1 minute read

Hijo predilecto

Hijo predilecto

Para cuando le dejan hablar, el joven campeón del mundo casi ha gastado el paquete de klínex que usa para contener la emoción que le embarga. Con la sala de plenos abarrotada de gente, ha escuchado, de labios del alcalde, el sincero agradecimiento de sus convecinos por haber convertido su modesta localidad de origen en un lugar de referencia para el mundo del deporte, lo que augura un futuro lleno de prosperidad. También ha recibido en primicia la noticia de la inminente construcción de un pabellón deportivo que llevará su nombre, y que será un estímulo para las nuevas generaciones.

Advertisement

Pero a estas alturas, la nueva celebridad tiene muy claro que si toda esa inversión se hubiera llevado a cabo cuando él era un don nadie, no habría hecho falta que emigrara a la otra punta del planeta para conseguir fama y fortuna. Y casi con toda seguridad, otros como él habrían triunfado en su misma especialidad, de haber contado con un apoyo institucional que siempre brilló por su ausencia.

Por ello, cuando al fin cesan los aplausos y se hace el silencio, el nuevo y flamante hijo predilecto de la ciudad, sosteniendo en su mano el último pañuelo desechable, se dispone a tomar la palabra.

Pedro Herrero Amorós Castellar del Vallès (Barcelona)