32 minute read

Chella en las fuentes historiográficas de época moderna y contemporánea

Vicente Talón Gimeno Investigador de temas históricos Universitat de València

Resumen

Advertisement

Este ensayo es una recopilación de los artículos, relatos y crónicas que sobre el lugar y villa de Chella han sido publicados en letra impresa durante los tres últimos siglos, en repertorios, diccionarios, glosarios y tesauros – muchos de ellos de difícil localización para el gran público-, por historiadores, naturalistas y geógrafos de la talla de Bernardo Espinalt, Antonio José Cavanilles, Sebastián de Miñano, Pascual Madoz, Carlos Sarthou, José Martínez

Aloy, José Sanchis Sivera, Antonio Gil Olcina y Juan Piqueras, entre otros especialistas en la materia.

Artículos y relatos – decíamosque tratan de aspectos relacionados con la historia, la topografía, el origen de la población, el paisaje urbano, la demografía, la economía, las costumbres, las tradicio - nes y las particularidades lingüísticas de esta localidad asentada en la comarca valenciana de la Canal de Navarrés, y que hemos aglutinado en el presente estudio, mediante la elaboración de varios epígrafes con la finalidadde hacer más cómoda la comprensión lectora por curiosos e interesados en las manifestaciones y cultura del pueblo chellino, sin otro afán que el de divulgar y difundir las fuentes históricas analizadas; una herramienta de requerida consulta que ha de facilitar el camino a nuevas investigaciones.

1. INTRODUCCION AL ESTUDIO SOBRE LAS FUENTES HISTÓRICAS DE CHELLA

Diversos son los hechos históricos, estadísticas, descripciones –algunas reiteradas en extremo-, relatos, noticias y otros pormenores de épocas Moderna y Contemporánea, que se conocen de la localidad de Chella, de los que se han venido ocupando profesores universitarios, geógrafos, historiadores, investigadores y cronistas, en base a documentos, memoriales, informes, anales, epistolarios y otros testimonios, que han sido recopilados y dados a conocer impresos a través de estudios monográfios, enciclopedias, diccionarios, compendios o sueltos aparecidos en la prensa diaria o en aquellos otros rotativos que hoy conocemos por “prensa histórica”, desde promedios del siglo XVIII hasta la actualidad.

De toda esta información -que ha requerido en su elaboración de tiempo y dedicación por la dificutad que presentaba la localización en bibliotecas especializadas las obras impresas comentadas- dejamos constancia en los epígrafes que siguen, de carácter monográfio1.

2. DOCUMENTOS Y RELATOS DE LOS SIGLOS XVII Y XVIII

El primer documento que traemos a colación, por su signifiativa importancia –en este caso manuscrito-, es la Carta Puebla de Chella (1611)2, un privilegio de residencia mediante el que se concedía el asentamiento en el enclave a treinta familias (los Llobregat, Guerola, Esparza, Bono, García, Palop,…), a las que años después se sumaron otras quince, para su repoblación con gentes provenientes de Cataluña, Valencia y Murcia3, pues el lugar había quedado prácticamente deshabitado con la expulsión de los moriscos, decretada por Felipe III dos años antes tras siglos de ocupación desde tiempos de Jaume I. A partir de ese momento, y hasta la abolición del régimen señorial en España en 1837, el lugar tendría por señores en el transcurso de los siglos XVII y XVIII al duque de Gandía, al conde de Sellent y al marqués de Bélgida.

Uno de los primeros relatos impresos que proporciona noticia sobre la localidad es un memorial sobre el terremoto de Montesa acaecido en 1748, con una intensidad entre 8/9º en la escala de Richter y de una gran virulencia que asolaron las comarcas de la Costera y La Canal de Navarrés, redactado por Esteban Félix Carrasco, Ayudante de Campo de Claude-Abraham de Tubieres de Grimond, Capitán General del Reyno de Valencia, que lleva por título Relación puntual, circunstanciada

1 Los autores de este estudio bibliográfio desean dejar constancia de su gratitud a la concejala de Desarrollo Local, Mariví Talón Talón, y al docente Francisco Javier Costa, por la información facilitada y la gestión llevada a cabo para su publicación, en el presente ejemplar de la Revista-Programa de la Fiestas Patronales de Chella de los daños de las ruinas y estragos causados por los terremotos de que se sintieron en varias partes del Reyno de Valencia,los días 23 de marzo y 2 de abril de 1748 (Valencia, Imprenta de la Viuda de Antonio Bordázar, 1748) que recoge información detallada y testimonial del daño sufrido en 36 localidades enclavadas en los distritos de Montesa, Xâtiva y Alzira, entre ellas la de Chella, sobre la que manifiesa a la letra: “CHELLA. Es lugar de 140 vezinos, y tiene una fábrica de paños, se han arruinado enteramente cuatro casas, y las demás quedan inhabitables, como la del marqués de Bélgida, dueño del Lugar; en la Iglesia no se puede entrar, porque amenaza ruina (se refiee a la Iglesia vieja que quedó maltrecha) y los vezinos han abandonado el lugar,temerosos de mayor extrago (sic) ”4

2 ARV (Archivo del Reino de Valencia). Carta puebla de la baronía de Chella (1610). Manaments i Empares, 1967, Libro 2, mano 16, fs. 31-40.

3 La población de Chella en el año 2011 celebró el IV Centenario del otorgamiento de su Carta Puebla (1611-2011), a iniciativa del Ayuntamiento de la localidad y contando con la colaboración de la Diputación Provincial de Valencia. Con este motivo, se erigió un mural cerámico, diseñado por Javier Costa y elaborado por la ceramista Consuelo, de la Fundación J. Simón (lleva en la firmalas iniciales “F.J.S.”) con unas dimensiones de 250 x 330 cm, conmemorativo de la efemérides, que ha sido colocado en la plaza de la Virgen de Gracia y reproduce fragmentos del texto refundador y los nombres de los vecinos que aquí se establecieron, entre otros, Pedro, Martín y Luis Guerola; Francisco y Pedro Bordoel; Pedro Esparza; Juan Bono; Juan Llobregat (el mayor y el pequeño); Juan Navarro; Andrés del Moro; Gaspar Garciasa; y Juan Canet. La escena representa el momento en que fue declarada la constitución efectiva de los pobladores procedentes de diferentes lugares, que aparecen en la composición sentados en el centro de la plaza del pueblo alrededor del notario, que extiende el pertinente documento acreditativo de la refundación del lugar por una treintena de vecinos, cuando Carlos de Borja otorga los privilegios a los nuevos residentes. Vide GÓMEZ, S: “Chella conmemora su Carta Puebla”. Diario Levante-EMV. Valencia, domingo 12 de septiembre de 2010.

Sigue al anterior en el tiempo la noticia histórica del administrador principal del Correo de Valencia y su Reino, Bernardo Espinalt y García, quien en el Atlante Español o Descripción de todo el Reyno de España, en el tomo X, parte III, que dedica al Reino de Valencia5, publicado en 1786, presta atención en el cap. XIV, al lugar de Chella y lo describe como “cabeza de la baronía de su nombre”, situada al pie de una montaña no muy elevada, a una legua de la villa de Montesa. La habitan –continúa el relator en su descripción- 101 vecinos en una parroquia dedicada a Nuestra Señora de Gracia, para, seguidamente, hacer mención a las Fuentes de la Teja y del Chorro; la pertenencia del lugar sucesivamente al ducado de Gandía, al conde de Sellent y al marqués de Bélgida; la dedicación de sus gentes a la producción de hortalizas, frutales y cereales, y al cultivo de la seda que debía de abastecer el comercio de las manufacturas de este textil en la capital del reino. También, se ocupa de la fuente salada allí existente, de dos batanes, de un molino harinero y otro de aceite. De igual modo, refiee las ruinas de un castillo, la parroquia vieja destruida y la adscripción del lugar a la Gobernación de Montesa6, bajo cuya jurisdicción durante la administración borbónica se hallaban el valle del mismo nombre y diecisiete pueblos (incluía las villas de Enguera, La Font de la Figuera, Montesa, Vallada, Moixent, Anna y Sumacárcel; las universidades de realengo de Alfafara y Agullent; y los lugares de Alcudia de Crespins, Chella, Bolbaite, Sellent, Alcántara, Benegida, Cárcel y Cotes)7, extendidos a lo largo de 17 leguas, quedando esta demarcación territorial suprimida en 1833 con motivo de la división territorial de España por provincias que impulsó el secretario de Estado Francisco Javier de Burgos.

4 CARRASCO, Esteban Félix: Relación puntual, circunstanciada de los daños de las ruinas y estragos causados por los terremotos de que se sintieron en varias partes del Reyno de Valencia,los días 23 de marzo y 2 de abril de 1748 .Valencia, Imprenta de la Viuda de Antonio Bordázar, 1748, P. 11.

5 ESPINALT Y GARCÍA, Bernardo: AtlanteEspañoloDescripcióndetodoelReynodeEspaña. Tomo X, parte III, dedicado a la “Descripción del Reyno de Valencia”. Madrid, Imprenta de Hilario Santos Alonso, 1786, pp. 276-278.

6 ESPINALT Y GARCÍA, B: Op.cit., p. 276.

7 El tratamiento de “universidad” (para el que se estimaba una población de 1.000 personas), según lo anotado en viejos diccionarios, tenía un rango mayor que el de “lugar” (al que se adscribían 500 pobladores), y menor que el de “villa”, título que suponía que la localidad contaba con más de 1.500 habitantes. Ibidem, p. 238.

Especial atención merece el estudio que realiza el botánico e ilustrado Antonio Josef Cavanilles, quien en su compendio Observaciones sobre la Historia Natural, Geografía, Agricultura, Población y Frutos del Reyno de Valencia8 (1795-1797), Libro III, nos hace saber, profundizando en los pueblos de la Canal, notas de la producción del laboreo en Chella, anotando que es “pueblo de 136 vecinos, ocupados en la agricultura, extendido por dos leguas de oriente a poniente y más de media de norte a sur… Los vecinos han dirigido su aplicación y cuidado a la huerta, y a aquella parte de secano que empieza en lomas a la izquierda del río, seguidas de llanuras hacia el nordeste. Vénse allí trigos,cebadas,olivos y dilatados viñedos,que producen 18.000 cántaros de vino. La huerta tiene muy cerca de 2.500 hanegadas, que se riegan con las muchas fuentes del término, principalmente con la llamada Brullador [es la Fuente de El Abrullador, una mina de agua que nace del interior de la montaña en un paraje próximo situado a 2,5 km. de distancia de la población en dirección noroeste y que sirve tanto para el consumo humano como para el riego], que pocos años hace era pobre y hoy forma un riachuelo”. Y continúa el científio en su exposición: “El término produce, además de vino,300 arrobas de aceite,más de 400 cahíces de trigo, 800 de maíz, porción de cebada y 2.000 libras de seda. Es contingente esta última cosecha en casi toda la Canal, por verifiarse muchos años en marzo y abril nortes fríos que hielan las tiernas hojas y dejan sin alimento a los gusanos”.

3. EL OCHOCIENTOS EN LAS PUBLICACIONES IMPRESAS

El escritor y geógrafo español Sebastián de Miñano y Bedoya es responsable del Diccionariogeográfio-estadístico de España y Portugal9 (Madrid, 1826-1829), publicado en diez volúmenes más un apéndice, que incorpora más de 26.000 artículos dedicados a los pueblos de la Península Ibérica y va a constituir una especie de “corpus” recopilatorio con datos actualizados, de lo publicado con anterioridad por Bernardo

Espinalt, en el “Atlante Español”, y por Antonio Joséf Cavanilles, en “Observaciones…”, aunque ofreciendo novedades·. En el Tomo III de la obra, figua la población de Chella, de la que proporciona referencias y datos de su adscripción territorial, situación topográfia, número aproximado de habitantes, producciones agrícolas, -muy curioso- los caminos utilizados por las tropas para desplazarse por ellos, las distancias a centros administrativos y la antigüedad del pueblo, expresadas en los siguientes términos; “CHELLA. El nombre de este lugar es de origen arábigo. L[ugar] y S[eñorío] de España; provincia y arzobispado de Valencia; partido de San Felipe; 240 vecinos, 959 habitantes: una parroquia (FIG. 1); un pósito [para guardar los cereales, principalmente el trigo]. Situada al pie de una montaña no muy elevada, a una legua norte de Montesa, a la derecha del río Sellent, siguiendo la canal de Navarrés como ½ legua. La huerta se riega con las muchas fuentes del término, principalmente la llamada Brullador, que antiguamente era muy pobre y en el día de hoy forma ya un riachuelo. Produce vino, aceite, trigo, maíz, cebada y seda. En su término hay una fuente salada bastante copiosa, de que se hace sal blanca en extremo,hay 2 batanes,un molino harinero y otro de aceite. No consta la fundación de este pueblo, pero denotan mucha antigüedad varios vestigios y pedazos de muralla antigua que hay,como también las ruinas de un castillo que había a la parte del este, y la parroquia vieja que estaba en medio de la montaña; la que se hizo nueva es el centro de la población por hallarse destruida la otra. Dista 8 leguas de la capital [Valencia] y 2 deSan Felipe [Xâtiva] Contribución: 3.888 reales”.

Ya a promedios del siglo XIX, el político, progresista y ministro de Hacienda Pascual Madoz e Ibáñez, en su Diccionario geográfio-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar (Madrid, 1847, Vol. IV), da cuenta en un extenso artículo redactado por sus corresponsales, de la situación geográfia de la población y sus confines la climatología, el número de edifiaciones que acoge, las escuelas, etc., de la siguiente manera: “CHELLA. L(ugar) con ayuntamiento de la provincia, audiencia territorial, capitanía general y diócesis de Valencia (9 leguas), partido judicial de Enguera, situado en el terreno conocido como Canal de Navarrés y ribera derecha de la rambla Marisca o río Sellent, donde se combaten los vientos del este con clima templado y sano, aunque se suelen padecer algunas intermitentes y calenturas catarrales. Tiene sobre 250 casas, inclusa la del ayuntamiento, cárcel, escuela de niños a la que concurren 30, dotada con 1.800 reales; otra de niñas con 15 de asistencia y 500 reales de dotación, iglesia parroquial (Nuestra Señora de Gracia) de entrada, servida por un cura de provisión ordinaria y un beneficiad, y una ermita dedicada a la Aurora dentro del propio pueblo”. De igual modo, adscribe al municipio 289 vecinos (1.031 almas) y describe el terreno con “su rica huerta compuesta de 2.500 hanegadas que se riegan con muchas fuentes del término…”. Y en cuanto a su producción agrícola hace alusión a los cultivos del vino, seda (las moreras), trigo, panizo, cebada, aceite, legumbres y hortalizas10.

8 CAVANILLES, Antonio Josef: Observaciones sobre la Historia Natural,Geografía,Agricultura,Población y Frutos del Reyno de Valencia. Madrid, En la Imprenta Real, 1797, Vol. III, pp. 31-32.

9 MIÑANO Y BEDOYA, Sebastián de: Diccionario geográfio-estadístico de España y Portugal. Madrid, Imprenta PierartPeralta, 1826, Tomo III, p. 86.

Finalizando la centuria, el erudito y humanista Pedro Sucías Aparicio, natural de Enguera, se ocupa del lugar hacia 1890, en su manuscrita obra Noticias útiles para escribir la historia de Enguera y los pueblos de su distrito, cuyo original se conserva en el Archivo Municipal de Valencia. Este presbítero proporciona referencias del templo parroquial de Chella y de las advocaciones que ostentaron sus capillas.

4. REFERENCIAS Y RESEÑAS DE GEOGRAFOS E HISTORIADORES EN EL TRANSCURSO DEL SIGLO XX

Escasas noticias relacionadas con las costumbres y las tradiciones –de interés para conocer aspectos de la religiosidad popular en Chella- hallamos en alguna que otra crónica, redactada a modo de “carta al director” sin firma publicada en el periódico semanal El Enguerino11 (Enguera, febrero de 1908), que trata de la celebración de las fiesas patronales dedicadas a San Blas y al Cristo del Refugio los días 3 y 4 de febrero de 1908, expresada en los siguientes términos, en el tiempo que era cura-párroco de la villa Enrique Sánchiz: “Las procesiones han sido muy concurridas, asistiendo las autoridadesdelapoblación,disparándoseensurecorrido infinidadde “fuentes y boletas” –en nuestro entender, cohetes y petardos- y al subir y entrar las imágenes en la parroquia los vítores de los devotos atronaron los espacios”, acompañadas de la banda de música traída de Llanera de Ranes. Asimismo, comenta la presencia de numerosos enguerinos que acudieron a los festejos, la corrida de vaquillas y las actuaciones teatrales. [En este contexto los memorialistas de este trabajo desean recordar que en ese tiempo existió en la villa la caseta de un polvorín, conocida con el sobrenombre de “casa dels cohets”, construida en 1911 entre las partidas del Turco y de Las Fanecas, y dedicada a la fabricación de pirotecnia, propiedad de Pedro Granero Moyá]. Sorprende por su signifiación -dado los datos estadísticos que proporciona en torno del año 1915-, el relato sobre la villa de Chella elaborado por los cronistas Carlos Sarthou Carreres y José Martínez Aloy12, coautores de la monumental obra dirigida por el historiador y `político catalán Francesc Carreras i Candi, Geografía General del Reino de Valencia. Provincia de Valencia (Vol. II), publicada en torno del año 1918, quienes analizan con precisión, la topografía, el poblamiento y su origen agrario, las vías de comunicación; el callejero y sus edifiaciones más relevantes Así, los historiadores se ocupan de las cuevas artificiaes excavadas en la Peña del Turco, situadas en el barranco del mismo nombre, “primitivas viviendas muy parecidas en su interiorypocoexplotadasalainaccesiblealturade8y10 metros,”; del manantial del Brollador (sic), “que arroja 500 litros de agua por segundo”; de la composición de los miembros del consistorio –el alcalde y nueve concejales-, de una población de 2.641 habitantes de hecho por 2.720 de derecho; el puesto de guardia civil compuesto de cuatro guardias y un cabo; una escuela nacional completa para cada sexo (de 1.100 pesetas); dos posadas; dos centros recreativos; cuatro casinos; cinco fábricas; etc.; se cosecha aceite, vino, cereales y algarrobas; de las principales calles de la villa con sus nombres y de las tres plazas existentes; del salto de agua “de 300 caballos de fuerza motriz que produce energía eléctrica para Carlet, Chella y doce pueblos más”13 –hoy la vieja fábrica permanece arruinada-; del templo parroquial servido por un cura y un vicario; del Calvario y de la Ermita de Nuestra Señora del Rosario de la Aurora, que se hallaba emplazada en la calle de santo Domingo, colindante a la cabecera de la iglesia14. De igual modo, mencionan que la villa “tiene alumbrado eléctrico y también una fuente minero-medicinal contra afecciones herpéticas y reumáticas. Celebra fiesas en 3 de febrero y mercado los miércoles”. En 1794 era barón de Chella, J. Belvis. El texto va ilustrado con dos fotografías dedicadas: una, al salto de agua con la fábrica de la luz; y otra, a una panorámica de la Peña del Turco. [A modo de adenda señalamos que el mercado semanal se vino celebrando los martes en la plaza de San José hasta el año 2010, fecha en que varió de emplazamiento a la plaza de Adolfo Giménez del Río (el paseo de las palmeras), en un lugar más espacioso y dotado de mejores servicios].

10 MADOZ E IBAÑEZ, `Pascual. Diccionariogeográfio-estadístico-históricodeEspañaysusposesionesdeUltramar. Madrid, La Ilustración, Establecimiento Tipográfio-Literrario Universal, 1847, Tomo VII, pp. 317-318.

11 ANÓNIMO: “Desde Chella”. Periódico semanal El Enguerino. Enguera, Imprenta Martínez, 8 de febrero de 1908, p. 3.

12 Se trata de los primeros cronistas en la historia de la localidad que mencionan a Chella con el título de “villa” y no con la anterior categoría de “lugar”. Esta circunstancia se debe al hecho de haber sobrepasado la población en la fecha en que escriben los 2.000 habitantes. No obstante, debe de reseñarse que en la calle de santo Domingo, esquina al Camino Real (hoy avenida de la Constitución), se conserva sobre la fachada de uno de los añejos edificiosde esta vía urbana un azulejo blanco de grandes dimensiones (hybi otros varios), con grafía en azul cobalto, de promedios del siglo XIX (ca. 1860), en el que se puede leer: “Villa de Chella / Partido judicial de Enguera / Provincia de Valencia”. Asimismo, fue en esta época cuando se comenzó en la localidad la numeración con letras y cifras de las manzanas (espacios urbanos delimitados por calles que conforman bloques de viviendas), de la que subsiste algún ejemplo, y de las casas, a efectos del censo de la población, registro de inmuebles y abono de impuestos, a partir de la creación del Registro de la Propiedad Urbana.

El eclesiástico e historiador José Sanchis Sivera, en su Nomenclátor geográfio-eclesiástico de los pueblos de la diócesis de Valencia15 (1922), proporciona noticia de que en dicha fecha la población contaba con 2.800 habitantes y destaca en su crónica las cavidades horadadas en el barranco del Turco, semejantes a las conocidas en Bocairente como “Casetes dels Moros” y en Alfafara, cerca de Alcoy, como “Cova de les Finestres”.

También, alude a la serie de caballeros que gobernaron este territorio entre los siglos del XIII al XV; a las 90 casas de cristianos nuevos existentes en el Seiscientos, a la iglesia parroquial dedicada a Nuestra Señora de Gracia desde los tiempos del patriarca Juan de Ribera y a las imágenes que el templo albergaba -destruidas luego en el transcurso de la guerra civil-, y a la ermita dedicada a Nuestra Señora del Rosario.

13 La estructura de ésta sufrió importantes daños en la riada de San Miguel (acaecida el 29 de septiembre de 1919), provocada por la formación de una depresión fría en altura (DANA), por lo que sería desmantelada años después, permaneciendo en pie sus ruinas. Vide la noticia en un texto de Valeriano Bellver Costa, publicado en la Revista-Programa de Fiestas Patronales de Chella – febrero de 1987.

14 SARTHOU CARRERES, Carlos / MARTÍNEZ ALOY, José: “·Chella”, en la obra Geografía General del Reino de Valencia, Provincia de Valencia (dirigida por Francesc Carreras i Candi). Vol. II. Barcelona, Casa Editorial Alberto Martín, ca.1918, pp. 356-358

15 SANCHIS SIVERA, José: Nomenclátorgeográfio-eclesiásticodelospueblosdelaDiócesisdeValencia.Valencia, Tipografía Moderna a cargo de Manuel Gimeno, 1922, pp. 209-210-

Un año después el historiador del arte Elías Tormo y Monzó, en su inagotable “guía” de Levante16 (1923), verdadero catalogo monumental de las provincias valencianas y murcianas (entonces incluía también Albacete), incidirá en lo ya referido por Sanchis Sivera, cuando sobre estas oquedades anota: ”En el pueblo de Chella, que está al paso –de Bolbaite-, hay hasta 16 cámaras circulares rupestres, inaccesibles, en el despeñadero llamado de la Peña del Turco, del tipo de las de Bocairente”.

La Enciclopedia universal ilustrada europeo-americana, compuesta de más de un centenar de volúmenes (Barcelona, Hijosde J. Espasa Editores, 19081939), que vulgarmente conocemos como el “Diccionario Espasa”, en el volumen XVII (de hacia el año 1926) hace breve referencia de la localidad y a la letra dice: “Chella. Municipio de 601 casas y 2.706 habitantes (chelleros),formado por la villa de igual nombre y 75 casas diseminadas. Corresponde a la provincia y diócesis de Valencia y al partido judicial de Enguera.Está situado en el lugar denominado Canal de Navarrés, regado por el riachuelo Bolbaite. Produce vinos,cereales,maíz,frutas y legumbres.Cría ganado de varias clases. Tiene fábrica de alcoholes, electricidad y papel de estraza, molinos harineros, talleres de pirotecnia, hornos de yeso. La villa dista 8 km. de la estación de ferrocarril de Alcudia (de Crespins)” 17 En este punto, y como coincidencia curiosa con el topónimo, los memorialistas de este trabajo quieren recordar que en Marruecos, cerca de Rabat, subsisten las ruinas de una antigua ciudad que lleva también el nombre de Chellah, según recoge la Enciclopedia Espasa, que fue necrópolis de las familias de los almohades y de los benimerines (s. XIII), y que había alcanzado su mayor esplendor en época de Almanzor (s. X), quien la dotó de mezquitas y de un palacio 18 . Asimismo, algunos estudiosos son de la opinión que este nombre propio de lugar, en árabe clásico, venga a signifiar cascada o manantial, lo que se aproxima más en su transcripción a la Chella valenciana.

El catedrático de Geografía de la Universidad de Alicante Antonio Gil Olcina, autor de diversos libros sobre temas agrarios, es el autor del estudio que lleva por título “Evolución del cultivos y estructuras agrarias en la Canal de Navarrés, publicado en la revista científia Cuadernos de Geografía, de la Universitat de Valencia (1971)19, en el que aborda la evolución de los cultivos en esta área perteneciente a la cuenca hidrográfia del Xúquer y particulariza en los sistemas de riego de la huerta de Chella a lo largo de los dos últimos siglos, a raíz de la creación de la Comunidad de Regantes en 1899, el Jurado de Riegos constituido, el reparto del agua y los diferentes cultivos que se producen en la zona.

Los historiadores del arte Juan A. Kurz y Clara Ferrando se ocupan del patrimonio histórico-artístico de las poblaciones que conforman el partido judicial de Enguera, entre ellas Chella, inserto en la obra de varios colaboradores coordinada por Felipe Mª Garín, titulada Inventario artístico de Valencia y su provincia (1981)20, en el que escrutan, de manera escueta, la iglesia de Nuestra Señora de Gracia y el Oratorio de las Obreras del Corazón de Jesús existente en la planta alta del palacete que fue propiedad del conde consorte de Buñol. Y la profesora Violeta Montoliu Soler unos años posteriores estudiará los monumentos (iglesias, ermitas, palacios, castillos) del partido judicial de Enguera que incluye (o abarcaba) dos grandes comarcas geológicas, la Canal de Navarrés y el Valle de Montesa, en la obra de VV.AA., Catalogo Monumental de la Provincia de Valencia (1986)21, dirigida por el historiador del arte Felipe Mª Garín. En la misma acomete el estudio minucioso de la iglesia parroquial, describe su arquitectura (el aparejo utilizado) y enumera las obras devocionales allí existentes con sus advocaciones, entre

16 TORMO Y MONZÓ, Elías: Levante: provincias valencianas y murcianas, Madrid, Guías Regionales Calpe, 1923, p. 217

17 Enciclopedia universal ilustrada europeo-americana. Barcelona, Hijos de J Espasa Editores, ca. 1926, Tomo XVII, p. 150 ellas, las imágenes de San Blas, Santa Rita y un Corazón de Jesús. Refiee, asimismo, que el templo acogió una Dolorosa de bastidor, atribuida al escultor Ignacio Vergara y Gimeno (?)22, de promedios del siglo XVIII, que causó pérdida. Del mismo modo, en su descripción alude a otros edificiosreligiosos y civiles, algunos ya desaparecidos (como el palacio de la Señoría) y de varios restos arqueológicos hallados en yacimientos en las proximidades.

18 Ibidem, p. 150.

19 GIL OLCINA, Antonio: “Evolución del cultivos y estructuras agrarias en la Canal de Navarrés”. Cuadernos de Geografía, Universitat de Valencia, Facultad de Geografía e Historia, 8 (1971), pp. 42-44.

20 GARIN, Felipe Mª (dir.): Inventario artístico de Valencia y su provincia.Madrid, Ministerio de Cultura, 1981, Tomo I, pp. 268269.

21 MONTOLIU SOLER, Violeta: “Chella”, en la obra de VV. AA., Catalogo Monumental de la Provincia de Valencia (dirigida por Felipe Mª Garín). Valencia, Caja de Ahorros, 1986, pp. 246-247.

5. LAS APORTACIONES DE GEÓGRAFOS, DOCUMENTALISTAS Y LINGÜISTAS EN EL INICIO DE UN NUEVO MILENIO

Con el comienzo de un nuevo milenio la arquitecta Pura Sendra Gómez es la encargada de enumerar los monumentos y construcciones más relevantes que se conservan en los diferentes pueblos de la Canal de Navarrés, en la obra de VV.AA., Guía de Arquitectura de la Provincia de Valencia (2002). En esta “guía” dicha facultativa trata de las fuentes públicas que acoge el municipio de Chella (Mureta, Las Eras, El Hondo y el surtidor del Abrullador); da cuenta de los 16 habitáculos de la Peña del Turco; elabora una síntesis de la historia de la localidad; y describe el templo parroquial y sus elementos estructurales, entre los que destaca la torre y el remate poligonal sobre el cuerpo de campanas23

Un año después, el grupo Editorial Prensa Ibérica publicaba la obra de divulgación La Comunidad Valenciana en 52 finesde semana (Valencia, Artes Gráfias del Mediterráneo, 2003), dirigida por el experto en etnología Manuel Cerdá y coordinada por Pilar Sáíz y Ana Sebastiá, que incluye viajes, rutas, fiesas y gastronomía, con la pretensión de acercar a un público heterogéneo el patrimonio cultural valenciano. Entre otros itinerarios, describe uno muy atractivo por la

Canal, en el que se ocupa del paisaje de Chella, con el atractivo de sus parajes naturales, como “El salto” con los vestigios de una antigua central eléctrica; los yacimientos prehistóricos que jalonan el barranco del Lobo; el mirador del salto y el barranco de Zarzalet; la fuente de El Abrullador (manantial que –como se ha dicho líneas arriba– abastece de agua potable a la población y sirve para el riego de la huerta) y los parajes de Los Molinicos y de la Playa Salvaje. Asimismo, se hace eco del Parque de los Chopos presidido por la Fuente de los Tres Chorros junto al pueblo, un espacio umbroso abierto a la naturaleza, habilitado para conciertos, verbenas y actos públicos, y las fuentes de Las Clochicas y El Abogao24,

En este hilo conductor el profesor Juan Piqueras (fima con las iniciales JPH), catedrático de Geografía Humana de la Universitat de València, se ocupa de la toponimia de Chella en la obra de varios autores titulada Gran Enciclopedia de la Comunidad Valenciana”, publicada por Editorial Prensa Valenciana (2005), Tomo VI 25, a través del estudio –el más completo e importante de todos los descritos hasta el momento presente– que realiza de su geografía, la agricultura con sus cultivos, la rica huerta que se riega con aguas de numerosas fuentes y de un manantial superior llamado “El Abrullador”, la ganadería ovina y porcina, el comercio de frutales, las empresas de construcción y la configuación del territorio con una población en progresión y cuyo trazado urbano analiza de una manera muy pormenorizada, tratándose en nuestro criterio del estudio más completo y riguroso que se ha llevado a cabo hasta la actualidad. También, por su relación y dentro de la misma obra, es de gran interés el amplio estudio que este profesional dedica a La Canal de Navarrés (GECV, Tomo III, pp. 388-391), comarca que transcurre entre Anna y Navarrés, consistente en una estrecha y alargada depresión con poblamientos prehistóricos que ocupa una extensión de 619 kilómetros cuadrados, presidida por hoyas, cubetas, pozas y saltos de agua, que sirvieron –y continúan prestando esta función- para el riego de huertas y el funcionamiento de molinos, batanes, centrales eléctricas y fábricas de hilados.

22 La historiadora del arte Ana Mª Buchón Cuevas, en su tesis doctoral Ignacio Vergara y la escultura de su tiempo en Valencia (Valencia, Generalitat Valenciana, 2006, p. 358), recoge la noticia aportada por Violeta Montoliu, de que cuando se restauró la iglesia de la Virgen de Gracia en 1935 aún se conservaba la imagen vestidera de la titular vergariana, que tras su desaparición durante la guerra civil sería sustituida por otra moderna que es la que subsiste, no conociendo ninguna otra noticia ni documento gráfio alguno de la anterior.

23 VV. AA., Guía de Arquitectura de la Provincia de Valencia. Valencia, Colegio Oficialde Arquitectos de la Comunidad Valenciana (COACV), 2002, p. 147.

24 CERDÁ, Manuel (dir.): La Comunidad Valenciana en 52 finesde semana Valencia, Editorial Prensa Ibérica - Artes Gráfias del Mediterráneo, 2003, pp. 125-132.

25 PIQUERAS HABA, Juan: Voz “Chella”, en la obra de VV. AA.: Gran Enciclopedia de la Comunidad Valenciana. Tomo VI. Valencia, Editorial Prensa Ibérica –Diario Levante El Mercantil Valenciano, 2005, pp. 290-292.

Coetánea es la compilación del docente Francisco Javier Costa García -ya citado- y de la fióloga Adelina Costa Seguí, hijadel anterior, titulada Toponímia dels pobles valencians. Chella / La Canal de Navarrés (2005) 26, a través de un opúsculo publicado por la Acadèmia Valenciana de la Llengua, con la colaboración del Ayuntamiento de la localidad. Esta aportación intenta paliar la carencia de estudios, investigaciones y publicaciones sobre el municipio de Chella y su historia, que rastrea desde los orígenes musulmanes, pasando por la etapa de la conquista y hace un breve recorrido por las diferentes épocas de la historia, recogiendo cerca de 200 topónimos en lengua valenciana tanto de elementos físicos de la orografía y de la hidrografía del territorio (montes, ríos barrancos, fuentes, manantiales de agua), como de la presencia humana en poblamientos (cuevas, casas, colonias,..) y parajes naturales; unos textos que se acompañan de dos interesantes mapas hipermétricos del municipio con indicación de las unidades del relieve y de los caseríos.

Nuevamente, los profesores universitarios Juan Piqueras y Carmen Sanchis, en el capítulo que dedican a la “Geografía de Xàtiva y su región”, del vol. I, que forma parte de la obra de VV.AA.: Gran Historia de Xàtiva (2006), dirigida por el doctor Jorge Hermosilla y publicada por la Facultad de Geografía e Historia de la Universitat de València, dedican un amplio apartado a “La Canal de Navarrés y Enguera”, en el que hacen hincapié en el relieve de la zona donde afloran dos potentes manifestaciones del Keuper, en las que “los yesos, margas y arcillas se mezclan con infinidadde vetasmulticolores,sinquefaltenalgunasdesal,como las que vuelven salobres las aguas del río Sallent,entre Chella y Estubeny”27. Asimismo, sendos geógrafos destacan cómo en el transcurso de principios del siglo XX la población se duplicó en Chella, de manera que si en 1857 la villa contaba con 1.598 habitantes, en el año 1910 alcanzó 2.641 pobladores, y en torno al año 1.950, los 3.000, con una posterior regresión en la décadas de los sesenta y setenta, dentro de una economía mixta de agricultura (con el regadío), industria y servicios, sobresaliendo ya en el siglo XXI la especialización en la producción de ajos y frutos secos recubiertos de chocolate.

Algo después en el tiempo, el docente y comunicador Francisco Javier Costa, en un artículo para escolares que titula “Chella: Desarrollo urbano. Población. Calles de la localidad”, divulgado en la Revista-Programa de Fiestas Patronales de Chella (febrero de 2008)28, nos orienta, a modo de una guía ciudadana, en torno del origen y evolución del tejido urbano del municipio, en los nombres de las calles que se justifian por una motivación local, en la toponimia de los hagiónimos que indican un pasado devocional (san Roque, san José, Virgen de Gracia,…) o en personajes chellinos que tuvieron importancia en su profesión o fueron protagonistas en un determinado momento histórico. El texto va acompañado de copia de documentos, croquis de planos de la villa, de una transcripción de los comentarios que sobre la localidad realizó el botánico Antonio José Cavanilles en 1787 y de testimonios orales recogidos de Eugenio y María Granero, según recoge el autor en sus anotaciones finaes. [En este punto deseamos apostillar que, genéricamente y a partir del año 1860, en España los ayuntamientos locales son los que van a decidir la imposición o supresión de los nombres de las calles, aceptándose de manera oficial por lo común en esa fecha todos los tradicionalmente establecidos con anterioridad].

Asimismo, en 2008, veía la luz un opúsculo de 80 páginas dedicado al habla de Chella, del lingüista José Luis Ponce Palop, titulado Consideraciones iniciales sobre fiología chellina, financiadopor el Ayuntamiento de la localidad, que versa sobre las características gramaticales y semánticas del “chelli - no”, una mezcla del castellano, valenciano y toques de aragonés, todo aderezado con una peculiar pronunciación y un inimitable acento. Es una recopilación de recuerdos y de semántica popular, con finde mantener vivo el acervo cultural 29. Y una larga década después dicho estudioso ha publicado en edición digital la obra Ensayo sobre la fiología chellina: El habla de Chella (2021), como ampliación de la obra anterior, considerada como un homenaje a las gentes que le antecedieron en el municipio 30, y compilación en la que el investigador analiza la riqueza del vocabulario y de la gramática del habla particular de Chella, a la vez que recoge sus peculiaridades –entre ellas, palabras, expresiones y versos apócrifos- que atestiguan sus características dialectales

26 COSTA GARCIA, Francisco Javier / COSTA SEGUI: Adelina: Toponímia de Chella. Valencia, Académia Valenciana de la Lengua, 2005, 12 páginas y 2 mapas cartográfios con textos en valenciano y castellano.

27 PIQUERAS HABA, Juan / SANCHIS DEUSA, Carmen: “Geografía de Xàtiva y su región”, en la obra de VV. AA.: Gran Historia de Xàtiva (Vol. I), (Jorge Hermosilla, dir.). Universitat de València, Facultat de Geografía i Història, 2006, pp. 91-93.

28 COSTA, Francisco Javier: “Chella: Desarrollo urbano. Población. Calles de la localidad”. Revista-Programa de Fiestas Patronales de Chella–2008. Canals, Gráfiques Maal (Editada por los Festeros de Chella), febrero de 2008, s/p.

Figura considerada en el municipio, sobre todo a partir del proceso de construcción de la Democracia en España en 1978, es la del militar Carlos Fabra Marín. El historiador y escritor José Antonio Vidal Castaño es autor de la tesis doctoral, titulada El sargento Fabra: Historia y mito de un militar republicano, 1904-1970 (Madrid, Librería de la Catarata, 2012), que está basada en recuerdos personales y en documentos no siempre de fácil acceso. En ella trata acerca de la verdad y el mito de este suboficialchellino, que tuvo un relevante protagonismo en Valencia durante la Segunda República española. Hombre de confiana del teniente general José Miaja, fue ascendido a capitán y comandante, hasta que en 1939 se exilió a Francia, falleciendo en Saint Denis, cerca de París. En 1986 sus restos fueron traídos a España y descansan en el cementerio de Chella, su villa natal en la que tiene una calle y parque dedicados, próximos a la Ermita de San Nicolás31 . Un testimonio personal de carácter etnográfio nos ofrece Pepe Liberia, en el artículo “Chella, finalde los años 50. (Vida y costumbres de mediados del si- glo XX)”, publicado en la Revista-Programa de Fiestas Patronales de Chella (2015)32. El autor recaba en el paisaje y el paisanaje de un momento concreto de la historia local y relata las vivencias llevadas a cabo en su tiempo de juventud en los años centrales del siglo XX, entre las que describe, entre otras, la vida de colegial; la distribución de las casas; el “paseo” todavía sin palmeras, sobre cuyo suelo se disponían esparcidos los cacahuetes para su secado; las partidas de “raspallot” que se celebraban en las calles –que eran de tierra-; la construcción de las “casas baratas” entre las calles del pintor Salvador Pallás y de Joaquín Navarro; los establecimientos públicos que existían (hornos, carnicerías, tabernas, barberías y tiendas); y la ubicación de aquellas “paraetas” en las que se adquirían o cambiaban cromos y tebeos. Y un período en el que iban des- apareciendo los animales de tiro –caballos y mulas- y los carros, y comenzaban a aparecer los primeros vehículos a motor (camiones, coches y motocicletas).

29 GRAU-BERLANGA, Laura (Chella): “Aquí se habla en chellino”. Diario Levante-EMV. Valencia, domingo 31 de agosto de 2008.

30 GISBERT, Adrián: “Un compendio lingüístico inmortaliza el dialecto de Chella”. Diario Levante-.El Mercantil Valenciano. Valencia, domingo 4 de julio de 2021.

31 SOLBES, Tosa: “La leyenda del sargento Fabra”. Diario El PAIS. Madrid, 6 de marzo de 2012.

32 LIBERIA, Pepe: “Chella, finalde los años 50. (Vida y costumbres de mediados del siglo XX)”. Revista-Programa de Fiestas Patronales de Chella-2015. Canals, Gráfiques Maral (editada por los Festeros de Chella), 2015, pp. 25-30.

El documentalista Xavier Serra Estellés, autor del Inventario de los archivos parroquiales de La Canal de Navarrés,LaHoyadeBuñolyElValledeCofrentes-Ayora (2019)33, se ocupa de los documentos archivísticos conservados en la iglesia parroquial de Nuestra Señora de Gracia de Chella, perteneciente al Arciprestazgo de Enguera, y hace notar que las partidas más antiguas que se conservan son las de Bautismos, Matrimonios y Entierros, que datan de 1919, y las de Confirmacione desde 1943, pues los Libros de Fábrica y de Visitas Pastorales, existentes en el archivo eclesiástico desaparecieron en el transcurso de la guerra civil.

De interés, por otra parte, son las fichastécnicas de inventario de las campanas de la iglesia parroquial de Nuestra Señora de Gracia (es un BRL), elaboradas por el Gremi de Campaners de Valencia y actualizadas por Joan Alepuz Chelet el 17 de septiembre de 2020 y que siguen en su elaboración la metodología aplicada por los antropólogos Francesc Llop i Bayo y Xavier Martín -según consta en la página web accesible de campa- nars.com-34, que nos informan en detalle de los nombres de cada una de las cuatro voces de bronce que alberga la torre-campanario (concluida su construcción en 1898), fundidor, dimensiones, peso y año de licuación, y que se indican a continuación: La campana mayor (o de horas) data del año 1972, está dedicada al Cristo del Refugio y procede de la fábrica de Salvador Manclús; la campana que le sigue en tamaño se puso bajo la advocación de Nuestra Señora de Gracia, está fechada en 1789 y es obra de los Roses de Chella –se les atribuye-, activos a finesdel siglo XVIII; y las dos restantes (mediana y pequeña) están dedicadas, respectivamente, a San Blas y San Vicente Ferrer (toque de los cuartos) y se fundieron en 1941 -sustituyen a otras anteriores, desaparecidas- en los talleres de fundición de Manuel Roses Vidal. Fueron bendecidas en 2012 tras su limpieza y restauración, y presentan yugo de madera. Su funcionamiento se realiza mediante la percusión de electromazos monofásicos.

En el año 2021 el Ayuntamiento de la localidad editó un folleto turístico titulado Chella: El corazón de la Canal, con textos de Abel Soler y Rafael Jordá redactados en castellano y en inglés que versan acerca de un paseo por el pueblo y sus alrededores orientando al visitante, en un formato desplegable tamaño DINA-3, patrocinado por el Patronato de Turismo de la Diputación de Valencia y que va ilustrado con numerosas fotografías de la población y sus alrededores, sendos planos dedicados a la trama urbana y geodesia del entorno natural y paisajístico del municipio, de gran valor ecológico con sus numerosas fuentes y saltos de agua, y una relación de los monumentos y enclaves más signifiativos a tener presente, así como centros de alojamiento y de hostelería.

Y no podríamos cerrar este capítulo sin hacer mención de las crónicas y noticias aparecidas en diversas revistas y prensa periódica, como en varios ejemplares de la Revista-Programa de Fiestas Patronales de Chella (desde 1965 a cargo de los “Festeros de Chella”), los diarios El País (Madrid, 1976 y ss.), LevanteEl Mercantil Valenciano (Valencia, 1872 en adelante) y Las Provincias (Valencia, 1866 y sucesivos) y los semanarios locales, como El Enguerino (Enguera, 19071910) y plataformas digitales sobre el dialecto chelli -

33 SERRA ESTELLÉS, Xavier: Inventario de los archivos parroquiales de La Canal de Navarrés,La Hoya de Buñol y El Valle de Cofrentes-Ayora. Valencia, Facultad de Teología San Vicente Ferrer, 2019, Colección “Monumenta Archivorum Valentina”, núm. 17, p. 102.

34 Consúltese la página web de campanar.com/php/campanar.php?numer597 no, el territorio, la industria, las fiesas y costumbres populares, los actos culturales, sucesos y efemérides habidos en la localidad, reseñados por redactores y periodistas a lo largo de las últimas décadas y que son clave para conocer la historia reciente de esta población de la Canal de Navarrés.

6. UNAS CONSIDERACIONES FINALES

Las descritas son fuentes de la memoria que permiten generar contenidos y ayudan a aproximarnos al conocimiento de la historia del municipio de Chella. Y para los autores de este ensayo y cualquier persona interesada en los temas culturales constituyen una herramienta de trabajo de primera mano y de precisa consulta para la elaboración de otros estudios de carácter global que más adelante se proponen desarrollar sobre la economía, la industria, los recursos naturales, la evolución urbana y los principales monumentos, el nomenclátor de plazas, calles y rincones, los espacios ajardinados, los teatros-cinematógrafos desaparecidos (El Cid y La Paz), la arquitectura del agua y los recursos hídricos -los viejos batanes, los molinos venidos a menos, el puente de los tres ojos (siglo XVIII) sobre el “salto” del río Sellent (es otro BRL), el azud o embalse que le precede, las fuentes, el lavadero público y los abrevaderos, la demografía con indicación de las unidades poblaciones, la antroponimia con el estudio de los apellidos más frecuentes en la actualidad (en 2002 registramos los Granero, Talón –estos dos citados muy asiduos–, García, Martínez, Bellver, Pallás y Bellot), la aficiónpor la música en la población desde principios del pasado siglo (de reciente creación es el Conservatorio Profesional de Música “Maestro Ponce”), la indumentaria, las costumbres, el ciclo festivo (con las danzas y cantos tradicionales) y la devoción popular en las calles a través de una serie de retablitos de azulejos cerámicos procedentes de manufacturas valencianas que presiden algunas hornacinas de las vías urbanas, siendo de recordar que los fechados con anterioridad a 1940 –alguno existe-. están protegidos por ley y declarados BIC).

De otro lado y relevante –no tratado en los apartados anteriores–, es la documentación que puede aportarnos las denominadas fuentes primarias, referente a dietarios, memorias, expedientes y relatos que acaso puedan conservarse en el Archivo Histórico Municipal, así como documentos de últimas voluntades (testamentos) e inventarios de bienes de épocas pretéritas, guardados en el Archivo de Protocolos Notariales de

Enguera, que serán útiles y pueden proporcionar noticia de aquellas cofradías y hermandades que existieron o subsisten en la villa, y de las devociones locales más arraigadas, dedicadas en el pasado a la Virgen de Gracia, Nuestra Señora del Rosario de la Aurora y san Blas, y modernamente –promedios de la centuria del XX– a san Nicolás de Bari.

Las Libros Capitulares -en cuyos asientos se reflejan los principales acuerdos y resoluciones adoptados en los plenos municipales-, y los Libros de Cuentas son, asimismo, otra fuente para recalar en el estudio de aquellos aspectos relacionados con las licencias de obras, las áreas urbanas en expansión, la construcción del cementerio actual en la década de los años 50 del pasado siglo y otros asuntos corporativos de interés concernientes a la Chella del día a día.

Del mismo modo, en la página web del Ayuntamiento puede consultarse la Ordenanza reguladora del registro municipal de solares y edificiosa rehabilitar, en la que en su art. 4, se relacionan aquellos edificios –gran parte de ellos casas señoriales de porte palaciego– que gozan de un nivel especial de protección (integral, general o parcial) y orientan al ciudadano o al interesado en el tema a su localización (núcleos de la plaza de la Iglesia, y calles de la Iglesia vieja, Mayor, Higueral y Nueva), con el interés, aparte de establecer una normativa para la conservación del patrimonio arquitectónico local, de poderlos admirar -al menos externamente (fachada y detalles ornamentales –rejas de balcones y ventanas, trabajos de ebanistería de las puertas, relieves y frisos que enmarcan huecos y ventanas–), ya que son viviendas de propiedad privada-, ayudando con ello al conocimiento de estos testimonios del pasado, muchos de ellos bien conservados. Por último el material fotográfio de la década de los años 40 de la pasada centuria –o de épocas anteriores–, en unas instantáneas captadas por el fotógrafo Jesús Arellano, avecindado en el municipio durante ese tiempo, ha de servir de testigo fieldel progreso en la localidad y de testimonio de aquellos viejos lugares, algunos ya desaparecidos o que han sido transformados, en esa mirada hacia el futuro.

A modo de colofón, los autores de este trabajo confían que el mismo no solo contribuya a un mayor y mejor conocimiento de los orígenes y de la identidad de la villa de Chella, sino que abra caminos en el campo de la investigación a otros estudiosos o interesados en pergeñar el patrimonio cultural. Y si lo hemos conseguido estaremos muy satisfechos y agradecidos. �