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ÁNGEL DE MAR

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PICO ZAPATO

PICO ZAPATO

Conoce al ángel del mar, un pequeño y translúcido eslabón en una cadena alimenticia cuyo colapso podría tener graves consecuencias. Con no más de 2 de 5 centímetros de largo, los ángeles marinos son moluscos emparentados con las babosas y los caracoles. Sus “alas” se conocen como parapodios: extensiones especializadas de los pies, que baten para desplazarse a través del agua. Los ángeles marinos se aprovechan de otro grupo de moluscos marinos, las mariposas marinas, que también cuentan con este tipo de adaptación. No obstante, a su vez, los ángeles del mar son una fuente de alimento vital para las ballenas, aves marinas y otras muchas especies. Mientras un ángel marino se deshace de su caparazón poco después de eclosionar del huevo, las mariposas marinas retienen las suyas, y este es el problema. Su cubierta es muy delgada y se disuelve fácilmente al aumentar la acidificación del océano. Si como parece probable, la mariposa marina se extingue alrededor de 2050, los ángeles marinos serán sin duda los siguientes y, con ellos, probablemente, otras muchas especies desaparecerán de las redes y anzuelos de los pescadores.

Los ángeles de mar son depredadores que devoran a otros caracoles nadadores, incluyendo a las mariposas marinas. Una de las especies, la Clione limacina, es muy selectiva para comer. Se alimenta exclusivamente de mariposas marinas del género Limacina.

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Cuando los ángeles de mar entran en contacto con una presa, sacan de su cabeza tentáculos parecidos a dedos para sujetarla. Después, el ángel de mar usa sus extremidades en forma de gancho para sacar y arrancar a la presa de su concha. Después mete a la presa ya sin concha dentro de sus vísceras. El proceso completo puede durar de dos a 45 minutos.

La acidificación del océano y el incremento de su temperatura puede provocar que los ángeles de mar no tengan mucho qué comer. Se alimentan de mariposas marinas cuyas conchas están hechas de carbonato de calcio. Conforme cambia la química del océano, hay menos calcita y aragonito disponible para construir sus conchas, y esto puede provocar que su población disminuya.

«Nuestra tarea debe ser vivir libres, ampliando nuestro círculo de compasión para abarcar a todas las criaturas vivientes y la totalidad de la naturaleza y su belleza»

- Albert Einstein (1879-1955)

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