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ENTREVISTA - PÁGS. 7 Y
VIERNES - 26 de noviembre de 2021
◀◀◀ viene página 9 internet, redes sociales, telefonía celular, entre otros. En mi opinión, ese es el problema más grave al que se enfrentarán las democracias en los próximos años: regular o no, y de qué forma, a las empresas de tecnología, sus algoritmos y su capacidad de explotar los datos que extraen de los ciudadanos en su propio beneficio, legítimo sin duda alguna, siempre que no suponga un riesgo extremo para las sociedades democráticas que deseamos.
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I&D: ¿Cómo ponerle coto, entonces, al asunto de las fakenews?
JM: No hay una manera clara –y en la que la mayoría de la sociedad esté de acuerdo– de acabar con este problema. Se cruzan muchas líneas, todas ellas sensibles: el peligro de la censura, la libertad de expresión, la expansión y la potencia de las nuevas tecnologías, la polarización de la mayoría de sociedades en las que vivimos. Así que yo creo que no debemos anticipar un final a corto plazo de este problema. No obstante, están surgiendo numerosas iniciativas de chequeo y autentificación, grupos de trabajo ad-hoc (en tiempos de elecciones, por ejemplo) entre empresas y profesionales, así como otro tipo de ideas y acciones que proporcionan esperanzas de que se le pueda poner cierto coto a las fakenews, o al menos a sus efectos más perniciosos para la estabilidad de la democracia. Con todo, para ser sincero, he de confesar que, en este asunto, no soy muy optimista.
I&D: Siempre ha sido usted muy enfático, desde la dirección del diario El País en la necesidad de hacer un periodismo independiente, a pesar de los vínculos que generalmente existen entre los grupos empresariales y los medios de comunicación. ¿Es posible, realmente, ejercer esa independencia en el manejo de la información, cuando la subsistencia financiera de un medio depende en su totalidad de la caja de una u otra empresa?
JM: Cuando la subsistencia de un medio depende en su totalidad de la caja de una empresa –o unas pocas–, francamente es muy difícil, por no decir imposible, ejercer un periodismo independiente. La gran era del periodismo independiente fue posible cuando los medios ganaban dinero, tenían una cuenta de resultados saneada y ello les permitía hacer frente a presiones de todo tipo, también del poder político. A medida de que esa estabilidad financiera fue menguando, mantener una cartera de anunciantes amplia y diversificada fue vital para poder enfrentarse a un anunciante, por potente que este fuera. Como es ampliamente conocido, la situación financiera de los medios, por lo general, no ha hecho más que empeorar en los últimos años, y creo sinceramente que el conjunto de LA LECCIÓN FUNDAMENTAL QUE HA DEJADO LA PANDEMIA ES LA NECESIDAD DE CONSTRUIR UNA SOCIEDAD COHESIONADA Y, EN ESTE CASO, CON UNA SANIDAD PÚBLICA ORGANIZADA, ÁGIL Y CAPAZ DE RESPONDER CON EFICACIA A LA AMENAZA DEL VIRUS”.
I&D: Finamente, estará usted presente, junto a los máximos representantes de la banca multilateral, en esta nueva edición del Congreso Nacional de la Infraestructura, en un panel orientado a debatir sobre las oportunidades que hoy tienen los gobiernos de la región y las empresas, justamente, en épocas de pospandemia. ¿Dónde ve esas oportunidades y cómo los países emergentes pueden sacar de ahí el mejor provecho?
la sociedad –ciudadanos, empresas, gobiernos– tiene que hacer una seria reflexión sobre si quieren o no medios independientes, cuáles son los costes ocultos de una prensa genuflexa y cuáles los daños de todo tipo que sufre una sociedad sin periódicos independientes. Hay por ahí países ejemplo de ello que prefiero no citar.
I&D: Cambiando de tercio, el mundo se enfrenta a los desafíos que desde ya plantea la era de la pospandemia. ¿Cuáles son las grandes enseñanzas que deja la crisis sanitaria y cómo hacerles frente a los retos que nos impone dicha coyuntura? organizada, ágil y capaz de responder con eficacia a la amenaza del virus. Por poner un ejemplo, la Unión Europea distribuyó entre los países miembros las vacunas de forma proporcional a la población de cada uno de ellos. Fue luego cada país, en función de su cohesión, de su sistema de sanidad, de su organización colectiva, el responsable de administrar las dosis recibidas. El resultado hoy es que España ha vacunado a casi el 80% de su población mientras que Rumanía no llega al 30%. Pero elevando el razonamiento a nivel de categoría resulta evidente que una sociedad cohesionada social y políticamente, y con bajos niveles de desigualdad económica será más estable y con mayor potencial de crecimiento, bienestar y creación de riqueza que otra que no goce de estas características. De hecho, estoy convencido de que democracia y altos niveles de desigualdad resultan incompatibles a largo plazo.
JM: Resulta evidente que una buena red de infraestructura es vital para el crecimiento económico de un país. Las infraestructuras de todo tipo son la condición de posibilidad del desarrollo de un país. La gran oportunidad en esta época de pospandemia es que comienza a consolidarse un consenso sobre esta idea, tanto a nivel nacional como de los organismos multinacionales. Que la banca multilateral, los gobiernos nacionales, las empresas y los ciudadanos comprendan que la condición sine qua non para crecer es disponer de una solida y amplia red de infraestructuras y que hay novedosos instrumentos y modelos para financiar su construcción y mantenimiento permite ahora vislumbrar una década de importantes inversiones y un futuro subsiguiente del crecimiento económico que Colombia y toda América Latina necesita.