SABER CÓMO PASAR LA NAVIDAD
La navidad había llegado a las calles, un espeso manto de nieve cubría el suelo de aquel pequeño pueblo. Las luces alumbraban las casas. Y cada familia pasaba los días reunida.
Había una casa que destacaba. Tenía las guirnaldas más grandes, abetos y un papá Noel cubriendo la puerta. El olor a galletas horneadas se podía apreciar varias calles abajo. Dentro vivía Sofía, una anciana cuyo espíritu navideño inundaba el ambiente cada año. Vivía sola, sus hijos hacía años que se habían independizado. Todos los años se reunían para celebrar la navidad. Pero la mala suerte quiso que este año una fuerte nevada impidiera el transporte por carretera; lo que hacía imposible verse.
La anciana cocinaba muñecos de jengibre, con la esperanza de que alguno resucitase, y le acompañase en aquellos días. Se sentía sola. Al mirar por la ventana podía ver a sus vecinos reunidos, hablando alrededor de la chimenea, con un chocolate caliente entre las manos. Sintió la necesidad de salir fuera, respirar aire limpio. Al poner un pie en la nieve, una ráfaga de viento le cubrió los ojos. Estaba desorientada, pero alguien tocó su mano. Al girarse se encontró con el muñeco de jengibre que había cocinado. Era incapaz de articular palabra, se pellizcó el brazo para comprobar que no estaba dormida, y el dolor llegó a sus nervios. No era un sueño.
El muñeco tampoco hablaba, le mostró un pequeño camino. Al final del camino vio la figura de sus hijos, aunque era incapaz de tocarla, eran felices cada uno con su familia, pero podía oír perfectamente que hablaban de ella, sentían mucho no poder pasar las navidades con su madre. En ese momento Sofía se dio cuenta, los muñecos se alejaron y cayó en la nieve. Se levantó de inmediato y un pequeño cachorro vino hacia ella. Decidió quedárselo. Mientras volvía a casa se fue dando cuenta de que aunque físicamente su familia no estuviese con ella, estaban conectados, seguían presentes de una manera diferente. E iba a seguir siendo Navidad.
Natalia Martínez 4º ESO – Colegio Filipense “Blanca de Castilla”