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Introducción

INTRODUCCIÓN

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La formación de jóvenes jugadores es decisiva para el fútbol nacional y mundial. Por lo tanto, las asociaciones miembro y sus clubes tienen una gran responsabilidad respecto al desarrollo de su fútbol al crear una filosofía de formación adaptada a las características de cada país. Con la finalidad de apoyarlas en esta importante empresa, la FIFA ha elaborado un programa de desarrollo dedicado especialmente al fútbol juvenil. Con esta nueva obra, la FIFA ofrece un apoyo didáctico a todos los responsables del desarrollo del fútbol en el ámbito nacional, con el fin de abordar activamente la formación de jóvenes jugadores, especialmente mediante un proyecto a largo plazo que determinará la dirección técnica de las asociaciones miembro.

De tal modo, el plan de desarrollo de las asociaciones miembro concierne a todas las categorías del fútbol, tal como lo demuestra el siguiente gráfico:

Fútbol aficionado Fútbol profesional

Fútbol juvenil regional Campeonato nacional de élite (sub-13, sub-15, sub-17, sub-19 y sub-21)

academias

Fútbol de 6-12 años (organizado, semi-organizado o no organizado)

Ambas pirámides dependen una de otra. La pirámide a la derecha representa el fútbol juvenil de élite, que capacita a los futuros jugadores profesionales e internacionales mediante una formación de alto nivel, y la gran calidad profesional, cuyo esplendor y enorme atractivo atrae a la juventud. La pirámide izquierda representa el fútbol recreativo, habitualmente basado en el voluntariado, que permite a todos –jóvenes y adultos– acceder al fútbol. De tal suerte, los clubes, los distritos y las comunidades crean oportunidades de jugar al fútbol –organizado o no organizado–, gracias a infraestructuras tales como terrenos de juego, material y vestuarios para entrenamientos y partidos. Cabe señalar igualmente que en la categoría de juveniles, la transición de la calidad de aficionado a la de profesional puede ocurrir en diferentes edades, según los continentes y los países.

La prioridad del presente manual apunta hacia la formación de juveniles de élite. Los análisis de las últimas competiciones internacionales nos revelan las tendencias del fútbol contemporáneo. El capítulo 1 informa sobre los estudios en la materia. El resultado de los análisis de tales competiciones forma la base de la formación y nos proyecta hacia el futuro. Los capítulos siguientes, basados en el resultado final del desarrollo del jugador, constituyen el núcleo central de esta obra. El capítulo 2 aborda el tema del fortalecimiento de la personalidad sobre la cual se construye al jugador de fútbol. En el marco de una formación integral se identifican las diferentes etapas del desarrollo de la personalidad del jugador, particularmente las cualidades intrínsecas del joven futbolista. Estas diferentes etapas de desarrollo son la formación preliminar (13-15 años), la formación (16-18 años) y la formación posterior. La planificación de una futura carrera solo se puede llevar a cabo respetando la personalidad, la evolución biológica y el entorno de cada uno de los jugadores. Es obvio que de esta manera las exigencias de la formación de juveniles sean numerosas (capítulo 3). Así, el formador se convierte en ocasiones en entrenador, en otras en educador y, a menudo, en persona de confianza para el joven y su entorno social. Conoce el fútbol moderno y sus tendencias, y sabe cómo proceder para que la capacitación sea eficaz. Es consciente de la relativa importancia de la competición entre los jóvenes y ajusta correspondientemente su trabajo de entrenador. Por último, representa un modelo para los jóvenes y asume, de tal suerte, la responsabilidad de la gestión psicológica y social de sus jóvenes jugadores. Los capítulos tradicionales de la formación técnica (capítulo 4), del concepto de juego (capítulo 5) y de la preparación física (capítulo 6) continúan siendo la base de la capacitación, aunque siempre con un enfoque hacia el objetivo global de la formación. El capítulo 7 trata la preparación mental y ofrece una idea respecto a los aspectos pedagógicos de la formación, mientras que el capítulo 8 se ocupa de la importancia de los juegos de entrenamiento para la formación. El capítulo 9 cubre la formación de jóvenes porteros. La formación y el papel del portero en el fútbol moderno aún no están plenamente reconocidos y requieren promoción. Para lograr los objetivos fijados, la planificación de la formación (capítulo 10) –sea a medio o largo plazo– constituye la base indispensable de todo desarrollo técnico y pedagógico. El presente manual se termina con capítulos más bien estructurales. La formación de un jugador de alto nivel no es posible si no se participa en competiciones nacionales e internacionales adecuadas (capítulo 11). El joven debe poner regularmente en práctica aquello que aprendió durante la semana, el mes o los años, midiéndose con otros jugadores de su mismo nivel. La evaluación sistemática de los partidos revela al jugador y al formador el resultado y el progreso del trabajo de formación. De modo que resulta esencial que los jóvenes aspirantes a la élite reflexionen sobre la importancia de las competiciones y que una gestión adecuada por parte del formador contribuya al buen desarrollo de los juveniles. Gracias a academias y escuelas de fútbol nacionales y regionales (capítulo 12), la calidad de la formación de los jóvenes es cada vez mayor. Cada academia deberá constituir un apoyo de las demás estructuras de formación de futuros jugadores internacionales y deberá cumplir con múltiples criterios de calidad, determinados por la asociación nacional en relación con las necesidades del fútbol en el país.

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