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Invitación al viaje.
from Portfolio 2022
Salía por las mañanas solo, antes que el movimiento de la ciudad pudiera distraer el pensamiento del contemplador. Llevaba debajo del brazo los historiadores, los poetas, los descriptores de Roma. Iba a sentarme o a pasear por entre las ruinas desiertas del Forum, del Coliseo, de la campiña romana. Miraba, leía y pensaba alternativamente. Hacía de Roma un estudio serio, pero estudio en acción. Aquel fue mi mejor curso de historia.
Alphonse de Lamartine
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Los escritores y poetas influyen en cómo se mira una ciudad. Los viajes a Italia como tradición cultural se han sucedido desde el siglo XVII hasta ahora y existen multitud de viajeros que han descrito sus encuentros con Roma. Goethe, Chateaubriand, Dickens y los demás autores que aparecen en este trabajo permiten conocer Roma con una inocencia imposible hoy en día. Sus percepciones son importantes por cuanto moldearon el imaginario de los posteriores visitantes e incluso la visión que tenemos de la ciudad en la actualidad.
Vernon Lee, escritora británica, declaró «Poets really make places», pero algunos lugares, como Roma, también crean poetas y artistas.
Dinámico y estático, natural y artificial.
Para comprender la inmensidad de este monumento y apreciar sus detalles, decido subir a las plantas superiores. Hay que caminar con cuidado, y evitar pisar las partes del suelo que reposan sobre bóvedas debilitadas por el paso del tiempo. Estas ruinas, donde crecen lianas, zarzas y musgo y hasta pequeños jardines, producen un efecto de lo más pintoresco: ofrecen una posición única para los artistas y para todos aquellos que saben entender la naturaleza de las cosas verdaderamente grandes y hermosas.
Stendhal
Para muchos arquitectos elegir entre hablar de arquitectura o hablar de naturaleza cuando visitan unas ruinas no es una cuestión fácil puesto que muchas veces son conceptos que se entrecruzan.
Realmente no es de extrañar que de alguna manera estos escritores y estos artistas se sintieran conmovidos y fascinados por la existencia de vegetación entre las ruinas del Coliseo. Uno de los valores de la arquitectura es su pertenencia a un lugar y nuestros viajeros, en el interior del anfiteatro, encontraron esa fusión que debería valorarse entre todo lugar y toda construcción.
De alguna manera, la simbiosis entre la piedra, las flores y las ramas, hacía que no se diferenciasen bien los límites entre lo artificial y lo natural. Granet logra transmitir que en los restos de las bóvedas que se abrían al cielo con un ligero follaje verde se difuminaba, una vez más, el límite entre arquitectura y naturaleza.

El Coliseo como herramienta visual.
Le ciel s’est éclairci, et à travers les arcades, tout à l’entour, on voyait des escarpements verts, de hautes ruines panachées de buissons, des fate de colonnes, des arbres, des amas de décombres, un champ de longs roseaux blanchâtres, l’arc de Constantin posé en travers, le plus singulier melange d’abandon et de culture. C’est ce que l’on trouve partout en traversant Rome: des restes de monuments et des morceaux de jardins (…)
Hippolyte Taine
Las vistas que se abren a la ciudad a través del Coliseo ofrecen collages de la ciudad de Roma. Una vez más, se observa la mezcla de texturas que produce la convivencia de arquitectura y naturaleza y que está presente en toda la ciudad. El Palatino, cuyas laderas boscosas se ven en esta imagen, es un espacio verde entre ruinas, un jardín evocador del pasado remoto.
Fragmentos como este se encuentran en algunas otras famosas colinas de Roma como el Celio o el Esquilino. En ellas se produce una amable mezcla donde no solo intervienen los objetos arquitectónicos sino también la propia naturaleza: la antigüedad se ve envuelta de esa forma tan sugerente por los árboles, las plantas o el cielo.
La arquitectura del Coliseo establece una relación con toda la ciudad de Roma. Sus arcadas, a diferentes alturas, hacia diferentes direcciones, se convierten en un hueco para mirar el mundo.
