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Museo Casa de la Memoria

El Museo Casa de la Memoria fue creado en 2006 a partir de una iniciativa del Programa de Atención de Víctimas de la Alcaldía de Medellín con el fin de contribuir desde el ejercicio de la memoria en escenarios de diálogos abiertos y plurales, críticos y reflexivos, a la comprensión y superación del conflicto armado y las diversas violencias de Medellín, Antioquia y del país.

Somos un espacio en el corazón de la ciudad donde las memorias del conflicto armado que vive el país tienen un lugar físico y simbólico, desde el que pretendemos actuar en la transformación cultural que anhela Colombia. Somos Memorias Vivas, ver para no repetir. Este espacio es una casa de diálogo y encuentro para entender lo que ocurrió y está ocurriendo en nuestra sociedad, reencontrar la esperanza y pensar en otros futuros posibles.

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El Museo es una Casa de puertas abiertas a las memorias y a los relatos, a la reflexión y a la conciencia. Se abrieron las puertas para invitar a conocer hechos del pasado que han marcado el presente, para que el dolor despliegue sus aprendizajes y no se repita. Para que juntos edifiquemos la cultura del respeto y el valor de la vida.

La memoria es plural, diversa y heterogénea, es patrimonio intangible y tangible. En el Museo aportamos a la construcción una memoria plural sobre el conflicto armado y sus violencias relacionadas, para entender lo que está ocurriendo en nuestra sociedad, fortalecer la vida, reencontrar la esperanza, creer en el futuro y transformar. La memoria es una ventana a la comunidad. Aporta para reconocer el lugar de cada uno de nosotros y a entender la realidad de la ciudad y el país. La memoria une realidades, permite construir colectivamente y se expresa con múltiples lenguajes mientras nos reconocemos e identificamos. La memoria nombra lo sucedido, reconoce lo ocurrido y aporta en el esclarecimiento de la verdad. Aporta en el proceso del perdón y la sanación y la liberación. Albergar memorias permite resignificar la vida, movilizar experiencias, abrir horizontes y enaltecer personas y comunidades en resistencia. La memoria amplifica la voz de las víctimas, preserva el patrimonio y propende por la memoria histórica. A diferencia de otros museos de memoria en el mundo, preocupados por encontrar formas de sanar la relación de un país con su pasado de guerra o de dictadura, el Museo Casa de la Memoria se ocupa de la memoria de un conflicto aún vivo. Es decir, de la memoria de un presente conflictivo, arraigado en el pasado tenso de un país se espera, será diferente y esperanzador, dadas las perspectivas de reconciliación que se abren. Todo esto permite al Museo, en su interacción con las víctimas, una alternancia cada vez más fluida entre los roles simbólicos que ha asumido: el de MUSEO y el de CASA, pues constituye también un espacio de acogida y hospitalidad, algo muy valioso para una población que con cruel frecuencia ha sido y sigue siendo golpeada por la tragedia del destierro. Pero lo más importante es que el Museo se ha convertido también en un lugar de esperanza, con los ejemplos permanentes de generosidad y valentía de estas poblaciones aguerridas y fuertes, que como el guayacán florecen en medio de la adversidad.

Museo solemne que ofrece varios puntos de vista sobre las guerras colombianas y otros conflictos armados. El museo fue el primer espacio de memoria del país y quiere ser referente del posconflicto, un lugar de reflexión, de propuestas, pensamiento y encuentro.

En Medellín hay unas 600.000 víctimas registradas. De esas el 80 por ciento son desplazados y la mayoría nada tuvo que ver con grupos armados.

Cuando el recinto abrió sus puertas muchos se negaron a contar sus historias, a escribirlas y más a pegar en las paredes la fotografía de su familiar. Lo hacían por miedo y porque de alguna manera se culpaban de su muerte.

Hoy empiezan a entender que lo que les pasó no se puede olvidar, que nombrar a los seres que perdieron sana el dolor y les permite honrar a sus parientes muertos.

También que esa memoria es el inicio de no dejar borrar una historia que si no se conoce hay más riesgo de que se repita.

El museo tiene origen en el programa de atención a víctimas que nació en el gobierno de Sergio Fajardo (2004-2007) por una demanda de estas, que buscaban el derecho a la memoria.

RECOMENDACIONES:

Horarios de atención: – Lunes: cerrado – Martes a viernes: 9:00 a.m – 6:00 p.m – Sábados, domingos y festivos: 10:00 a.m – 4:00 p.m * Cuando el lunes es festivo se cierra el siguiente martes.

Calle 51 #36 – 66, Parque Bicentenario Medellín, Colombia (57-4) 520 20 20

Visitas en inglés: Martes y viernes Con previa solicitud, mínimo con dos semanas de anticipación. Las visitas guiadas solo serán virtuales.

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