y tierras para cultivar y poder tener su sustento (maíz y demás comida para los indios); la otra población que se ordena construir es el Valle de Aburrá.
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“Era sabido por las autoridades españolas que la población indígena de Antioquia era escasa pero muy explotada en la minería, por eso la protección de los naturales era una de las prioridades de la visita de Francisco de Herrera Campuzano y para hacerlo de una forma efectiva era necesaria la conformación de pueblos de indios1”.
Según el acta de Fundación de San Jerónimo, el Licenciado Francisco de Herrera Campuzano del Consejo Real y Oidor de la Real Audiencia, visita la ranchería del Capitán Rodas Carvajal y ordena la fundación de San Juan del Pie de la Cuesta en ese mismo lugar, lo mismo que ahí da el documento de creación del pueblo indígena de Nuestra Señora de Sopetrán. Por orden del Visitador Alonso de Rodas cede su casa y posesiones para el dicho sitio y nueva fundación.
Quien es destituido de sus dominios en ese paraje es hijo del gran Gaspar de Rodas, gobernador de Antioquia desde 1578 hasta su muerte en 1607 y de la indígena de la comunidad de Peque, Catalina.
Nació en 1555 en la Villa de Santa Fe de Antioquia, donde tiempo después sería Alcalde en 1595. Otras genealogías lo colocan naciendo en Arma, Caldas en 15542 . Catalina era “una india de nación catía, y fue criado en casa de su padre. Se sabe muy poco sobre su niñez, pero lo que sí es seguro es que después de 1567, cuando su progenitor regresó de un prolongado destierro, lo acompañó en las diferentes expediciones de conquista, pues, según un testigo de la época, lo tenía en “mucha estimación, nombrándole y aplicándole como a su hijo que es”3
Según una página genealógica 4 se casó tres veces. Con la minera María Centeno Taborda, de cuyo matrimonio nació Juan Rodas Centeno el 21 de enero de 1610, pero falleció siendo niño; también tuvo una relación con Isabel Beltrán, de esa unión nacieron Juan de
1 La comisión de visita ordenaba:“Y porque soy informado que los indios de la dicha gobernación de Antiochia son demasiadamente trabajados y maltratados de los calpixques, mayordomos, pasajeros, mestizos, mulatos, indios ladinos, negros y otras personas y se sirven de ellos haciéndoles grandes agravios y perjuicios, por ser perniciosos y molestos entre ellos, averiguada la verdad, pondréis elremedio más efectivo y conveniente albien y conservación de los dichos naturales para que los tales no se sirvan de ellos niestán ni habiten entre los dichos indios ni en sus pueblos so las penas que les pusiéredes y procedáis contra ello conforme a derecho castigando los culpados”. agn, Bogotá, Colonia, va, Tomo i, Antioquia y Cáceres, f. 7v.
3 En 1582, el escribano de Santafé de Antioquia Pedro Ruy de Tamayo afirmó que era público y notorio que Alonso de Rodas era “hijo natural del dicho governador Gaspar de Rodas, avido siendo soltero y con mujer libre y soltera”. AGN, Colonia, Empleados públicos de Antioquia, t. 3, ff. 588r-v.
4 https://www.genealogiasdecolombia.co/persona/?alonso-gaspar-de-rodas-carvajal-TDGNT
RodasCarvajaly AlonsoGasparde Rodas.Notenemoselnombrede sutercera esposa(debió ser india), de la que nació Francisco de Rodas y N. Rodas, que se casó con Miguel Sánchez.
“Todavía adolescente, se alistó en 1570 en la hueste que comandó su padre para reprimir a los indios peques y ebéjicos que asolaban la ciudad de Antioquia la vieja, y que culminó con la fundación de la ciudad de San Juan de Rodas, donde asistió año y medio en la dicha conquista Seguidamente, participó en el castigo a los indios tahamíes y nutabes que asesinaron al gobernador Andrés de Valdivia en 1575. En esta guerra, el mestizo Rodas aportó armas y caballos y mantenimientos y otros pertrechos, acogió en su rancho a soldados paniaguados durante más de un año y fue vecino de la ciudad de Cáceres, en donde recibió en encomienda una buena porción de los indios nutabes. Posteriormente, su padre fue comisionado por la Audiencia de Santafé para que auxiliara a los habitantes de la ciudad de Santa Águeda de Gualí fundada en 1574 por el adelantado Gonzalo Jiménez de Quesada Allí, el mestizo Rodas comandó un grupo de soldados hasta dejar a los indios pacíficos y seguros. Su carrera frenética no paró. Entre 1580 y 1581, nuevamente los Rodas iniciaron una nueva conquista.
La riqueza de las tierras mesopotámicas entre los ríos Cauca y Nechí tenía una fama bien ganada. La expedición desembocó en la fundación de Zaragoza (1581), que fue, tal vez, el principal centro aurífero del Nuevo Mundo durante el siglo XVI. Para cimentar la importancia de su participación en las guerras de frontera, el mestizo Rodas afirmó que la ciudad se había poblado rápidamente por españoles llegados de todas las provincias de América y que se convirtió en uno de los centros mineros más frecuentados de contratación.
A Rodas Carvajal, su padre lo nombró teniente y justicia mayor de la nueva ciudad. Un año después, el mestizo Rodas ordenó redactar su relación de méritos, en la que afirmaba que era hijo natural del gobernador de Antioquia y que desde la tierna edad de los 12 años se había dedicado a combatir contra los indios de Antioquia y del partido de la Tierra Caliente, gastando su fortuna y ocupándose en los oficios de soldado, caudillo, capitán, justicia mayor y visitador general de los indios de Antioquia.
En 1591, el gobernador Rodas firmó una capitulación con el capitán Bernardo de Vargas Machuca para conquistar a los indios guazuzes. Rodas delegó a su hijo mestizo para que se encargara de reclutar y equipar la tropa, mientras que Vargas Machuca se encargaría de comandarla. Al parecer, la expedición nunca se realizó. Dos años después, el gobernador Rodas presentó a su hijo ante el Consejo de Indias como un hombre noble, experimentado, de mucha calidad y partes que servía al rey en Zaragoza. Fue elegido alcalde ordinario de Santafé de Antioquia en 1595, y dos años después, teniente de gobernador en el mismo centro urbano. Ese mismo año comenzó una serie de disputas con el clan de los Tabordas y los Guzmanes, encabezados por el pendenciero portugués Damián de Silva y por Francisco de Guzmán, el mozo, respectivamente.
Para abastecer las lucrativas minas de Zaragoza, en 1597 el gobernador Rodas le adjudicó a su hijo treinta fanegadas de tierra en Quebrada Seca (muy cerca de Santafé de Antioquia) para que cultivara maíz y sirviera como estancia de cría y engorde de ganado. Al año siguiente, recibió una estancia en el valle de Aburrá, tierra vaca y sin dueño que limitaba conlasdel exitoso mineroy tambiénmestizoPedroMartínDávila.En1604, el mestizo Rodas Carvajal reapareció como caudillo en el castigo a los indios peques y ebéjicos que se habían ausentado de sus encomiendas para refugiarse en Chocó, tierra considerada de guerra por los vecinos de Antioquia. Dos años después, al morir su padre, el mestizo quedó como heredero universal, pero no sólo de las tierras y repartimientos, sino también de las deudas y los conflictos de su progenitor. Lo que más ansiaba, el título de gobernador de la Provincia, no pudo obtenerlo, pero sí su cuñado, Bartolomé de Alarcón.
En 1607 Rodas Carvajal contrajo matrimonio con doña María de Centeno, una criolla española. Con esto parecía sellarse una serie de disputas que se remontaban a mediados del siglo XVI. Centeno era hija del capitán Fernando de Zafra Centeno y de doña Juana de Taborda, hija del capitán Juan Taborda, el viejo, un veterano conquistador que le disputó al gobernador Rodas durante décadas su preeminencia en la región. Pero el matrimonio RodasCenteno duró poco.
En 1609, el obispo de Popayán fray Juan González de Mendoza visitó la tierra muy remota de Antioquia y descasó a la pareja. Según los contradictores del obispo, lo hizo por cinco mil pesos en joyas de oro y negros que había recibido de Damián de Silva, padrastro de doña María de Centeno, a quien casó al unísono con Antonio de Machado, el mozo.
Ese mismo año, Rodas Carvajal escribió a Felipe III quejándose por la actuación del obispo payanés. Según el mestizo, el prelado actuaba como un inquisidor, pues había removido de sus cargos a los alguaciles y alcaides de la cárcel, creyéndose otro rey Midas, y extorsionado a los vecinos de Santafé de Antioquia, amenazándolos con enviarlos al Tribunal de Inquisición. Intimidados, los vecinos de mala gana daban hasta la sangre de sus brazos y el sustento de sus hijos y familia, y cuando se veían libres de sus manos, les parecía haber escapado del saco de Roma y derrota de Pabia,escribiódesconsoladoelmestizo.Continuaba afirmando que el obispo González de Mendoza imaginaba que él tenía ocultas las riquezas de Creso que le había dejado su padre, el gobernador Rodas. Su balance era negativo. Perdió tres mil pesos en oro, plata, esclavos, joyas, una mula de mucho valor y hasta a su mujer, doña María de Centeno, pues el obispo consintió que Antonio de Machado, el viejo, sacara a mano armada aCentenodesucasayselaentregara a suhijo homónimo,quedandoelmestizo llorando en este valle de lágrimas, limpio y despojado
De la unión Rodas-Centeno sólo nació un hijo, Juan, que al parecer murió joven. Aunque ya el mestizo Rodas había tenido con Francisca Beltrán, una oscura mujer, a Francisco, Juan y Gaspar de Rodas, el mozo. El segundo de ellos nunca se casó, pero tuvo una vida activa en las expediciones militares que se organizaron en Santafé de Antioquia para conquistar a los indios del Chocó, y en compañía de su hermano Gaspar, le encomendaron en 1606 los indios de Norisco (jurisdicción de Santafé de Antioquia). Este último fue el más destacado de la segunda generación de mestizos. Nacido hacia 1580, se casó al finalizar el siglo XVI con doña Francisca de Santander Pimentel, una criolla hija del contador Rodrigo de Santander 5
Si por algo se reconoce a Alonso de Rodas es por su papel como encomendero. En la visita que hace a la Provincia de Antioquia Herrera Campuzano el Secretario de Visitas, Rodrigo Zapata 6 lo presenta como Encomendero en Cáceres, con las encomiendas de San
5 Mestizaje y frontera en las tierras del Pacífico del Nuevo Reino de Granada, siglos XVI y XVII❧ Juan David Montoya Guzmán Universidad Nacional de Colombia
6 Por su parte de Rodrigo Zapata de Lobera, escribano de la visita.Se sabe que era natural de la villa de Zalamea de la Serena, de la orden de Alcántara en Extremadura, hijo legítimo de Diego y de Juana de Aldana Zapata. Escribano real y de las visitas de Indios del Nuevo Reino de Granada y en su Real Cancillería, escribano de cámara y gobernación. Estuvo casado con doña María de Mendoza y Arteaga. Sus hijos fueron Juan, doña Juana, fray Diego, fray Alonso y don Rodrigo Zapata, sucesor de su padre en el oficio de escribano de visitas
Andrés y Ciritave7 , Quebrada de Santa María y Loma de los Aguacates. Con 42 indios tributarios. Entre los encomenderos de Cáceres informados en la tabla estaba el encomendero más importante de ese momento en Antioquia, Alonso de Rodas Carvajal, quien detentaba un gran poder político y económico en la provincia.; en San Jerónimo del Monte tenía la encomienda de Guirava, con 17 indios tributarios.
En Antioquia aparece como encomendero de los Peques y Véjicos, con 55 indios tributarios; Los aburrá y Amicíes con 25 indios tributarios; de los Guaracúes, con 17 indios tributarios.
“El 14 de marzo de 1613, Bartolomé de Alarcón, gobernador y capitán general de Antioquia, en su hacienda del Valle de Aburrá, términos de la ciudad de Antioquia, dio una provisión a Pedro de Aldana para que posesionara al capitán Alonso de Rodas de una encomienda en el valle de Rionegro donde estaban los ejidos de aquella ciudad. Al día siguiente, Alonso de Rodas llevó ante Pedro de Aldana un indio llamado Sebastián, natural de las provincias de Norisco y Besta, sujeto al cacique Vayaquima, luego lo tomó de la mano y lo entregó a Alonso de Rodas, quien se paseó con él de la mano y le puso un sombrero en la cabeza y se lo volvió a quitar y le mandó sentar en un banco y se sentó y le mandó se levantase y se levantó, con lo que Rodas tomó posesión del cacique e indios de la encomienda ante Andrés de Piedrahita y Bartolomé Carvallo, testigos y estantes en aquel valle8” .
“
El indio Esteban, ladino y bien entendido, natural de Norisco de la encomienda de Alonso de Rodas, el mozo, declaró que su encomendero se servía de un indio llamado Alonso para hacer viajes con ganado de novillos y puercos a los Remedios y Zaragoza, y por este servicio le dio ruán para camisas, dos yeguas, una vaca mansa y mantas para vestirse, que el indio cambió por otras dos yeguas. Esteban relató que cerca del hato de ganado vacuno del capitán Alonso de Rodas, en la quebrada Honda, vivían indios forasteros y concertados como vaqueros. Estos indios hacían viajes llevando y trayendo ganado. En una ocasión fueron a Zaragoza. Allí tardaron un mes vendiendo las reses. En otro viaje a Cali, donde compraron ganado, permanecieron casi un año. Mientras tanto los indios que habían quedado en el hato recogían los animales los sábados y hacían rodeo del ganado en el hato, hasta que volvió el capitán Alonso de Rodas trayendo más cabezas desde Cali9” .
“Alonso de Rodas Carvajal era el hijo mestizo de Gaspar de Rodas. Aunque se prohibía que los mestizos fueran encomenderos, este poseía cinco de las más importantes encomiendas de Cáceres, San Jerónimo del Monte y Antioquia. Llegó a disponer de 139 indios tributarios, del total de 864 tributarios de la provincia.
Tenía tierras en los valles de Aburrá y San Nicolás, con hatos de ganado mayor, que le permitieron monopolizar el abasto de ganado en la provincia. El principal elemento que influía en la concepción negativa del mestizo era su ilegitimidad. En Hispanoamérica, fueron raras las uniones legítimas entre españoles e indios en los siglos xvi y xvii. Al indio se le asignó una naturaleza vil, de siervo y derrotado; mientras que los españoles eran cristianos e hidalgos. El matrimonio, como cuestión de estatus social y económico, debía hacerse entre
7 Se trataba del repartimiento de Ziritave; sus indios pagaban como tributo ocho mantas y pescado ahumado, y el mestizo Rodas los obligaba a ir a trabajar a sus minas ubicadas en la villa de San Jerónimo del Monte, y cada dos meses, a sembrar maíz en una estancia ubicada cerca de Santafé de Antioquia. AGN, Sección Colonia, Fondo Visitas de Antioquia, t. 3, ff. 457r-v
8 AGN, Bogotá, Colonia, misc, Tomo vi, Norisco, ff. 439v-440r.
9 agn, Bogotá, Colonia, misc, Tomo vi, Norisco, ff. 461r.bis-462r