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EDIFICA LA IGLESIA: MISIÓN GLOBAL
Por: Bishop Felipe Lugo
Durante el mes de febrero de 2016 fui comisionado por la mesa directiva general a acompañar al secretario de misiones internacionales a la convención electoral en Montevideo, Uruguay, Sur América. Fue durante la convención donde Dios me mostró el compromiso de los hombres que son enviados a predicar el evangelio al exterior de nuestro país.
Después de concluir con las elecciones de la mesa directiva nacional, recibimos una invitación de parte del presidente Humberto Samuel Meneses, de acompañarlos a tomar alimentos. Según yo, pensaba que los directivos electos y los salientes, que el almuerzo sería para platicar alguna necesidad de la obra en ese país. Para mi sorpresa, cuando llegamos al lugar señalado para comer empezaron a llegar algunos misioneros del cono sur y junto a ellos sus esposas y sus hijos.

La impresión fue muy fuerte en mi espíritu. Comprendí en ese momento que no son solo ministros y sus esposas que aceptan el llamado de ser enviados, sino que también involucra a todos sus hijos.
Una vez terminada la convención nos dirigimos hacia el aeropuerto para nuestro viaje de regreso a los USA. Durante el vuelo, salimos a las 9 de la noche de Montevideo, el Obispo Provencio y su servidor, el Espíritu Santo me visualizaba a través de figuras los rostros de los hijos de los misioneros. La alegría manifestada con una sonrisa de gozo al estar en el ambiente de confraternidad misionera.
En lo personal, ya que abordamos y nos dirigieron a nuestros asientos, y siendo ya tarde en la noche no podía dormir. El recuerdo de mirar el cuadro que observaba. Hermanos, padres e hijos, manifestando una alegría excepcional que no me dejaba dormir.
Enseguida empecé a hacerle preguntas al obispo Provencio sobre los beneficios que recibían los misioneros. La respuesta del obispo me entristeció, ya que me comunico que los misioneros y presidentes de las Iglesias establecidas en el extranjero carecían de plan de retiro y de una aseguranza de salud por falta de recursos.
Esta noticia me entristeció aún más, ya que como mencione previamente, por las familias misioneras. Mi reacción fue que teníamos que hacer algo para poder proveer los beneficios carentes a nuestros misioneros. Después de varias horas de estar orando y pensando que pudiéramos hacer para ayudar a nuestros hermanos, El Señor me mostró de hacer algo como habíamos hecho años antes en la necesidad de algunas de nuestras congregaciones.

Aproximadamente en el año 2000, siendo partícipe de la comisión revisora y asistiendo en aquel entonces al vicepresidente Daniel Sánchez, presidente de nuestra Asamblea después de su periodo de vicepresidente. El Señor Jesucristo me concedió presentar el programa del Fideicomiso y con la aprobación del presidente Sánchez, lo presente como propuesta iniciativa, el cual los pastores lo aprobaron y quedo en nuestra constitución, Artículo 42, este programa fue el fundamento de Apostolic Mutual.
Eran como las dos de la madrugada cuando recibí la revelación de establecer los beneficios misioneros, siguiendo el mismo modelo antes aprobado. El Fideicomiso recibió su fundamento monetario de los distritos, enviando el 5% de los diezmos pastorales a los distritos y otra porción a los envíos a la Tesorería general. Dios me mostro que los intereses que las congregaciones pagan por sus préstamos no se diezmaban a ninguna entidad de nuestra asamblea y que para que estos intereses fueran bendición se debería de diezmar de ellos y se estableciera el programa de beneficios a los misioneros.
Esa madrugada, antes de aterrizar en Miami le compartí al Obispo Provencio el plan y fue de mucho gozo de parte del Obispo, ya que deslumbraba el potencial de proveer un beneficio más al cuerpo misionero.
El proceso no fue fácil, pero el resultado es que ahora el interés generado por los préstamos de Apostolic Mutual está siendo una bendición para nuestros misioneros.
Ahora, el programa que Dios nos concedió, el proceso se ha puesto en marcha y doy gracias a Dios que nos conceda la oportunidad de establecer el programa de Apostolic Mutual, que ya está siendo de gran beneficio para nuestra Amada Asamblea Apostólica de la Fe en Cristo Jesús.