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Los 5 pasos básicos en el diseño de almacenes
¿Qué tengo que hacer si quiero cambiar mi almacén? ¿Por dónde empiezo?
¿Qué debo tener en cuenta? A continuación, encontrará los cinco pasos básicos cuando nos planteemos diseñar un almacén para que no nos olvidemos de ninguna de las variables a tener en cuenta.
Uno de los aspectos aparentemente más sencillos, pero que en realidad resulta muy complicado, es la distribución del espacio disponible. A la hora de diseñar un almacén siempre quisiéramos tener más espacio, pero la realidad nos dice que el espacio disponible siempre será más limitado de lo que quisiéramos, para ello la distribución ha de ser estudiada.
Para que un almacén cumpla sus funciones de tránsito entre producción y distribución con precisión, debe estructurarse teniendo en cuenta los objetivos de la compañía, la cantidad que se quiere almacenar y manipular y los costes totales de la operación.
Los factores determinantes para la organización y diseño de un almacén son sus necesidades de almacenamiento según los stocks, número de referencias y rotaciones, y sus capacidades. El diseño en planta debe estar acorde con los elementos utilizados como podrían ser carretillas, estanterías o zonas de picking
PASO 1: Tomar la decisión
La primera decisión que tomar a la hora de optimizar los flujos, dimensionar los espacios y rentabilizar los procesos de un almacén es sobre si se trata del diseño de un almacén nuevo, la ampliación de uno ya existente o la reorganización de los almacenes actuales.
Para cualquiera de estos casos la distribución del almacén debe atender al aprovechamiento del espacio de manera eficiente, minimizar la manipulación de los materiales, simplificar el acceso a los productos manipulados, buscar el mayor índice de rotación del stock, flexibilizar la ubicación y contabilizar los stocks de manera simple.
En el diseño, los objetivos a buscar son: la optimización de los flujos de entrada y salida, el diseño del lay-out con el máximo aprovechamiento del espacio, la utilización de los equipamientos más acordes con la realidad del producto y el canal a los que se dirige este producto y la búsqueda de un sistema global que sea competitivo.
Deberemos evitar aquellos diseños que promuevan la congestión o los que no permitan optimizar los tiempos y recorridos, así como los que promuevan pasos intermedios operativos.
PASO 2: Recopilación de datos
Es primordial diferenciar lo que es responsabilidad de la gestión del stock de lo que hace referencia a la gestión de almacén. La gestión de stock decide sobre qué materiales se deben tener en el almacén y qué cantidades se gestionarán, elegir los modos de aprovisionamiento y aplicar un sistema de gestión de stock. La gestión del almacén debe poner en práctica los principios elegidos por la gestión de stock y optimizar los flujos físicos dentro del almacén.
Durante esta etapa se clasifican los artículos que se hayan decidido tener en stock. Estas clasificaciones se harán siguiendo varios criterios y muy comúnmente cruzados. La finalidad de estas primeras clasificaciones es elegir primero los volúmenes de almacenamiento, luego los equipos estáticos, y por último los equipos dinámicos.
PASO 3: Localización
Uno de los aspectos más importantes a la hora de la toma de decisiones sobre la instalación de almacenes es precisamente el de la localización. Las empresas tienen diferentes necesidades estratégicas y la decisión de la localización de su o sus centros de distribución, juega un papel muy importante.
Las diferentes variables que analizar desde una perspectiva económica son los costes: terrenos, edificación y equipos; mano de obra directa e indirecta; coste de transporte y manipulación; servicios y seguros. Pero también juega un papel importante la cantidad y localización de los consumidores; número y tamaño de los pedidos; curva de demanda; importancia relativa a la proximidad; o velocidad de entrega del pedido lead-time
ZONAS QUE DEBEREMOS TENER EN CUENTA EN EL DISEÑO DE UN ALMACÉN
◗ Aparcamientos de vehículos.
◗ Muelles y zonas de descarga.
◗ Recepción y control.
◗ Stock de reserva.
◗ Picking y preparación.
◗ Consolidación y verificación.
◗ Embalado y expedición.
◗ Muelles y zonas de carga.
Además, a la hora de decidir sobre la localización de los almacenes también tendremos en cuenta otros múltiples factores como la cercanía a la fábrica, infraestructuras logísticas y polígonos existentes en las inmediaciones, disponibilidad de transportes y la comunicación con redes de carreteras, puertos, aeropuertos, etc., para hacer más fácil la distribución.
PASO 4: Dimensionado
A la hora de dimensionar el almacén, debemos traducir los datos base para transformarlos en metros cuadrados de almacenaje y pasillos necesarios en función del sistema de almacenaje, metros cuadrados de picking en función del tipo de picking, explanada de recepción, expediciones, manipulaciones, cuarentena, etc., y los metros cuadrados de gestión de devoluciones y zonas auxiliares.
Una vez definidas las superficies que necesitamos, hemos de avanzar en otras características como puedan ser restricciones urbanísticas, precio del metro cuadrado, facilidad de accesos, existencia de servicios o la posibilidad de expansión.
Por último, nos quedaría todo lo referente al edificio en sí mismo: planta diáfana, número de plantas y altillos, geometría de la superficie (evitar espacios muertos), suelo, apto para el uso destinado, existencia y posición de columnas.
◗ Devoluciones.
◗ Cámaras frigoríficas.
◗ Cámaras blindadas.
◗ Oficinas.
◗ Vestuarios y servicios.
◗ Zona de palés.
◗ Embalajes.
◗ Zona de carga de baterías.
Con estos datos podremos dibujar el lay-out de nuestro almacén, quizás tengamos que realizar varias veces este proceso hasta que nuestro proyecto encaje en una nave o parcela determinada.
PASO 5: Zonificación
En cualquier almacén deben estar perfectamente definidas las áreas y su ubicación siempre pensando en el flujo perfecto del material a través de éste. Cabe destacar que esta definición cambia según el tipo de almacén requerido por la morfología del producto o condiciones especiales operativas, pero en esencia las actividades principales son semejantes para todos los diseños o su gran mayoría y las zonas normalmente respetadas.
Las zonas que deberemos tener en cuenta en el diseño de nuestro almacén, están resumidas en el cuadro adjunto. En función de las necesidades que tengamos cada una de las zonas ganará importancia en el diseño de nuestra instalación. Es importante tenerlas en cuanta para saber los mínimos a la hora de asegurarnos que el almacén cumple con los objetivos inicialmente previstos.
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