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Relajación

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Realidad o MITO

Realidad o MITO

Conseguir un buen nivel de concentración es fundamental para un buen rendimiento. Un caballo no sólo necesita concentrarse, sino también cierta tensión. Lo mismo ocurre con los humanos, pero la cuerda no puede estar siempre tensa. ¿Cuál es el equilibrio adecuado entre tensión y relajación? ¿Existe una diferencia entre la tensión física y la mental? ¿Y cómo se encuentra el equilibrio adecuado entre tensión y relajación en un caballo? El Dr. Filip Vandenberghe, experto en coaching deportivo, responde a todas estas preguntas.

RELAJACIÓN

EL DR. FILIP VANDENBERGHE SE LICENCIÓ EN LA FACULTAD DE VETERINARIA DE LA UNIVERSIDAD DE GANTE EN 2001. EN 2004 SE INCORPORÓ AL EQUIPO DE LA DIERENKLINIEK DE BOSDREEF. AHÍ DESEMPEÑÓ UN PAPEL DECISIVO EN EL DESARROLLO CLÍNICO DE LA RESONANCIA MAGNÉTICA EN EL CABALLO EN ESTACIÓN. EN 2011, FILIP SE CONVIRTIÓ EN MIEMBRO DEL EUROPEAN COLLEGE OF VETERINARY DIAGNOSTIC IMAGING COMO UNO DE LOS 25 VETERINARIOS DE TODO EL MUNDO. ES UN EXPERTO EN EL CAMPO DEL COACHING DEPORTIVO. Todos los caballos luchan contra la tensión, y eso es bueno, porque es una reacción física que pone al caballo en alerta en una situación (tensa). Esta reacción ha garantizado la supervivencia de los caballos durante décadas. En cambio, en el entorno doméstico, el caballo ya no necesita sobrevivir, y esta tensión garantiza, entre otras cosas, que el caballo pueda rendir; asegura un nivel de concentración adecuado. Mientras la duración de la tensión o el estrés sea corta, no hay problema. Entonces, el caballo está simplemente más atento y tiene un suministro de energía a largo plazo para obtener el máximo rendimiento. Un caballo, al igual que un ser humano, puede estar no sólo tenso físicamente sino también mentalmente. Para el jinete, el arte consiste en guiar la tensión física y mental del caballo hacia el camino correcto.

Tensión corporal

Para entender mejor qué es lo que causa exactamente la tensión en el cuerpo del caballo, hay que seguir el proceso fisiológico. En una situación de tensión, el hipotálamo recibe un estímulo. Esta parte del cerebro garantiza el equilibrio del organismo y regula, entre otras cosas, necesidades como el hambre y la sed. A través de la médula espinal y el sistema nervioso, las glándulas suprarrenales reciben la señal de producir adrenalina, noradrenalina y cortisol. La hormona adrenalina permite reaccionar directamente ante una situación. El cortisol es el encargado de mantener la atención de manera sostenida. Ambas hormonas incrementan el ritmo cardíaco para facilitar el paso del oxígeno a todo el cuerpo. Además, el cortisol aumenta el nivel de azúcar en la sangre, que proporciona glucosa para el suministro de energía de los músculos. En situaciones de estrés agudo, estas hormonas se encargan de poner en marcha las cadenas de reacciones vitales.

La cadena de reacciones vitales es la tensión física, o sea la tensión de los músculos. La presión arterial y la respiración aumentan, la circulación sanguínea se acelera y el ritmo cardíaco aumenta. El cuerpo se prepara para suministrar a los músculos suficiente oxígeno a medida que la sangre se bombea más rápido y mejor a través del cuerpo. El caballo entra en modo de lucha y huida, lo que significa que está preparado para actuar. Aunque los caballos y los humanos tienen muchas cosas en común, hay una clara diferencia en el caso de la tensión. La frecuencia cardíaca es un buen indicador de la tensión y, en el caso del caballo, el rango es mucho más amplio. Un caballo puede tener una frecuencia cardíaca de 38 a 44 en reposo absoluto. En los seres humanos, una frecuencia cardíaca tan baja sólo se da en atletas bien entrenados. Los caballos pueden aumentar su ritmo cardíaco hasta 220/250 latidos por minuto en el ejercicio máximo. Para la mayoría de las personas, el límite está entre 180 y 200 pulsaciones por minuto en tensión.

Si tan solo pudieran hablar

La tensión no siempre es fácil de reconocer para los humanos. Esto se debe a que un caballo también puede estar tenso por dentro, y esto, además, varía entre individuos. Mientras que un caballo no siente ningún estrés durante el transporte, para otro un paseo

EL CABALLO DORMIDO

No existe un caballo completamente relajado. Incluso cuando está dormido, el caballo tiene un cierto estado de alerta. Esto se debe a que el caballo es un animal de presa por naturaleza y no puede permitirse dormir profundamente durante horas. Sin embargo, el caballo tiene una fase de sueño REM (Rapid Eye Movement). En esta fase del sueño, los músculos del cuerpo están completamente relajados. Un caballo solo puede alcanzar el sueño REM cuando está tumbado. Sin embargo, no todos los caballos pueden o quieren acostarse para dormir. Esto puede deberse a una limitación física o a que no estén demasiado cómodos tumbados en el establo o en el prado. Dormir en posición recostada es crucial para los caballos que se montan, ya sea de forma recreativa o de alto nivel, pues previene el agotamiento. Al dormir tumbado, el caballo se recupera de forma óptima de su tensión. Recientemente, se han llevado a cabo investigaciones en caballos a los que se les diagnosticó originalmente narcolepsia. La narcolepsia es una enfermedad cerebral en la que los caballos se caen repentinamente. En algunos casos, estos caballos no padecían narcolepsia, sino «solo» un déficit de sueño REM. Para que los caballos duerman mejor por la noche y descansen bien, deben cumplirse los siguientes requisitos en el establo: tranquilidad, baja iluminación nocturna y boxes amplios.

puede significar un nivel de tensión muy alto. Por supuesto, el jinete de un caballo con tensión subjetiva percibe este cambio, pero es difícil definir lo que le ocurre exactamente al caballo y la magnitud de esta tensión. Los humanos pueden expresar esta forma de tensión con palabras. Hablarlo puede evitar que esa tensión sana se convierta en estrés y tenga un efecto negativo en el rendimiento. La tensión subjetiva adecuada es de corta duración y contribuye positivamente al esfuerzo.

Atención al bienestar mental

Los caballos suelen mostrar de forma indirecta la tensión cuando esta es demasiado alta, por ejemplo, no reaccionando a la pierna o reaccionando de forma exagerada. Cada caballo expresa la tensión excesiva de forma diferente. Aunque es una reacción a la tensión mental, a menudo tiene un origen físico. No cumplir con la orden del jinete no es una reacción natural de un caballo, a menudo hay alguna restricción física. Un caballo nunca diría «No quiero». La causa puede ser de muy diversa índole, desde el dolor de estómago hasta el dolor muscular. Cuando el caballo reacciona negativamente, siempre hay un sentimiento desagradable subyacente. El carácter también juega un papel importante: Un caballo caliente es más probable que muestre su malestar que un caballo que es tranquilo.

Punto de inflexión

Aunque siempre insistimos en que la tensión no es mala para el caballo en sí misma, hay, por supuesto, una especie de punto de inflexión. Un nivel de tensión saludable garantiza que el caballo pueda rendir bajo presión. Después de la prueba, los niveles de adrenalina y cortisol vuelven a la normalidad. Sin embargo, también hay caballos que están permanente bajo tensión o estrés. Es importante saber que no sólo los caballos de deporte pueden experimentar esa tensión, sino también los de ocio. Si el estrés se prolonga demasiado, seguramente afecte a la salud del caballo. Los niveles elevados de cortisol dan lugar a un comportamiento agresivo, úlceras estomacales, alteración de la flora intestinal y supresión del sistema inmunitario. Un nivel de azúcar en sangre demasiado alto provoca trastornos metabólicos, laminitis, problemas musculares e incluso puede causar problemas de fertilidad. Todos estos efectos negativos pueden evitarse asegurando que el caballo solo experimente cierto nivel de tensión, manteniendo así al caballo sano y feliz.

Criaturas de costumbres

Para poder lidiar con la tensión de la mejor manera posible, es importante ser consciente de algunas cosas. Los caballos son criaturas de costumbres y tienen un fuerte deseo de seguir un ritmo regular. No solo les gusta comer siempre lo mismo, sino también hacer siempre las mismas cosas. Por supuesto, con una cierta variación en términos de intensidad. Si un caballo está muy tenso en una competición, por ejemplo, solo puede reducirse con mucha práctica. Un caballo entrenado específicamente para las competiciones sabe lo que se espera de él y está menos nervioso. Así es como se puede atribuir activamente calma al caballo. Además, el ejercicio ayuda a aliviar la tensión; un caballo en la naturaleza también alivia su tensión corriendo o huyendo.

La cuerda no siempre está tensa

El estrés no siempre es medible o visible. Un caballo no puede hablar, así que es muy importante que prestemos atención a las señales que nos da. Las señales del caballo, como el juego de las orejas, la postura de la cabeza y la expresión de los ojos, indican el grado de bienestar. El equilibrio en el entrenamiento también es importante: La cuerda no puede estar siempre en tensión, el descanso también es siempre parte del entrenamiento. El cuerpo procesa toda la tensión solo en reposo y esto es importante en todos los deportes y a todos los niveles. La regeneración fisiológica tarda al menos tres días. Para rendir al máximo en un torneo, por ejemplo, es importante tenerlo en cuenta en los tres días previos al mismo. Su caballo es un atleta y, para mantenerlo en forma y sano durante toda su vida, es fundamental encontrar y mantener el equilibrio entre la tensión y la relajación.

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