
7 minute read
TECNOLOGÍAS PARA AHORRAR AGUA

Aireadores para los grifos
Advertisement
Estos pequeños dispositivos se enroscan en el grifo y reducen el caudal de salida, pero al mezclarlo con aire, no se percibe una reducción de la presión que resulte incómoda. Es posible que, si tus grifos no son muy antiguos, ya vengan incorporados.

El agua pasa a través de unas mallas (habitualmente metálicas) superpuestas, que obligan al agua a seguir un camino más largo. Al disminuir la sección de paso (solo puede pasar por los agujeros de las mallas), aumenta la velocidad y disminuye la presión, y por efecto Venturi, succiona e incorpora aire a su flujo.
Se puede ver como el agua en un grifo con aireador está más enturbiada, por la presencia de aire.
Siendo razonables, los aireadores son una manera muy sencilla y barata de ahorrar agua. El ahorro que suponen, va a depender mucho del uso que hagamos de los grifos, pero al ser el consumo en grifos un 35% del consumo total de la vivienda (1), el impacto potencial es grande. Existen muy pocos estudios que analicen el impacto real midiendo el consumo y no estimándolo, obtenemos que un ahorro que oscila entre el 11% y el 24% (en un estudio con una muestra muy pequeña, 6 viviendas), cuando el ahorro teórico en ese caso era del 30-35%.
Duchas eficientes
Los cabezales eficientes pueden suponer un gran ahorro de agua ya que en la ducha se produce alrededor de un 27% del consumo total de una vivienda (1).
Existen infinidad de modelos con múltiples modos de funcionamiento cada uno (un solo chorro más potente, más chorros pero menos intensos, etc.), pensados sobre todo para un mayor confort a la hora de ducharse. Para que una ducha sea confortable, debe tener una buena “presión”, aunque en realidad lo que queremos es que el agua salga con buena velocidad, que técnicamente no es lo mismo, pero es así como nos entendemos, y esto se consigue reduciendo la sección de salida a unos pequeños agujeros. Esto provoca otro efecto, y es la reducción de caudal causará a su vez un ahorro de agua.
Grifos inteligentes
Aquí la tecnología es muy importante, ya que va a condicionar mucho el consumo de agua. Mientras que en las cisternas antiguas, todas las descargas eran de entre 9-12 litros, en las modernas más habituales, de doble pulsador, la descarga grande es de 6 litros y la pequeña de 3, aunque existen inodoros que pueden bajar estos valores a 4 y 2 litros respectivamente.
Esto no sólo es posible gracias a que la cisterna descargue más o menos agua, sino que el diseño del inodoro está diseñado para que, con menos agua, funcione igual de eficazmente. En muchas ocasiones, la cisterna del inodoro se puede adaptar simplemente cambiando el mecanismo de descarga simple a uno de doble descarga, y que siga funcionando eficazmente.

Ahorro: Si partiéramos de una cisterna de 9 litros de descarga única, teniendo en cuenta que los usos del WC pueden estimarse en 6 diarios (3) (supongamos que 1 aguas mayores y 5 aguas menores de media), el ahorro potencial al instalar una cisterna de doble descarga de 6/3 litros sería de 33 litros por persona y día, lo que equivaldría al 60% de ahorro en ese consumo.
Urinarios para el hogar

Aparte de una cierta comodidad y limpieza, consumen mucha menos agua, en torno 1-0.5 litros por descarga. Ya existen tecnologías, cada vez más extendidas, de urinarios que no usan agua, pero son mucho más habituales en baños públicos, donde su uso es más intensivo y el ahorro se multiplica.
Ahorro: Si instalamos un urinario de estas características, es lógico pensar que nuestro inodoro es al menos de doble descarga con 6/3 litros. Suponiendo que lo van a usar el 50% de los inquilinos de media (los varones) y que el consumo es de 1 litro por descarga, el ahorro que supondría tenerlo sería de 10 litros por varón diario, o 5 litros de media por inquilino. Esto supondría un 24% de ahorro por inquilino sobre los 21 litros que gastaría de media una persona en el WC (1 descarga de 6 litros y 5 de 3 litros).

Electrodomésticos eficientes


En las etiquetas de eficiencia energética obligatorias en la Unión Europea, aparte del consumo energético, aparece el consumo anual de agua. En el caso de los lavavajillas se suponen 280 usos al año y en las lavadoras 220, por lo que habrá que dividir el consumo anual entre los usos para calcular el consumo estimado por uso.
Ahorro: Si comparamos en el mercado español entre lavadoras de 8 kg de carga, podemos encontrar desde modelos que consumen en torno a 6.6 litros por kg de ropa lavada hasta los modelos más eficientes, que consumen alrededor de 4.6 litros/kg, lo que supondría un ahorro del 30% en consumo de agua.

En cuanto a los lavavajillas, la capacidad se mide en cubiertos. Si comparamos lavavajillas de 14 cubiertos, que es el tamaño que nos va a aportar más eficiencia, nos encontramos consumos desde 1.2 litros por cubierto y lavado (16.8 litros por puesta) hasta los modelos más eficientes que consumen 0.6 litros por cubierto (8.4 litros por puesta), lo que supondría un ahorro del 50% en el consumo.
Recirculadores de agua caliente
Estos sistemas ya se utilizan en instalaciones como en los hoteles, y es por eso que tienes agua caliente en la ducha casi instantáneamente, aunque la caldera esté 5 plantas más abajo. Pero esto implica tener el agua caliente en las tuberías continuamente, recirculándola cada vez que se enfría por debajo de una temperatura, la vayamos a usar o no. Esto, en un hotel, donde hay muchas duchas a lo largo del día, no es una pérdida tan grande, pero en una vivienda donde la mayor parte del tiempo no estamos usando el agua caliente, es un malgasto innecesario. Y a esto se le añade que no se suelen construir viviendas con este sistema. Por eso han surgido en el mercado algunas soluciones que recirculan el agua a demanda, para que te vayas a duchar, el agua salga ya caliente, y no desperdicies ni una gota. Además, se pueden instalar en la vivienda con posterioridad.
Ahorro: Dependerá mucho de la distancia entre el punto de consumo y el calentador, y de los hábitos de uso del agua caliente.

Reutilización de agua de lluvia

A nivel de una sola vivienda, si vivimos en un piso, es más complicado, pero si vivimos en una casa o lo pensamos a nivel de todo el edificio, es algo factible. Recoger esta agua es relativamente fácil, solo haría falta conectar las bajantes de las cubiertas (tejado y las terrazas) a un depósito enterrado, previo paso de un pequeño sistema de filtración para evitar que entre contaminación (primeras aguas, hojas, animales, etc).
Los usos que se le pueden dar, son principalmente el riego de zonas verdes, limpieza y recarga de cisternas de inodoros. En definitiva, todos aquellos usos que no requieran de agua potable. En muchos lugares de España aún hay casas que tienen cisternas de agua de lluvia que usan para ducharse e incluso beber, pero si estamos conectados a la red de abastecimiento de agua potable, mucho más controlada que nuestro depósito, no merece la pena encontrarnos con una sorpresa desagradable.
Ahorro: Si los demás ahorros tenían algunos dependes, este tiene todos los anteriores y unos cuantos más. Primero habría que especificar para qué se va a usar el agua. Podríamos analizar dos usos: el relleno de cisternas de inodoros, y el riego.
Reutilización de aguas grises
Las aguas grises son aquellas que, aunque no están limpias, no están contaminadas con restos fecales o de comida (y sus bacterias asociadas). En un hogar englobarían el agua de los grifos, la ducha, e incluso si se tiene cuidado de que detergente usar, de la lavadora.
Lo ideal sería un sistema de reciclado de agua grises a nivel de toda la vivienda (o el edificio). Al estar más contaminadas normalmente que las aguas de lluvia, el sistema de depuración es más complejo, pero al generar aguas grises todos los días, la necesidad de almacenar agua es menor, por lo que ocupa menos espacio.

Ahorro: Los usos son similares a los del agua de lluvia. Podríamos analizar dos, el relleno de cisternas de inodoros, y el riego.

Riego. La ventaja del uso de aguas grises para riego, es que se generan todos los días, incluso en verano, cuando más falta hacen, al contrario que las aguas de lluvia. El ahorro dependerá mucho del clima de la zona, de la superficie y las especies plantadas.

WC. El uso de cisternas es un 23%, y la generación de aguas grises, es al menos de un 62%, por lo que, si solo depuráramos un poco más de un tercio de estas, eliminaríamos el gasto del WC (1).

Tu consumo de agua, en el móvil
Nos permite saber minuto a minuto cuanto estás gastando tú y los tuyos.
Empiezan a aparecer dispositivos (aún pocos) que ponen a tu disposición esta información con una instalación relativamente sencilla y conectividad inalámbrica.

Ahorro: Aparte de la gracia de saber cuánto has gastado en tu última ducha, estos sistemas pueden tener dos consecuencias directas en el consumo y provocar un ahorro importante.
Concienciación. La información es poder, y tener en tu mano los consumos, te permite ser más consciente de tus acciones y te hace estar más concienciado de lo escaso del recurso. Y además es una herramienta de educación de los más pequeños de la casa, aunque muchas veces son ellos los que están de verdad concienciados y lo transmiten a los padres.
Detección de consumos excesivos. Un miembro de la familia que toma duchas demasiado largas, una lavadora vieja que consume demasiado, ganar una discusión sobre si el lavavajillas gasta mucho menos que lavar a mano (bastante menos, por cierto), son casos que se pueden dar y detectar con la ayuda de estos dispositivos. Detectar fugas. No es extraño conocer amigos y familiares que han tenido una fuga que cuando han descubierto ya les había provocado grandes daños, o que han descubierto al llegar una factura por un importe exorbitante. Estos sistemas permiten detectarlas, e incluso cortar el agua remotamente para evitar mayores daños si no estamos en casa.