La leyenda del tesoro

eño Pequritor esc ños

Rubén Fernádez Siles Mario Fernández Gil

12 a

Ilustraciones de

Daniel Ballarín Molins

PRELUDIO

No veía nada, cuando digo nada es

nada, nunca había tenido la sensación de oscuridad total con los ojos abiertos. Era muy angustioso. Escuchaba la respiración de todos, incluso algún lloriqueo.

—¡¡¡Sssssssshhhh!!! No hagáis ruido —intenté decir lo más flojito que pude.

—Mi linterna no funciona —dijo Gioser.

—Probad todas las linternas —dijo Zoen con voz ansiosa.

—No sé dónde está mi mochila… —susurró Matel.

—Encended las linternas —volvió a decir Zoen, esta vez un poco más alto.

—¡¡¡¡Ssshhhhsss!!!!

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—Tranquilos, chicos —dijo Matel.

—¡¡Ssshhhssss!! Escucho golpes... creo que ya vienen…

Ella me cogió la mano…

Totalmente a oscuras dentro de una cueva, perseguidos por unos malos de película con tatuajes y cicatrices, y muertos de miedo por la presencia del espíritu de un buscador de tesoros.

Bueno, creo que será mejor que empiece a contaros la historia desde el principio…

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CAPÍTULO 1:

LA PANDILLA

Primero quiero presentaros a mis ami-

gos. Como habréis imaginado, realmente no se llaman así. Excepto Andrea, ese sí es su nombre real.

GIOSER: su nombre real es Sergio Ruiz. Es el deportista de la pandilla, se le dan bien todos los deportes y todo el mundo lo quiere para su equipo. Su padre fue jugador de fútbol, incluso llegó a jugar con el Málaga en 1.ª División, aunque solo un partido, lo que no evita que Gio siempre esté hablando de eso. Casi todas las niñas piensan que es guapo… a mí me da igual…

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LEX: se llama Álex González. Está un poco gordo, aunque su madre dice que no está gordo, sino que es de huesos anchos.

Es el más fuerte de la pandilla, pero es muy lento corriendo. Siempre está jugando a la Play y es imposible ganarle al Fortnite.

Dice que cuando sea mayor será probador de videojuegos.

ZOEN: su nombre es Enzo Martínez.

Es el más empollón de la clase, siempre saca nueves y dieces. Habla perfectamente el italiano, porque su padre es de Italia.

Con nosotros siempre habla en español, pero en su casa siempre se comunican en italiano. Es muy malo jugando al fútbol, aunque lo intenta, por eso siempre lo ponemos de portero.

MATEL: realmente se llama Telma Gil. Es una autentica crack con las tecnologías.

Por lo visto es más lista que la mayoría de las personas, incluso le han hecho unas pruebas. Casi siempre está con el ordenador y consigue hacer cosas increíbles. Ha 8

visitado muchos países, porque sus padres tienen una agencia de viajes.

ANDREA: ella es Andrea Martín. Es la famosa Andrea de 6.ºA. Digo la famosa porque todo el mundo dice que es la más guapa del cole, aunque yo no me he fijado en eso… Tiene un hermano pequeño que va a la misma clase que mi hermana y a veces nos hemos encontrado en algunos cumpleaños. Su madre y mi madre se conocen desde que eran pequeñas y son muy amigas.

Yo me llamo Hugo Fernández, tengo once años, aunque pronto cumplo doce.

Este año me gradúo en el colegio Los Morales, que está en un barrio de Málaga llamado Puerto de la Torre (aunque todos le decimos el «Puerto»), así que el próximo curso ya voy al instituto. Soy buen estudiante, me encanta jugar al fútbol, al pádel y la música. También me gustan mucho las mates, a mis amigos y amigas no suelen gustarle, así que soy un poco bicho raro.

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Vivo en La Cala del Moral, un pueblo junto al mar muy cerca de Málaga capital.

Me gusta mucho vivir aquí, porque podemos ir a la playa cuando queremos.

Bueno, se me olvidaba decir que en la pandilla me llaman Gohu. Como veis, todos nuestros motes salen cuando ponemos nuestros nombres al revés.

Una vez Matel nos contó que en un pueblo de Tenerife se habla al revés. Al parecer, un barbero que era muy bromista empezó a hablar de esa forma para gastarle bromas a sus clientes, y lo que empezó como una broma se convirtió en algo que todo el pueblo hacía, incluso el alcalde.

Cuando nos lo contó empezamos a hablar entre nosotros así, y nos pasó como en el pueblo de Tenerife, lo que empezó como un juego se convirtió en una forma de hablar entre nosotros sin que nadie supiera lo que decíamos.

Una vez, en un examen tipo test de «Social» no me sabía las preguntas 3, 7 y 9.

Después de estar un rato dándole vueltas a la cabeza se me ocurrió preguntar a Zoen: 10

—¿Bessa las taspuesres tres, tesie y venue?

La seño me miró con cara rara y yo hice un gesto como de estar pensando en mis cosas. Cuando la seño se alejó un poco, Zoen me respondió mirando hacia el frente: —Be, cheha y fee… (b, h y f).

Increíble, fue antológico y conseguí sacar una supernota. A partir de ese momento nos dimos cuenta del potencial que tenía esa forma de comunicarnos.

Esto hizo que Gioser, Matel, Zoen, Lex y yo, hiciéramos una piña y empezáramos a hacer todo juntos.

Nació la «PANDILLA».

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CAPÍTULO 2:

LA CAJA DORADA

Toda esta historia comenzó hace un

mes, el día 2 de junio, en el que mi abuela Carmen cumplía setenta y cinco años. Mi familia quiso preparar un cumpleaños especial y decidieron hacerle una fiesta sorpresa a lo grande. Para ello, mi padre, con la excusa de que le ayudara a comprar un cuadro para nuestra casa, se la llevó durante un buen rato por la mañana. Mientras tanto, el resto nos dedicamos a decorar su casa y preparar la comida.

Ese día estaba bastante enfadado, porque había quedado con Lex y Zoen a las 11:00h para echar una partida. No es que no quisie13

ra ayudar con lo de mi abuela, pero es que estaba a punto de ganar, así que durante un buen rato no quería hablar con nadie.

A la fiesta vino mucha gente, familia, amigos, antiguos compañeros de mi abuela… Recuerdo que estaba comiendo un trozo de tarta de galletas cuando alguien me tocó en el hombro.

—¡Hola, Hugo!

—¡¡Ho… ho… la…!! —Era «ella», me quedé parado durante un momento. Había venido porque sus padres eran amigos de la familia desde hacía tiempo.

Mi primo Adri estaba detrás de ella y no paraba de reírse y señalarme. Yo notaba que la cara se me ponía cada vez más roja y, para colmo, ella también empezó a reírse.

Tardé un rato en darme cuenta que tenía chocolate en el diente… El día mejoraba por momentos.

Cuando digo «Ella» me refiero a Andrea, todos dicen que es la chica más guapa del colegio y bueno, a mí no es que me guste.

Está en 6.º A y creo que va detrás de Gio, o eso dice él.

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Con la excusa de ayudar a mi madre me fui dirección a la cocina, sin querer mirar atrás limpiándome el diente con la lengua; seguro que me acordaré siempre de este momento cuando coma tarta de galletas.

La casa de mi abuela está en el Puerto de la Torre, es muy grande y tiene muchas cosas.

Durante más de treinta años ha sido profesora de historia y se ha dedicado a coleccionar obras de arte y recuerdos de muchos viajes. Toda la casa está llena de cuadros, figuras, libros… Y luego está el sótano, tiene tantas cosas que es casi imposible andar por él. Está lleno de estanterías, pilas de libros, cajas de todos los tamaños, mapas... Con lo fácil que es ahora buscar en Internet. A mi abuela no le gusta mucho que entremos allí mis primos y yo cuando no estamos con ella. Dice que algún día esas cosas serán para nosotros, y que descubriremos aventuras de película, pero ya hemos roto un par de piezas y prefiere que no entremos.

Después de dar los regalos a mi abuela, vi que Andrea estaba jugando con mi 15

Nuestros chanquetes, esos locos bajitos, vienen pisando fuerte...

Esta delicada colección está compuesta por “pequeñas obras maestras” escritas por niños que tienen la ilusión de convertirse, algún día, en «grandes escritores», pues realmente son «talentos prometedores». Muchos de ellos, si no desisten en el intento, lo conseguirán.

ISBN 978 - 84 - 18996 - 02 - 3

9 788418

996023