
7 minute read
El reloj de la Tierra
El asombroso Hoyo del Aire, en el municipio de La Paz, con 172 metros de diámetro y 160 metros de profundidad, parece ser “el resultado de una sima o dolima de colapso, es decir, una depresión de hundimiento vertical abierto”.
El reloj de la Tierra
Advertisement
Un recorrido por la historia y las entrañas de nuestra Pachamama, de nuestro pedacito en el planeta Tierra.
Por Andrés Eduardo Mantilla Zárate, Ph. D. Geocientífico - UIS. Director - Centro de Innovación y Tecnología ICP - ECOPETROL
Santander, espacio donde convergen dos topografías que alimentan el temple de sus gentes y el alma de sus culturas. El atento y avezado observador encuentra aquí un territorio lleno de historias de este planeta azul, la Tierra.
Al oeste, las ardientes tierras llanas del curso medio del gran río del Magdalena, que corre afanoso recogiendo tributarios de dos grandes cordilleras. Gran concierto de ciénagas y fértiles llanuras donde, además, rezuman espontáneamente a la superficie tanto el agua como las breas que reflejan la gran riqueza acuífera e hidrocarburífera que hay debajo del también rico suelo.
En esas entrañas se ocultan historias de una Tierra cálida, de antiguos océanos y humedales, sucedidas por relatos de un planeta que al enfriarse dejó lentos y sinuosos ríos allí, caudalosos y potentes ríos allá. Son historias reservadas que esta Pachamama solo ha contado a un puñado de apasionados lectores de la Tierra, a quienes ha regalado unos pocos tesoros: unas cuantas rocas de su interior que les han permitido develar su historia, la que hoy nos cuentan en El reloj de la Tierra.
Al oriente, nuestras hermosas e imponentes montañas, generosas en historias de nuestra esfera azul. Quebradas en superficies que cuentan cuentos de rocas fundidas, en las profundidades de la Tierra, que quisieron escapar a la superficie acumulando a su paso vetas de preciosos minerales para bañar con lavas nuestros valles. La Pachamama no lo permitió, pero en su piel nos deja ver hoy esas historias y, en otros parajes, los relatos de antiguos ríos que dejaron el rastro de sus cauces en el paisaje para el encanto del atento espectador que puede avizorarlas detrás de columnas de bellos estoraques.
Tierras donde también las nubes que arropan los frailejones se transforman en sigilosos hilos de agua que alimentan hermosas lagunas: corona de diamantes de las altas montañas, reservorio de agua y vida para nuestros pueblos.
Parajes de empinadas escorrentías donde abundan las hermosas cascadas y quebradas, ahora blancas, ahora cristalinas, que entre floridos arrayanes corren afanosas hacia las tierras bajas, esculpiendo potente y pacientemente profundos cañones que muestran una constelación de historias de esta Pachamama para el éxtasis de los apasionados lectores de la Tierra.
Y torrentes que corren y, cuando crecen, alcanzan tan descomunal fuerza que arrancan a la montaña toda suerte de rocas y arrastran, unas veces, grandes peñascos de rosados granitos y hermosos gneisses verdiblancos y, otras veces, cantos de blancas areniscas o de coloreadas arcillolitas. Y con todos ellos su esencia, donde también viaja escrita la historia de las entrañas de estas tierras para el deleite de los avezados exploradores que la han comprendido y hoy nos la cuentan en El reloj de la Tierra.
Esos inquietos observadores son los geocientíficos, a quienes la Pachamama ha premiado con los indescriptibles placeres de conocer paisajes imponentes, llanuras donde las ciénagas se funden con un cielo naranja al atardecer y sentir la adrenalina al escalar empinadas paredes de roca o ascender a contracorriente por las quebradas. Pero, sobre todo, con la inigualable experiencia de interactuar con amables y sencillos campesinos que viven en medio de tan singular belleza, y, en últimas, con la gran oportunidad de conocer y alimentar el gran patrimonio geológico de nuestro Gran Santander.

Contraportada y portada de este libro de lujo en gran formato (24,5 X 32 cm), pasta dura, papel propalmate y 290 páginas a todo color, editado e impreso en Publicaciones UIS, con las más bellas fotografías y el conocimiento científico sobre los paisajes geológicos de Santander, aportado por los profesores de la Escuela de Geología de la UIS.
La belleza interior y exterior de nuestro territorio
Por Carlos Alberto Ríos, geólogo. Profesor y director de la Escuela de Geología de la UIS
Comenzamos con algunos momentos memorables de esta experiencia editorial, desde el nacimiento de la idea hasta la publicación del libro. Durante las festividades decembrinas de 2019, se reunieron Cesar Mauricio Olaya Corzo (comunicador social, periodista y fotógrafo), Jorge Eduardo Pinto Valderrama (director de Investigaciones de la Facultad de Ingenierías Fisicoquímicas de la UIS) y Luis Carlos Mantilla Figueroa (director de la Escuela de Geología de la UIS en ese momento).

Laguna de Páez, localizada en cercanías del municipio de California.
En esas reuniones se informó que la Rectoría de la UIS exploraba la posibilidad de publicar un libro que contribuyera a democratizar el conocimiento sobre el territorio del departamento de Santander, en esta oportunidad desde un enfoque geológico, siguiendo el mismo espíritu de los tres libros referidos anteriormente. Esta iniciativa fue muy bien recibida por todos los presentes y, después también, por todos los profesores de la Escuela de Geología de la UIS.
Muy motivados por esa sincronía entre la iniciativa de la dirección universitaria y el anhelo y disposición grupal de todo el colectivo profesoral de la Escuela de Geología, se empezó rápidamente a organizar todas las actividades tendientes a generar una publicación dirigida a todos nuestros conciudadanos interesados en los orígenes profundos de nuestro hermoso territorio santandereano, el cual abarca una historia geológica de algo más de mil millones de años (algo no tan antiguo, considerando que la edad de nuestro planeta es un poco más de 4500 millones de años).
Iniciado el año académico en la UIS, en enero de 2020, ya se contaba groso modo con el contenido y la estructura del libro. Reuniones posteriores realizadas entre representantes de la Rectoría, Editorial-UIS, Dirección de Comunicaciones, Cesar Olaya, profesores de la Escuela de Geología y del Grupo de investigación en Geomática, Gestión y Optimización de Sistemas, permitieron definir el cronograma de actividades, entre las cuales se incluían la redacción de los diferentes apartados del libro, la toma de fotografías de paisajes y panorámicas presentes en diferentes sectores del departamento de Santander, revisiones y demás actividades propias de un proceso editorial de estas características.

Paisaje típico del Cañón del Chicamocha en jurisdicción del municipio de San José de Miranda.
Siguiendo estrictamente los tiempos acordados, se realizaron salidas de campo a través de diferentes regiones del Macizo de Santander, regiones cársticas del sur del departamento de Santander, y en general por las diferentes provincias geológicas de nuestro hermoso territorio. A pesar de la detallada programación definida, el desarrollo de las actividades de campo (para toma de fotografías y otras tareas afines) se vio paralizado a consecuencia de la pandemia y el consecuente confinamiento preventivo obligatorio que todos empezamos a vivir a partir de mediados de marzo. Sin embargo, esto no fue impedimento para seguir avanzando con el proyecto editorial a través de diferentes estrategias con el apoyo del amplio archivo fotográfico de Cesar Olaya. A pesar de todos los vaivenes vividos en este proceso, con profunda alegría se pasó de la idea editorial (el alba) a la publicación del libro (el crepúsculo).
Estructura y contenido
En cuanto a la estructura del libro, este se dividió en tres grandes capítulos: (1) el Primer Capítulo ofrece una mirada general sobre la formación y evolución de nuestro planeta, su estructura interna, sus procesos endógenos (internos) y exógenos (externos); y entre otros temas, también presenta algunos aspectos generales sobre el maravilloso mundo de los minerales, las rocas y los fósiles; (2) el Segundo Capítulo, permite al lector tener una idea general sobre la evolución geológica de nuestro país y más concretamente sobre el departamento de Santander; finalmente, (3) el Tercer Capítulo hace referencia concreta a los diferentes paisajes geológicos de nuestro departamento, empezando por el sector donde afloran las rocas más antiguas de nuestro territorio, el Macizo de Santander, y termina en el sector donde aflora la mayor cantidad de sus rocas más jóvenes, el Valle del Río Magdalena.
Los lectores del libro podrán resolver muchas de esas inquietudes que en alguna oportunidad todos nos hemos formulado, tales como: (a) ¿Por qué hay tantos temblores en Santander? (b) ¿Cuándo y cómo se formaron los depósitos de metales preciosos presentes en los hermosos municipios de Vetas y California? (c) En qué partes del departamento de Santander hay rocas con fósiles de organismos que vivieron en ese antiguo mar que cubrió gran parte de nuestro territorio durante el Cretácico? (d) ¿Qué historia geológica guardan las rocas de la región del Cañón del Chicamocha? (e) ¿Cuáles son las fallas geológicas más importantes que fracturan las rocas de nuestro territorio?
Las respuestas a estas dudas y a muchas otras sobre el pasado geológico de nuestro departamento las pueden encontrar en ese nuevo libro que la Universidad Industrial de Santander pone al servicio de la comunidad santandereana y la sociedad en general: ‘El Reloj de la Tierra-Paisajes Geológicos de Santander’.