Caldito de amor listo para llevar

Paca Bernardo Ruano Ilustrado por

Raquel MartĂ­nez GĂłmez

Si os dijera que algunas palabras contienen magia curativa dentro de ellas, quizá no me ibais a creer.

Pero ya me diréis después de leer este cuento.

ยกHola!

Mi nombre es Martina.

Mi abuelo Juan fue maquinista de tren.

Se hizo mayor y dejó de trabajar. Pero cuando, ya siendo muy, muy anciano, viajaba en tren, siempre se ponía su gorra de conductor. Y volvía tan feliz como un niño con zapatos nuevos.

Algunas veces se confundía y pensaba que era él el que lo había conducido. Y nos abrazaba exclamando entusiasmado: «¡Lo he conducido yo! ¡Martina, lo he conducido yo!» Mi madre entonces le decía sonriendo: «Claro, papá, pero ahora vamos a casa a descansar».

Pero el abuelo echaba mucho de menos a la abuela, su esposa, que murió hacía algunos años; entonces él quedó viudo. Un día se puso muy triste y dejó de hablar. Después de visitar al médico, mis padres me informaron: «Son cosas de la edad. Su enfermedad se llama soledad».

El abuelo estaba siempre triste. Y en poco tiempo se puso muy, muy mayor. Tan mayor se puso que llegó a su último día.

Ese día cogió el último tren de su vida. Condujo el tren hasta otro universo donde recogería a la abuela, y los dos viajarían juntos recorriendo planetas en un tren espacial… Esto es lo que él siempre me contaba que haría «un día de estos…»Y cuando mi papá me anunció que había muerto, supe entonces que ya había llegado ese día, y que estaba viajando feliz en su tren espacial…

ISBN 978-84-17448-96-7

La casita esdrĂşjula 9 778417 448967