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MARÍA SOLEDAD LEIVA
Su pintura, claramente figurativa, transporta a otro tiempo. A un lugar lejano donde la artista María Soledad Leiva regresa cada vez que dialoga con la tela. Los juegos de luz le permiten disponer de infinitas tonalidades y obtener atmósferas coloridas para inundar sus paisajes. A partir de una paleta restringida, inicia la búsqueda del color que cada obra requiere. Aunque siempre tiene a mano el azul ultramar, el blanco de titanio, los ocres y tierras, junto al bermellón y el carmín. Con estudios artísticos desde 1993 (pastel, óleo, figura humana y color), junto a maestros como Carmen Silva, también toma cursos de creación y apreciación en la Universidad Católica de Chile en el 2020. Ha exhibido su producción en diferentes galerías nacionales como la Sociedad Nacional de Bellas Artes del Palacio de la Alhambra, Galería Ana María Matthei e Instituto Cultural de Providencia, además de muestras en Portugal, Argentina y Brasil. Entre sus reconocimientos más destacados está la mención honrosa en el Concurso Nacional de Pintura del Instituto Chileno-Japonés de Cultura, el primer premio del Concurso Pintando Melipilla y la medalla de honor y primer premio del Concurso Acrilex de la Embajada de Brasil en Chile. “La inspiración me la da la naturaleza, luego la temperatura y las sensaciones que voy obteniendo de la humedad de los bosques y de la corteza de los árboles. Al enfrentarme a la tela mi idea es poder plasmar toda esa fuerza, hasta volver a sentirla”, manifiesta.

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2023, la cual es su primera artes visuales e inglés para considero una persona de interior para exponer en la ExpoArte Santo Domingo primera exposición formal. Además, es profesora particular de para niños. Desde ese frente, la artista se autodefine: “Me creativa, tolerante y cercana”.