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Según la filósofa española Adela Cortina
Cortina sostiene que la ética deontológica se basa en el cumplimiento de deberes y obligaciones morales.
Para ella, la deontología en el ámbito profesional implica el respeto a una serie de principios éticos y normas que guían la conducta de los profesionales en el ejercicio de su actividad.
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Estos principios incluyen la responsabilidad, la honestidad, la integridad, la competencia y el respeto por los derechos de los demás.
Argumenta que los profesionales tienen la responsabilidad de actuar de manera ética y de respetar los valores fundamentales de su profesión, ya que su trabajo puede tener un impacto significativo en la sociedad y en las personas con las que interactúan.
Además, destaca la importancia de la transparencia y la rendición de cuentas en el ejercicio profesional, ya que esto contribuye a la confianza y la credibilidad en el campo de trabajo.
En resumen, considera que la deontología en el ámbito de la profesión implica el cumplimiento de deberes y obligaciones éticas por parte de los profesionales, quienes deben actuar de manera responsable, honesta, competente y respetuosa con los valores de su profesión.
Estos principios éticos son fundamentales para garantizar un ejercicio profesional ético y contribuir al bienestar de la sociedad
Cortina, en su enfoque ético, también aborda la deontología en el ámbito de la relación entre profesores y alumnos.
Para ella, la deontología en esta relación implica el reconocimiento y respeto mutuo entre ambas partes, así como el cumplimiento de una serie de deberes y responsabilidades.
Destaca la importancia de que los profesores actúen de manera ética y responsable hacia sus alumnos, reconociendo y respetando su dignidad como personas. Esto implica tratar a los alumnos de manera justa, sin discriminación y promoviendo la igualdad de oportunidades.
Además, enfatiza la necesidad de que los profesores sean competentes en su disciplina y en sus métodos de enseñanza, ya que esto es fundamental para brindar una educación de calidad a los alumnos. Los profesores deben esforzarse por mantenerse actualizados en su campo y por ofrecer un ambiente de aprendizaje estimulante y motivador.
Por otro lado, destaca la importancia de la empatía y la escucha activa en la relación con los alumnos. Los profesores deben estar atentos a las necesidades y preocupaciones de los alumnos, y fomentar un ambiente de confianza y diálogo donde los alumnos se sientan seguros para expresarse y buscar apoyo cuando lo necesiten.
En conclusión, considera que la deontología en la relación con los alumnos implica el reconocimiento y respeto mutuo, el cumplimiento de deberes y responsabilidades, y la promoción de un ambiente educativo que fomente el desarrollo integral de los alumnos.
Los profesores tienen la responsabilidad de actuar éticamente, ser competentes en su disciplina y brindar un entorno de aprendizaje que promueva el bienestar y el crecimiento de los alumnos.