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II.—De la Ju n ta Directiva

II

De la Junta Directiva.

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Siendo Ministro de Relaciones Exteriores el Sr. D. Francisco Zarco, encargado también de la cartera de Gobernación, bajo la presidencia del Sr. Juárez en 1861, se expidió por la primera Secretaría en 23 de Febrero del mismo año, un decreto distribuyendo los ramos de la administración pública, para su despacho, entre las Secretarías de Estado, y señalando como correspondiente á la de Gobernación todo lo relativo á beneficencia pública: hospitales, hospicios, casas de expósitos y salas de asilo.

Entonces fué cuando el citado Sr. Zarco suscribió, en 5 de Mayo de 1861, un reglamento para la organización interior de la Dirección de Beneficencia, y aparecen por este documento las buenas intenciones del gobierno liberal, que buscaba los medios dehacer progresar un ramo tan importante y que norma la situación de las clases desvalidas.

Entre las atribuciones del Director, señalaba ese reglamento las de promover toda clase de mejoras materiales y usuales en los establecimientos de caridad, y la fundación de otros nuevos, y promover suscriciones públicas para objetos de beneficencia. Señalaba también la de convocar y presidir cada seis meses una Ju n ta general de todos los funcionarios y empleados del ramo, con el fin de que presentaran todos los datos, infonnes y noticias conducentes al mayor progreso de los establecimientos, promoviendo, en consecuencia, todo cuanto les pareciera conveniente al mismo objeto.

Para mantener en perfecto órden los establecimientos, el Sr. Zarco dispuso que el Director pidiera periódicamente informes á los directores facultativos de los Hospitales, sobre su arreglo y adelanto, reuniéndolos en juntas presididas por él ó por el más antiguo de ellos, para que acordaran y consultasen cuanto fuera conducente al mismo fin.

El Reglamento que nos ocupa, aunque incompleto, podia entonces satisfacer á una necesidad que ya se hacia sentir notablemente, y habria, sin duda, producido buenos frutos, si las cues

tionespolíticasylaguerrade intervención no hubieran ocasionado los trastornos administrativos que todos conocemos y que llenaron los dias de aquella época.

Cuando la República reconquistó sus poderes, el Sr. Juárez expidió un decreto en 29 de Noviembre de 1867, restableciendo la Secretaría de Gobernación con las mismas atribuciones que le designó la ley de 23 de Febrero de 1861; es decir, dejando bajo su dependencia todo lo relativo al ramo que nos ocupa. Las Memorias presentadas por esa Secretaría en los anos trascurridos desde entonces basta 1877, dan cuenta de las reformas introducidas en los establecimientos que ya existían y de la fundación de al- guuos nuevos de innegable utilidad.

Pero la gran reforma que la Beneficencia en México ha alcanzado, pertenece al período constitucional del Presidente Porfirio Diaz, y cousisteen haber sido independida del Ayuntamiento por la circular de 23 de Enero de 1877, que ya citamos en nuestro artículo anterior.1

No hacemos con esto un cargo á la corporación Municipal, sino que comprendiendo la multitud de atenciones graves que tiene encomendadas y la necesidad de que la Beneficencia no deje nunca de tener la importancia y el cuidado que merece, no podemos menos que aplaudir la determinación que la puso en estado de marchar por sí sola y bajo la inspección de facultativos que pueden más acertadamente conocer sus necesidades y activar su desarrollo.

Fué iniciador de la idea de separar la Beneficencia del Ayuntamiento, el entonces presidente del alto cuerpo Municipal, D. José Hipólito Ramírez, y digno es por ello del aplauso que á estos trascendentales pasos se tributan.

Instalada la Ju n ta Directiva con la planta de empleados que la citada circular determina, procuró desde luego entrar de lleno en su misión, buscando por todos los medios legales la mane

1 En los momentos en que se da á luz la colección de estos artículos, la Ju n ta de Beneficencia ha sido destruida por una iniciativa presentada á la Cámara de Diputados por la Comisión de Hacienda, cuyo presidente es D. Manuel Payno. Los establecimientos, según lo aprobó la Cámara en 26 de Mayo de 1881, dependerán directamente de una nueva sección de la Secretaría de Gobernación.

ra <le introducir mejor orden en los establecimientos públicos, y el alivio de los asilados en ellos, el arreglo de los capitales de Beneficencia y Parcialidades, y la introducción de economías racionales nara extender más ámplianieute los beueficios del socorro á los enfermos é indigentes.

Entre los varios proyectos (pie la Junta ha realizado y que son merecedores del elogio público, está el del establecimiento de la Proveeduría general, que lia uniformado los gastos produciendo economías, evitando abusos, perfeccionando el servicio, y que da pingües resultados en bien de la institución.

Cualquiera que visítela Proveeduría y vea con cuánta escrupulosidad se reparte á cada Establecimiento lo que necesita para la alimentación de enfermos y asilados y para todo lo que requiere el servicio interior de esas grandes casas; todo el que se detenga á examinar minuciosamente la buena calidad de los efectos y la habilidad y honradez con quesedistribuyen y manejan, comprenderá que no es de la Dirección de Beneficencia de donde parte todo eso que aun eutorpecelabuena marcha de algunos hospitales, sino que acaso reside en estos lo que sin detenimiento ni estudio se supone fuera de ellos.

La Junta Directiva está compuesta de personas suficientemente conocidas en la República; el Director es el Dr. Miguel Al varado, que sin fijarse en consideraciones amistosas ni de otro género, ha puesto en planta todo lo que la experiencia, la práctica y la ciencia ha creído bueno para el progreso de la institución. Débese al Dr. Al varado la formación de un consultorio donde los enfermos pobres encuentran médico y medicinas sin erogar gasto alguno. Son obra del mismo Director una tabla sobre « Tipo de la ración alimenticia para los asilados y enfermos de los Establecimientos de Beneficencia Pública,» marcando con cifras numéricas el peso de cada alimento condimentado y en crudo, y la cantidad de ázoe y carbono (pie contiene; y la otra, sobre « Tipos de diversas raciones alimenticias (pie debeu ministrarse en los mismos Establecimientos,» marcando los que determinan la dieta, la media ración y la ración para enfermos pensionistas.

La ventaja que de esas tablas resulta no necesita demostrarse.

Miembro de la Ju n ta es el Sr. Justo Benitez, que al visitar y estudiar en Europa las principales casas de beneficencia, reco

gió y compró obras, reglamentos y folletos sobre tan alta materia, y las trajo como donativo á la Biblioteca de la Dirección. Ten- tiremos ocasión de ocuparnos de los trabajos del Sr. Beuitez al hablar del Tecpam, de (pie es director.

Los Sres. D. Manuel Carmena y Valle, presidente de la I a sección ('Gobierno), José Hipólito Kamirez de la 2“ (Adm inistración), Manuel Gargollo de la 3“ ( Estadística), Trinidad García, director del Hospicio, Amado Gazano, del Hospital Mondos, Rafael Lavista del de San Andrés, Eduardo Lieeaga del de Maternidad, Pomposo Verdugo del de San Hipólito, Adrián Segura del de Juárez, Eranciseo Morales Medina del de mujeres dementes y Pedrot ollantesdela Escuela de Momoluco( Coyoacan).

En la formación de la Junta de Beneticencia tomó activa parte el (’. Protasio P. Tagle, que la fundó y expidió la ley de creación, y después el Dr. Eduardo Lieeaga, que, como Director, le dió los impulsos necesarios.

No se rige boy esa corporación por el Reglamento de 1861; la práctica y la experiencia le lian indicado buenas reglas para su marcha. Todo lo relativo á sus fondos, sus atribuciones, su presupuesto, su planto de empleados, sus secciones, á los nombramientos de Director y Vocales, puede consultarse en la circular ile la Secretaria de Gobernación expedida por el Sr. Pankhurst en 3b de Diciembre del año próximo pasado.

El Sr. Juan Abadiano, secretario de la Junta, y de quien nos ocuparemos en nuestro estudio sobre el Hospital de Maternidad, acopió en su Memoria de 1877 preciosos datos que mucho interesan á los <pie, como nosotros, comprendan la importancia del ramo (pie nos ocupa.

Mucho lia hecho la Ju n ta Directiva de Beneficencia Pública; y si todavía los establecimientos requieren mejoras y ofrecen á la vista del (pie los estudia varios puntos ipie deben llenarse, nosotros, guiados de plena imparcialidad, los indicaremos y aun nos atreveremos á señalar las reformas que juzguemos necesarias, en los articulosque,sobre loshospitales, escribiremos próximamente.

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