




















La escultura de Moisés de Miguel Ángel Buonarroti (1475-1564) fue tallada entre los años 1513 y 1515, en la época del Cinquecento del Renacimiento italiano, y se encuentra actualmente en la basílica de San Pietro in Vincoli en Roma, Italia.
La escultura fue un encargo del Papa Julio II (Giulio II en italiano) para su mausoleo en la basílica donde se encuentra actualmente. Moisés representa al Moisés bíblico en el libro del Éxodo. La obra retrata el momento en que Moisés desciende del monte Sinaí con la tabla de los diez mandamientos y se encuentra con los israelitas adorando a un becerro de oro.
La escultura de Moisés está hecha de mármol, mide 253 centímetros de alto y se encuadra dentro del arte realista.
El escultor Miguel Ángel consiguió darle un realismo extremo a Moisés aplicando la técnica de contrapposto, que, a pesar de ser usada en figuras en pie, logra aplicarla a esta pieza. En efecto, se consiguen distinguir los fundamentos básicos de esta técnica que consiste en el soporte del peso del cuerpo en una pierna o lado creando un contrapeso del cuerpo que obliga al torso a crear una pequeña curvatura en forma de s.
Moisés es una obra hecha en la etapa más madura en el arte de Miguel Ángel. El dominio del contrapposto, realizado a la perfección en su escultura David, se intensifica con el dominio de la creación de movimiento en potencia observado en Moisés.
El escultor suizo, James Pradier (1790-1852), miembro de la Académie des Beaux-Arts y profesor en la École des BeauxArts de París, presentó con rotundo éxito su escultura de mármol, “Safo”, en la exposición del Salón de 1852. Esta imagen representa a la famosa poetisa de la antigüedad griega sumida en una profunda melancolía, como si presintiera la desgracia que estaba a punto de suceder: la súbita muerte del artista cuando la obra estaba aún expuesta al público.
Al artista se le otorgó la medalla de honor de manera póstuma y, mientras estuvo expuesta, la obra fue cubierta con un velo negro en honor a su creador.