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C. En México (§ 25-26

6|Una celebridad en el olvido: El P. Manuel de Lacunza y Díaz

Notas 4. AGIER, Vues sur le second avènement de Jésus-Christ…, op. cit., págs. 111112.

«Lacunza poseyó aventajados conocimientos en la poesía y oratoria sagrada, y existen varias composiciones suyas de este género, las cuales sin duda alguna honran á su autor» (EYZAGUIRRE PORTALES, José Ignacio Víctor. Historia eclesiástica, política y literaria de Chile. T. 2. Valparaíso: Imprenta Europea, 1850, pág. 315 [ed. fr.: Histoire ecclésiastique, politique et littéraire du Chili. T. 2. Poillon, Louis [trad.]. Lille: L. Lefort, 1855, pág. 291]).

Se atribuye también a Lacunza una biografía: Vida del P. Cristóbal de Villafañe, 1763. Según Lorenzo Hervás y Panduro esta biografía habría sido impresa con algunas oraciones fúnebres (HERVÁS Y PANDURO, Lorenzo. Biblioteca jesuítico-española de escritores que han florecido por siete lustros: Estos empiezan desde el año de 1759, primero del reinado del Augusto Rei Católico Carlos III, y acaban en el año de 1793. [Obra inédita]. 2 tomos, in-4.°. Archivo del Santuario de Loyola, caja 06, n.º 01, Azpeitia [Guipúzcoa];Biblioteca del Instituto Histórico de la Compañía de Jesús en Roma [ARSI], 1794, II, fol. 28, copia mecanografiada, con la signatura A.C.41.C.10).

5. La profesión solemne de los cuatro votos tuvo lugar en 1766.

En 1767 los jesuitas, que ya habían sido expulsados de Francia y de Portugal, fueron expulsados también de España y de todas las posesiones españolas. Como ningún Estado quiso acoger a los proscritos fueron, enviados a los Estados Pontificios. Los de Chile, arrestados el 26 de agosto de 1767, llegaron a Italia tras un largo viaje y se establecieron en Imola. Los primeros contingentes llegaron a partir de septiembre de 1768 y el resto llegó durante la primavera siguiente.

Notas 5. 2 de febrero de 1766. Fecha confirmada por el P. Mateos.

Para saber sobre la expulsión de los jesuitas, ver CARAYON, Auguste (1813-1874). Charles III et les Jésuites de ses états d’Europe et d’Amérique en 1767. Documents inédits publiés. París: L’Écureux, 1868;4 MARTÍNEZ CARRASCO, Alfonso. La expulsión de los jesuitas: Precedente histórico de lo acontecido en el siglo XVIII. Madrid: Vulcano, 1932. El decreto de expulsión (Real Decreto de Carlos III, 17

4 Google Books [en línea]: https://books.google.cl/books/about/Charles_III_et_les_J%C3%A9suites_de_ses_%C3%89ta.html?id=qn1eAAAAcAAJ&redir_esc=y [consulta: 8 noviembre 2020].

El hombre. Cap. 1: En Chile|7

febrero 1767) está reproducido en: THEINER, Augustin (1804-1874). Storia del Pontificato di Clemente XIV: Scritta sopra documenti inediti degli Archivii Segreti del Vaticano. T. I. Longhena, Francesco (trad.). Milán: Carlo Turati, 1853, págs. 82-87.5,6

Una circular del 26 de julio de 1767, dirigida a los superiores de conventos y monasterios de su diócesis del obispo de Santiago, Manuel de Alday y Aspée (1712-1788), les recomendaba orar por la Orden tan duramente tratada. Publicada en la Revista Chilena de Historia y Geografía [Santiago] (3.er trimestre 1915), pág. 160.

5 Google Books [en línea]: https://books.google.es/books?id=mLkOAAAAYAAJ&hl=es&source=gbs_navlinks_s [consulta: 3 enero 2021]. 6 Real Decreto, 17 febrero 1767 [en línea]: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes: http://bib.cervantesvirtual.com/bib_tematica/jesuitas/seleccion_textos/seleccion_textos2.shtml [consulta: 12 junio 2011].

Capítulo 2

En Italia

6. Medina afirma que Lacunza estuvo primero en Roma junto con seis jesuitas que lo acompañarían más tarde al ser nombrado tutor de un príncipe en Imola. No he encontrado en ningún sitio constancia de la existencia de esta etapa en Roma.

Vemos gracias a una carta dirigida a su madre (Imola, 7 diciembre 1779) que Lacunza buscaba excusas para evitar las molestias que le producían los viajes a Venecia, Roma, etcétera. Dice que no ha viajado en tres años y que no tiene en mente desplazarse. Esta carta, reproducida por Espejo, está llena de melancolía y respira profunda resignación. Le comunica la muerte de un amigo, el jesuita Julián Arteaga, que venía muy a menudo a verlo.

De los primeros años de la vida de Lacunza en Imola tenemos algunos datos sacados de Agier: «Durante el transcurso de los tres años que precedieron a la supresión definitiva de su Compañía y durante los dos siguientes años, vivió junto con sus hermanos en un estado de inactividad forzada por el desconocimiento de la lengua del país, la falta de libros y la encíclica del papa Ganganelli, que prohibía a todos los jesuitas ejercer su ministerio eclesiástico y casi sus ocupaciones literarias.»

Lacunza no estuvo siempre privado de sus libros. Barros Arana dice que pasaba muchas horas estudiando los libros que le prestaba un convento vecino.

Notas 6. MEDINA, Diccionario biográfico colonial de Chile, op. cit., pág. 371. Sobre los jesuitas de lengua española exiliados en Italia, ver CIAN, Vittorio (1862-1951). L’immigrazione dei Gesuiti spagnuoli letterati in Italia. Turín: Clausen, 1895. Marcelino Menéndez y Pelayo, reprocha a Cian de haber omitido citar «Lacunza, exégeta original, renovador del sistema de los milenaristas» (MENÉNDEZ Y PELAYO, Marcelino. Revista Crítica de Historia y Literatura Española, Portuguesa e Hispanoame-