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El rol de la suplementación con cúrcuma oral en osteoartritis

El rol de la suplementación con cúrcuma oral en la enfermedad de osteoartritis

Suzette Arias Mejías M.D. M.S. PGY 3

Programa de Medicina Física y Rehabilitación Departamento de Fisiatría – Hospital de Veteranos

Carlos Calvo Silva M.D.

PM&R, Especialista en Manejo del Dolor

La osteoartritis es una enfermedad en la cual, ya sea por historial de trauma o más comúnmente por desgaste en las articulaciones relacionado al uso diario, se activa una cadena inflamatoria. Esta inflamación es causante de dolor en muchos pacientes y puede llevar a disminución en funcionalidad, tanto en ambulación como en actividades del diario vivir. La osteoartritis puede afectar múltiples articulaciones con una prevalencia de 29.3% en la población de 45 a 64 años, y 49.6% en aquellos mayores de 65 años. Esta prevalencia se espera que continúe aumentando debido al incremento en expectativa de vida que traen los avances en medicina y tecnología para nuestra población. La osteoartritis en rodillas es una de las presentaciones más comunes que observamos en las clínicas fisiátricas. Entre las metas de tratamiento para esta enfermedad degenerativa está el disminuir la inflamación, el dolor, y promover la funcionalidad. En la primera línea de medicamentos están los analgésicos como acetaminofén. Por otro lado, si quisiéramos atacar el componente inflamatorio, tendríamos que utilizar drogas como los NSAIDs (medicamentos antinflamatorios no esteroidales). Sin embargo, es conocido que estos medicamentos están asociados a efectos adversos relacionados al sistema gastrointestinal, cardiaco y renal, entre otros. Estos posibles efectos adversos limitan su uso, especialmente a largo plazo para una condición crónica. Por ende, alternativas de tratamiento que sean seguros y efectivos se siguen explorando.

La cúrcuma es un antiinflamatorio natural que se viene utilizando por años en Asia, para diferentes condiciones inflamatorias. El mecanismo de acción de la cúrcuma es a través de la modificación de señales de NF-KB, afectando así las citoquinas proinflamatorias como lo es la producción de interleucinas, fosfolipasa A2, COX-2 y 5-LOX. Es un suplemento que es fácilmente accesible para los pacientes sin la necesidad de una receta médica, y se ha ido popularizando su uso. Sin embargo, hay una brecha de conocimiento en cuanto a sus efectos contra la osteoartritis, posibles efectos adversos y régimen recomendado.

Estudios de investigación han comparado la cúrcuma con relación a placebo, a NSAIDs, y el uso de cúrcuma con la combinación de cúrcuma y NSAIDs. La mayoría de estos estudios utilizan las escalas PVAS (Pain Visual Analog Score) o el WOMAC (Western Ontario and McMaster Universities Osteoarthritis Index) como medidas principales evaluando el dolor, rigidez y afectación en la funcionalidad relacionada a la enfermedad. En promedio, cuando se compara la cúrcuma contra un grupo placebo, se ha reportado una reducción de síntomas basado en dichas escalas. Cuando comparamos la cúrcuma con el uso de NSAIDs (ibuprofeno más comúnmente), se ha encontrado una efectividad similar en reducción de síntomas, con una disminución en efectos adversos en el grupo que utilizó cúrcuma. Cuando comparamos el uso de cúrcuma contra la combinación de cúrcuma con NSAIDs, hubo un resultado similar en términos a efectividad con efectos secundarios similares a los encontrados con la utilización de NSAIDs solamente. No obstante, este último grupo de estudios fue más pequeño y debemos tener en cuenta el riesgo teórico de aumento en sangrado dado a que ambos, la cúrcuma y los NSAIDs, se consideran que inhiben agregación de plaquetas.

Hay heterogeneidad en los estudios relativo a la dosis, frecuencia y largo de tratamiento utilizado. Sin embargo, se encontró que para obtener algún efecto la dosis diaria debe de ser aproximadamente de 1,000 mg diarios de cúrcuma. Hubo diferencia marcada en las escalas PVAS y WOMAC a partir de las cuatro semanas de uso. Aunque se necesitan investigaciones mejor estructuradas para determinar el régimen ideal, basado en la literatura actual se recomienda continuar el tratamiento por lo menos por 12 semanas. Dado a que la cúrcuma es un ingrediente que ha sido utilizado por muchos años, incluyendo en el adobo que todos los puertorriqueños tenemos en las casas, se reconoce que es altamente seguro para consumir de manera oral. Algunos de los efectos adversos que se han reportado son problemas gastrointestinales como las náuseas y diarreas, así como alergias. A dosis mayores de 2000 mg al día, se reportó anemia relacionada a quelación de hierro por parte de cúrcuma en personas susceptibles, aunque no se vio el mismo efecto en las dosis usuales.

La literatura indica que la cúrcuma es altamente inestable luego de haber sido consumida por lo cual es muy poca su biodisponibilidad luego de una a cuatro horas de administración. Sin embargo, estudios sugieren que aun luego de haber sido degradada, sus metabolitos continúan la función antiinflamatoria por un tiempo prolongado. De hecho, cúrcuma se ha detectado circulando en forma

Hubo diferencia marcada en las escalas PVAS y WOMAC a partir de las cuatro semanas de uso.

de conjugados de glucuronide y sulfato hasta dos meses después de haber consumido 8 gramos diarios por dos meses.

En conclusión, la cúrcuma es un suplemento efectivo en combatir el dolor e inflamación en la osteoartritis. Varios estudios evidencian su efectividad en disminución de síntomas, mejoría en funcionalidad, y disminución en la progresión de esta enfermedad crónica. Se recomiendan más estudios de alta calidad para determinar dosis, frecuencia y largo de terapia adecuada de cúrcuma. Sin embargo, dado a los efectos secundarios de la terapia actual contra la inflamación (como los NSAIDs), la cúrcuma podría ser una alternativa más segura, fácilmente accesible a los pacientes y de bajo costo.

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