El aroma de los sueños

COLEGIO FILIPENSE “BLANCA DE CASTILLA”

Autora: Carmen Fernández Aguado Ilustraciones: Berta García Meneses Colaboradores en la ilustración:        

Andrea Álvarez Laura Merino Irene Paniagua Marina Prieto Guillermo Royo Fco. Iván Álvarez Laura Fernández Marina Magdaleno

Editorial: Colegio Filipense “Blanca de Castilla” (Palencia) Curso 2020/21

La casa olía ya a Navidad y desde hacía un par de horas nadie paraba quieto ni en silencio en ese hogar.

Después de tantos días entre algodones, hoy no son capaces de callar. Después de tantos sueños rotos hoy por fin es Navidad y ese Niño pobre y humilde llega para quebrar el silencio o mejor aún, para cambiar ese sigilo por la luz, por la estrella que ilumine este momento de tanta oscuridad.

- ¡Bueno, venga, todos a la mesa y ya! - transmitió la madre como si de un capitán de navío se tratara. Pero sus marineros, algo indisciplinados, no acababan de llegar.

- Mamá, mamá, dile a Juan que se calle ya.

- Pero, ¿qué pasa? ¿Es que hoy tampoco va a haber paz?

- Mami, dice Juan que esta noche Papá Noel no vendrá.

Que por culpa de la Covid esta noche no podrá llegar.

- No le hagas ni caso, cariño. Y venga, sentaos ya.

Juan sólo tenía ocho años y, a pesar de su corta edad, ya era capaz de mirar un poquito más allá. Y Juan había visto en sus padres la tristeza en la mirada vestida con una máscara de felicidad. Él también se había sentido estos días algo triste. Por primera vez llegaron las vacaciones sin villancico y sin festival. Y, aunque sus padres lo sintieron mucho, muchísimo, intuía él que su tristeza nada tenía que ver con cantar o no cantar.

Seguro que es por los abuelosse decía Juan. Es el primer año que ellos no están.

Y pensó Juan que si los abuelos no podían venir a cenar, tampoco podría llegar Papá Noel y ni corto ni perezoso, así se lo contó a Manuel.

- Lo ves Juan, hasta mamá dice que eso no es verdad - gritó el pequeño Manuel.

Ya hace días que la brisa de diciembre iba dejando aroma a Navidad. Y María, que siempre fue de olfato muy pero que muy fino siempre supo cómo engalanar para esos días su vida y su hogar.

- ยกPor fin todos en la mesa! ยกMira que os ha costado llegar! Sรณlo falta bendecirla y empezamos a cenar.

-Este año- dijo el padre, sabéis que es especial y especial quiero que sea esta cena de Navidad. Beatriz, hija, creo que esta noche deberías ser tú la que bendigas esta mesa y la que pidas por este hogar.

- ¿Yo? ¿Estás seguro, papá? Y tú, ¿qué dices, mamá? - Preguntó Beatriz.

- Pues, cariño, ¿qué voy a decir?: que estás tardando ya.

Venga, Bea, que la cena se va a enfriar.

Beatriz, tras la sorpresa inicial, reaccionó, y, aunque al principio le costó arrancar, pronto miró a su familia, miró las figuras del Portal y las palabras fluyeron como fluye el agua del manantial.

- Siempre hay un día para los sueños- dijo Beatriz - y tras tantos días de pesadillas, hoy es por fin Navidad. Que esta noche sea para todos una noche de recuperar tiempos, de recuperar amores, de recuperar la Paz.

Oremos por estos alimentos que nosotros sĂ­ podemos tomar y para que en todos los hogares sea posible la llegada de la Navidad. Oremos para que esta noche Palencia sea, como ha sido siempre, un lugar abierto al amor y a la amistad. ÂĄQue aproveche y Feliz Navidad!

Los bocados se unieron a las ausencias y las ausencias dieron paso a una cierta serenidad.

Es curioso comprobar cómo puede cambiar el sabor de las cosas la Navidad. Pero es aún más curioso comprobar cómo la sonrisa de un niño puede generar una ilusión tan fuerte como para enfrentar la melancolía inicial.

Y no, no cenaron perdices pero sí fueron felices y esa celebración fue para ellos su regalo principal. Un regalo maravilloso, un rayo de luz y de calor en una noche buena de verdad. Y al final de la cena los dulces se entremezclaron con los sueños y entre sueño y sueño no sabemos si Papá Noel consiguió llegar pero lo que sí sabemos es que a esa casa llegó la Navidad.

COLEGIO FILIPENSE “BLANCA DE CASTILLA” Curso 2020-21