
17 minute read
Joe Biden presidente 46 de Estados Unidos
• La polarización de la sociedad se dio por graves deficiencias en los Sistemas de Salud, Justicia, Educación, Economía y Empleo que colocaron a la Unión Americana en la frontera de una confrontación social. • Joe Biden representa la esperanza de que el “sueño americano” reviva con más fortaleza y equidad.
Joe Biden, se convirtió en el presidente 46 de los Estados Unidos, luego de derrotar a Donald Trump con 306 votos electorales contra 232 de su adversario.
Advertisement
Por: Mtro. Raúl Gómez Espinosa*
Un nuevo capítulo en la historia política de Estados Unidos dio comienzo en enero, con la juramentación (iauguración) de la presidencia de Joe Biden, quien hace poco más de 30 años recibió una segunda oportunidad de vida y que ahora se apresta a darle esa segunda oportunidad a la Unión Americana, al iniciar como el mandatario número 46 la reconstrucción de la todavía más poderosa nación del planeta, mediante la reconciliación de su pueblo y su multiculturalidad enfrentadas casi al punto de convertir sus diferencias en una nueva guerra civil. Joseph Robinette Biden Jr., nació en Scranton, Pensilvania, el 20 de noviembre de 1942 y no obstante sus 79 años de edad, sus ocho años como vicepresidente de los Estados Unidos en la administración de Barak Obama, y sus seis reelecciones como senador, le ganó la elección presidencial a Donald Trump, quien negó su derrota hasta ser llevado a juicio político (en proceso), lo que podría inhabilitarlo para volver a contender en el 2024 -como amenazó- por la presidencia de la Unión Americana. Joe Biden, es abogado y político demócrata que en varias ocasiones había contendido sin éxito por la nominación del Partido Demócrata para ser candidato presidencial. Incluso en el 2016, durante la campaña de Hilary Clinton por la presidencia de Estados Unidos , la ex primera dama lo apartó de su equipo de campaña. El presidente Joe Biden es abogado por la Universidad de Delaware y Juris Doctor por la Facultad de Derecho de la Universidad de Siracusa (Syracuse University College of Law). Sus cargos de representación iniciaron en 1970, al ser electo al consejo del condado de New Castle. Apenas dos años después, en 1972, fue electo al Senado de los Estados Unidos por Delaware en 1972, lo que lo convirtió en el sexto senador más joven en la historia norteamericana.
*Director general de esta casa editorial y presidente del Instituto Mexicano de Ciencias y Humanidades.

Junto a su esposa Jill, el presidente Biden posa en uno de los balcones de la Casa Blanca, luego de la ceremonia en que el político demócrata rindió protesta al cargo.
En ese entonces decidió contender al Senado por el Partido Demócrata compitiendo contra el entonces senador J. Caleb Boggs, un veterano político con 12 años en el puesto, quien se presentaba a reelección. Contra todo pronóstico, Biden venció a un Boggs que había subestimado a su adversario, obteniendo una de las sorpresas más grandes para el bando demócrata en un ciclo electoral en el que el presidente Richard Nixon arrasó en las presidenciales en 49 de los 50 estados, incluido Delaware. Este resultado dio valor a su figura. Paradójicamente esa marca legislativa de juventud se revirtió con el paso de los años y sus seis reelecciones como senador, que también lo llevaron a ser en 2008 el cuarto senador de mayor edad del mismo Senado. Ese sólo hecho, además de la mala fama que llegó a crear por algunos errores cometidos durante su vicepresidencia, le causaron descredito social y sus opositores le pusieron la etiqueta de senil, contra la que tuvo que luchar al interior del Partido Demócrata hasta alcanzar la nominación, no sin multitud de cuestionamientos del electorado y de miembros demócratas.
SEGUNDA OPORTUNIDAD
En febrero de 1988, hace 32 años, -según describe el periodista y escritor Evan Osnos en el libro “Joe Biden Una Nueva Era”- Biden despertó en el suelo de la habitación de su hotel. Llevaba cinco horas inconsciente. Apenas si podía mover las piernas. No sabía cómo había llegado hasta ahí. Solo recordaba un fogonazo de dolor; había regresado de dar un discurso en el marco de su campaña por la candidatura presidencial demócrata en Rochester, Nueva York. El propio Biden describió a Osnos que había vuelto a su habitación, donde de pronto sintió como si un machete le partiera el cráneo. Llevaba meses ignorando un inusual dolor de cabeza y cuello, sepultándolo en el conocido fármaco Tylenol. Después de ser llevado a Delaware, -que es su centro político- médicos especialistas descubrieron que tenía un aneurisma cerebral - dilatación de una de las arterias que irrigan el cerebro, generalmente mortal-, y luego lo trasladaron a Washington, donde un neurólogo lo operó con poca esperanza de que sobreviviera: Pero lo hizo y tras meses, incluso años de recuperación, se ha logrado restablecer y, sobre todo, encontrado poderosas motivaciones para continuar su carrera política, a pesar de las tragedias vividas como la muerte en un accidente automovilístico de su primera esposa Neilia Hunter y su hija Naomi de un año de edad, en el que sobrevivieron sus dos hijos varones Beau y Hunter.
EXPERTO INTERNACIONALISTA
Los temas de la agenda internacional de Estados Unidos son algunos de sus fuertes. Prueba de ello es que como senador tuvo un papel activo durante el conflicto de los Balcanes, al punto de ser uno de los más fuertes partidarios del uso de la fuerza como forma de proteger a los musulmanes bosnios. Tras varios viajes a la región, su consejo fue decisivo a la hora de convencer al presidente Bill Clinton de utilizar la fuerza militar contra Slobodan Miloševi, también llamado “El Carnicero de los Balcanes” quien fuera presidente de Serbia. En 1982, Biden apoyó la posición inglesa en las islas Malvinas y está considerado un experto en temas de Argentina. Como presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, apoyó las políticas del presidente George W. Bush, reclamando tropas terrestres adicionales para Afganistán. Aunque se opuso inicialmente a una acción unilateral, no sin antes agotar todas las vías diplomáticas, en octubre de 2002 votó a favor de la resolución que autorizaba al Gobierno a utilizar la fuerza contra Irak, que llevó al derrocamiento y ejecución del dictador Sadam Huseim. Su apoyo fue crucial desde su condición de presidente del Comité de Relaciones Exteriores. En noviembre de 2006, Biden, en conjunto con Leslie H. Gelb, presidente emérito del Council on Foreign Relations, propuso un plan para poner fin a la violencia sectaria en Irak basado en la experiencia de Bosnia. En su plan, Biden proponía dividir Irak en áreas federales a lo largo de líneas étnicas. Según el plan, a los suníes, chiitas y kurdos de Irak, se les debería permitir manejar sus propios asuntos en tanto

No obstante sus 79 años de edad, Joe Biden parece haber rejuvenecido con el triunfo por la presidencia de la Unión Americana que finalmente logró con el apoyo indiscutible de una sociedad cansada de la confrontación política.
que la defensa de las fronteras, los asuntos exteriores y las ganancias del petróleo, deberían estar a cargo del gobierno central en Bagdad. También en política exterior, Biden lidereó los esfuerzos para aprobar el nuevo tratado START entre Estados Unidos y Rusia; respaldó la intervención militar en Libia. Como vicepresidente, Biden supervisó el gasto en infraestructura en 2009 para contrarrestar la Gran Recesión. Sus negociaciones con los legisladores republicanos ayudaron a la administración de Obama a aprobar distintas leyes, incluida la Ley de Alivio Impositivo de 2010, que resolvió un estancamiento fiscal; la Ley de Control Presupuestario de 2011, que resolvió una crisis de techo de deuda; y la Ley de Alivio al Contribuyente estadounidense de 2012, que abordó un inminente abismo fiscal. Después de la masacre en la escuela primaria de Sandy Hook, Biden dirigió el Grupo de Trabajo sobre Violencia con Armas, creado para abordar las causas de la violencia con armas en los Estados Unidos. También se desempeñó como presidente de la Comisión de Justicia del Senado de 1987 a 1995, ocupándose de temas relacionados con la política de drogas, la prevención del delito y las libertades civiles. Biden lidereó los esfuerzos para aprobar la Ley sobre Control de Delitos Violentos y Aplicación de la Ley y la Ley de Violencia contra las Mujeres. En 1994 consiguió que se aprobara esa Ley, que mejoraba la protección que recibían las víctimas de relaciones abusivas y que lo ayudó a recuperar el apoyo de los grupos de mujeres. Como senador a Biden le encantaban las negociaciones de tú a tú, la cortesía bipartidista, el toma y daca para llegar a un acuerdo. Sus alianzas eran tan variadas que fue el único senador invitado a hablar en los funerales de Strom Thurmond, -el senador segregacionista- y de Frank Lautenberg, el senador demócrata de Nueva Jersey que llamaba a Biden “el único judío católico”. Esa cortesía bicameral le permitió que cuando solicitaba algún favor político sus contrapartes lo aceptaran y aunque las circunstancias hubieran cambiado, cuando llegaba el momento de hacer lo que les había pedido, lo hacían. Esa habilidad, sumada a una buena preparación sobre temas cruciales para Estads Unidos, llevaron a que el presidente Obama decidiera llevar en la vicepresidencia a Joe Biden, hecho que desconcertó a algunas alas del partido Demócrata que suponían que la presidencia de Obama marcaría un nuevo capítulo en la historia generacional de la política estadounidense, pero que terminó como “la nueva mayoría estadounidense”. Se trató de una coalición de personas de color, de jóvenes y de blancos entre moderados y progresistas. Más allá de desencuentros, el presidente Obama admiraba las enérgicas intervenciones de Biden en los debates; que conociera a todos los líderes extranjeros y sus contactos en Washington. También le agradaba que lo hiciera mejor aceptado para la clase obrera blanca del Medio Oeste, quienes podrían no sentir una conexión natural con un activista negro.


A pesar de los hechos violentos en el Capitolio de Washington, los simpatizantes de Joe Biden, celebraron su llegada a la Casa Blanca y con ello la instauración de una nueva era de esperanza para la Unión Americana.
EL CAMBIO DE RUMBO
Hoy, ya como presidente de Estados Unidos, Joe Biden comenzó a demoler cuatro años mal gobierno. Fiel a sus principios, que rompen con la imagen de conservador que lo etiquetaron como senador y hasta como vicepresidente, muestra su lado liberal al impulsar el credo estadunidense: igualdad, equidad, justicia. Ya prepara cambios en el sistema de justicia penal. “Actualmente, muchas personas están encarceladas en los Estados Unidos, y muchas de ellas son personas de color. Para construir comunidades seguras y saludables, debemos repensar a quién enviamos a la cárcel, cómo tratamos a los que están en la cárcel y cómo les ayudamos a obtener la

La fórmula Biden-Harris, conformada por Joe y Kamala, terminó por convencer al electorado de Estados Unidos, que poco a poco dejó el escepticismo para apoyar un nuevo proyecto político.
atención médica, la educación, los empleos y la vivienda que necesitan para reincorporarse con éxito a la sociedad después de cumplir sus sentencias”, ha dicho. Ha declarado Podemos y debemos reducir el número de personas encarceladas en este país y al mismo tiempo reducir la delincuencia. De inicio se propone combatir a los narcotraficantes en lugar de encarcelar a los consumidores; atacar las disparidades raciales, de género y con base en el ingreso. El sistema de justicia penal debe estar enfocado en la redención y la rehabilitación. Biden pide la aprobación inmediata de la Ley SAFE de Justicia; prevenir el crimen, mejorar los sistemas de educación. “Enfocarse en abordar estos factores subyacentes no solo es lo correcto, también es bueno para nuestras comunidades y nuestra economía. Le cuesta al gobierno federal cerca de $100 dólares por día mantener a alguien en una prisión federal”, reveló. Igualmente ofrece creará un nuevo programa de subvenciones competitivas de $20 mil millones de dólares para alentar a los estados a pasar del encarcelamiento a la prevención. Invertirá en oportunidades educativas para todos. Para crear verdaderamente la oportunidad y enfrentar uno de los impulsores subyacentes del delito. Comenzará haciendo el pre-K disponible para todos los niños de tres y cuatro años. Triplicará los fondos para el Título I, el programa federal que financia escuelas con un alto porcentaje de estudiantes de familias de bajos ingresos. Biden también se asegurará de que todos los estudiantes de preparatoria se gradúen con créditos avanzados o con un diploma de la industria en el bolsillo. Hará que los centros de estudios superiores sean gratuitos para los estudiantes que califiquen. Ampliará la financiación federal para la investigación y los servicios de salud mental y trastornos de uso de sustancias. El Plan Biden ampliará la cobertura del seguro médico para que más estadounidenses tengan acceso a tratamiento, garantizará el cumplimiento de las leyes de igualdad de la salud mental y ampliará los fondos para los servicios de salud mental. Además, Biden duplicará el número de psicólogos, consejeros, enfermeras, trabajadores sociales y otros profesionales de la salud en escuelas Para cambiar la naturaleza de estas interacciones, la administración Biden financiará iniciativas para asociar a expertos en salud mental y trastornos del uso de sustancias, trabajadores sociales y defensores de la discapacidad, con los departamentos de policía. Ampliará y usará el poder del Departamento de Justicia de los Estados Unidos para abordar la conducta indebida sistémica en los departamentos de policía y las oficinas de los fiscales. La administración Biden creará un nuevo grupo de trabajo, ubicado afuera del Departamento de Justicia de los Estados Unidos para hacer recomendaciones para enfrentar la discriminación y otros problemas en el sistema de justicia que resultan de las decisiones de arresto e imputación. Igual se propone derrotar a la Asociación Nacional del Rifle mediante su plan para enfrentar la epidemia de salud pública de la violencia con armas de fuego comenzando con verificaciones universales de antecedentes y prohibiciones de armas de asalto y tambores de gran capacidad. Eliminará la pena de muerte. Más de 160 personas condenadas a muerte en este país desde 1973 han sido exoneradas posteriormente. Biden trabajará para aprobar una legislación que elimine la pena de muerte a nivel federal e incentive a los estados a seguir el ejemplo del gobierno federal. Estas personas deberían, en cambio, cumplir cadena perpetua sin libertad condicional ni bajo palabra. Son incontables los cambios y propuestas que en todos los terrenos se ha propuesto imulsar esta nueva administración presidencial en Estados Unidos y el reto no sólo es incalculable, sino definitivo para la historia estadunidense; es de vida o muerte, es de libertad y democracia o de guerra intestina.
KAMALA HARRIS Y LA VERSIÓN FEMENINA DE BARACK OBAMA
La designación de Kamala Harris como su compañera de fórmula por parte del presidente Joe Biden tiene varios motivos políticos, pero de ellos sobresale el hecho del crecimiento de la población con orígenes étnicos asiáticos y africanos, que por su mismo peso reclaman mayores espacios y derechos en la vida pública de Estados Unidos De acuerdo con los más recientes estudios demográficos y de expertos analistas políticos, en no más de un cuarto de siglo los estadounidenses blancos ya no serán mayoría. El comportamiento demográfico apunta a que las llamadas minorías raciales provenientes de Asia o África se están colocando como las de mayor crecimiento y van desplazando a las mayorías blancas y su peso electoral. Precisamente Kamala Harris tiene parte de su origen étnico en Asia, pero no es la parte sustancial de su elección como vicepresidenta por parte de Biden. De acuerdo a analistas como Jorge Guardia, de Academia de Centroamérica, Kamala Harris es surrealista y progresista a la vez. El New York Times la describió como “pragmática y moderada” , versión que contradice uno de los medios más polémicos como es Fox News. Kamala no es pragmática ni, mucho menos, moderada. Sus críticos la pintan como una mujer controversial que abraza ideas progresistas de la izquierda ideológica californiana. Otros dicen que es muy dura, ruda a veces Hija de un reputado economista jamaiquino y una destacada profesora de medicina de Berkeley emigrada de India, su pensamiento filosófico y principios ideológicos la ubican como un personaje “progre”, término con diversas modalidades y matices ubicados, casi todos, a la izquierda del espectro ideológico. Se inclina, como Biden, por subir impuestos a las personas de ciertos niveles de ingresos y a las empresas; endosó al movimiento Black lives matter, el costoso Green New Deal (que implicaría pérdida de empleos al prohibir eventualmente los combustibles fósiles), suscribió el seguro obligatorio para todos impulsado por Bernie Sanders, la política de fronteras abiertas a la inmigración, educación gratuita para todos en universidades públicas, el voto a los 16 años y reducir el presupuesto de la Policía y nunca condenó los saqueos y vandalismo de las protestas en varios estados. Kamala favorece el voto por correo y no personal, pero probado con cédula de identidad. Eso no significa, sin embargo, que no posea talento, capacidad ni valor, ni que no que pueda aportar elementos complementarios a la administración del presidente Joe Biden, cuyas posibles debilidades estaría llamada a compensar. Incluso si el presidente Biden no terminara su mandato y, aunque lo hiciera, difícilmente podría pelear la reelección a los 82 años. Entonces, ella podría saltar a la posición número uno. Quizá por ello algunos medios como Kimberley A. Strassel del Wall Street Journal la describen como la versión femenina de Barak Obama, cuya franca sonrisa y contagiosa afabilidad fueron le fueron decisivas como presidente. Pero no fue el caso con Biden, quien al anunciarla como su compañera a la vicepresidencia observó una leve baja en las encuestas según Real Clear Politics. No obstante por ser progresista, está llamada a atraer y motivar al ala izquierda de su partido, sin el cual los demócratas no podrían ganar, como experimentó en carne propia Hillary Clinton.

La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, podría convertirse en la primera mujer presidenta de Estados Unidos al termino del mandato de Joe Biden, quien, según analistas de prestigio, difícilmente contendería por la reelección en el 2024.