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Proyecto “Las sin precedentes. Ecos del Mayo feminista”, Romina Tapia, Gianna Salamanca y Paula Arrieta, Departamento de Teoría del Arte

PONENCIA “LAS SIN PRECEDENTES. ECOS DEL MAYO FEMINISTA”. Departamento de Teoría del Arte.

Romina Tapia, Gianna Salamanca y Paula Arrieta.

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Eleonora Coloma:

Bueno, partimos con la primera ponencia de la segunda parte. Esta era una mesa que contaba con dos ponencias, pero la profesora Soledad Novoa fue elegida en un cargo muy importante y tuvo que ausentarse. Así que tenemos la segunda ponencia que es “Las sin precedentes: ecos del Mayo Feminista”, muy atingente a la situación que vive nuestra Facultad, entonces los dejo con la profesora Paula Arrieta y las egresadas de Artes Visuales Romina Tapia y Gianna Salamanca. Muchas gracias.

Paula Arrieta:

Gracias. ¿Escuchan ahí? Hola, buenos días a todas, a todos, a todes, nosotros venimos a hablar de una experiencia particular que tuvo lugar el año pasado, durante el movimiento feminista de mayo, ahí nace esta idea, y por eso cuando se me invitó a este encuentro a hablar de arte y feminismo pensé que lo más relevante que había pasado en nuestra escuela era este proyecto del que vamos a hablar ahora, y que no iba a hablar yo cuando la idea no era mía si no que era de las chicas, y por eso las invité a que ellas contaran como fue el proceso de esta exposición única en nuestra historia, y que todavía no ha tenido toda la visibilidad que debería tener algo como esto. Pero no queremos empezar nuestra presentación sin hacer alusión a la situación que está viviendo la Facultad, que hoy se radicalizó con la toma de la Casa Central, con la paralización de Las Encinas ayer, y la toma de la sede Compañía. Más que nada porque no podemos hablar de arte y feminismo haciendo como que no existe lo que está pasando acá mismo en nuestra Facultad. Para nosotras es muy, muy, muy importante recalcar nuestro compromiso con la construcción de una Universidad inclusiva, libre de violencia, de agresores, agresoras de todo tipo, de opresión, y esto que dijo Judith Butler hace muy poco, en una visita a nuestra Facultad, de esos cuerpos que importan menos que otros. Por eso nuestro compromiso es irrestricto contra la impunidad y con

el compromiso de no dar espacio a distintos tipos de agresión dentro de la Facultad. En ese sentido, planteamos nuestra posición desde ahí y no podíamos empezar sin hacer referencia a eso.

Yo quiero hablar muy brevemente sobre dos o tres puntos que me parecen fundamentales antes de empezar con el tema puntual, que es esta exposición, que les van a contar las chicas. La primera es que nuestra presencia acá habla también de un encuentro de diferentes generaciones y yo busqué un ejemplo que pudiera comunicar el problema que te-

nemos cuando diferentes generaciones de mujeres,

artistas, no nos comunicamos. ¿No sé si podemos pasar a la primera diapo?

Esta es un performance de una artista española que se llama María Gimeno que lo que hizo fue tomar el libro de historia del arte de Gombrich, que es un libro de los 50 con el que hemos estudiado todos historia del arte, yo estudié con ese, las chicas estudiaron con ese, en fin, como la Biblia de la historia del arte. Bueno, y ella realiza esta performance donde con un cuchillo corta páginas del libro y las reemplaza con unas páginas que tienen igual diagramación, igual tipografía, la misma gráfica, con artistas mujeres. Porque ella se dio cuenta que, en todo este libro, que no sé si ustedes lo han visto, es un libro como de este tamaño de alto y

así gigante, no había ninguna artista mujer. Ninguna.

Yo no tenía idea de esto a pesar de que he visto el libro ochocientas mil millones de veces, de atrás para adelante, y nunca me había dado cuenta, así es de natural para nosotros la exclusión de la mujer en el arte, que no había ninguna artista mujer. Y lo que ella se pregunta, que es cómo fue posible, que ella pensó, mientras estudiaba arte, mientras estaba en la escuela, que ella podía ser artista si no tenía ningún referente. O sea, cómo pensó que esa empresa iba a poder llegar a puerto. Y ese es un punto que tenemos en común tanto mi generación, yo estudié en los años 2000, artes visuales, con las chicas que acaban de egresar el año pasado. Me pregunto lo mismo, cómo fue posible que, tal vez en nuestra máxima ingenuidad o el carácter más utópico que podemos tener las mujeres en el arte, pensar que podíamos convertirnos en artistas, cuando lo que leíamos no tenía ninguna mujer de referente. Yo tengo una respuesta para eso, no sé si sea la respuesta correcta, pero es que fue posible gracias a mis compañeras, a que éramos varias. Éramos varias pensando la misma estupidez, por decirlo de alguna manera. Y, ahí, medio que nos creímos entre todas. Yo supongo que a ustedes les pasó algo así. Es por eso que hay un primer punto en lo que les vamos a contar hoy día, que es esta experiencia histórica de

encontrar un referente, y que ese referente no tenga esa cualidad de maestro, esa cualidad de alguien que está arriba tuyo, de que tu recibes, recibes, mientras otro entrega, sino que sea también tu par, que sea tu colega, que sea tu compañera de ruta, y cambiar un poco las formas que tenemos de relacionarnos

profesoras con estudiantes, que me habría gustado tener cuando yo era estudiante. Hay un ensayo que es como el ensayo inaugural de la crítica feminista, que es un año de los 70, de una historiadora del arte llamada Linda Nochlin, ella dice que tenemos un problemita, ella se está preguntando por qué no existen grandes mujeres artistas -esa es la pregunta de su ensayo-, y ella dice que cuando hablamos del problema de las mujeres en el arte, tenemos que fijarnos en quién hace la pregunta antes de tratar de responderla. Porque ya se habló antes, en otros momentos de la historia, del “problema judío”, por ejemplo, y ciertamente no eran los judíos los que hablan de sí mismos como un problema. O se habla del “problema de la pobreza”, tampoco son las personas en situación de pobreza las que hablan de ese problema. Y, en Chile, lo más cercano que tenemos a esto, que se ha llamado “el conflicto mapuche” cuando podríamos estar hablando ahora del conflicto del Estado chileno, o el problema de la riqueza, o el problema del monopolio y la hegemonía de los hombres en el arte. La respuesta que ella, entonces, propone en su texto es el asunto de las instituciones. O sea, que antes de intentar responder la pregunta tenemos que mirar cómo funcio-

nan las instituciones, cuáles son los márgenes que las instituciones ponen y, una de las instituciones fundamentales en el desarrollo del arte actual es

la universidad. Y dentro de esa, en Chile podría ser la Universidad de Chile una de las principales.

Con esas cosas en vista, nosotras tuvimos que en algún momento acortar la presentación, entonces teníamos una parte, la sacamos, pero me gustaría referirla igual. Habíamos puesto un (ah, eso es parte de la performance, ella está cortando las páginas del libro), habíamos puesto un tipo volante de las Guerrilla Girls, que son un grupo de artistas feministas activistas/transactivistas, que además tienen la particularidad de ser anónimas, o sea, no se sabe quiénes son, son personas que aparecen con una máscara de gorila en todas sus exposiciones, entrevistas, apariciones públicas, en fin. Ellas tienen un tipo manifiesto en un volante que se titula “Ventajas de ser una artista mujer”. Y, traíamos el volante, pero se los voy a leer igual. Es una lista de ventajas de ser una artista mujer: 1. trabajar sin la presión del éxito (ningún problema); 2. no tener que exponer con hombres (tampoco hay problema, se puede exponer solo sobre mujeres y podemos ponerle a eso “arte feminista” muy fácilmente); 3. tener una ovación del mundo artístico con tus cuatro trabajos freelance (algunas van a ponerse a llorar por eso, yo

sé); 4. estar convencida que cualquier arte que hagas será catalogado como feminista; 5. no quedarte estancada en un puesto fijo de profesora de arte; 6. ver que tus ideas cobran vida en el trabajo de otros; 7. tener la oportunidad de escoger entre tu carrera y tu maternidad; 8. no tener que justificar tu éxito económico con antiguas militancias conceptuales; 9. dedicar más tiempo a tu trabajo cuando tu compañero te haya abandonado por alguien más joven; 10. estar incluidas en versiones revisadas de la historia del arte y conseguir fotos tuyas en revistas de arte vistiendo un traje de gorila.

Las dejo con las chicas entonces que les van a contar de esta súper experiencia de la que además les agradezco mucho que me hicieron parte, y eso, las dejo con las chicas, muchas gracias.

Gianna Salamanca:

Un saludo a todos, estamos muy felices de participar en esta instancia y quisiéramos presentarnos con mi compañera Romina Tapia, yo soy Gianna Salamanca, las gestoras del proyecto de las Sin precedente, proyecto el que nace debido a las movilizaciones del año pasado. Esto significó una instancia bastante especial e íntima para nosotros porque fuimos partícipes de tanto confesiones colectivas como observaciones participantes en torno a estas problemáticas sociales contingentes que inspiraron nuestra forma de proyectar los ejes curatoriales. Finalmente, logramos postular al FONDAE, siendo financiados por estos fondos. Lo más importante fue que esto nos dio la posibilidad de abrir un espacio reflexivo en torno a las prácticas artísticas femeninas y disidentes que se estaban desarrollando localmente. Logramos reunir alrededor de treinta artistas, aproximadamente, y dentro de las colaboraciones nos reunimos con Danae Díaz, que en ese entonces era tesista de la carrera de Teoría e Historia del Arte, quien participó presentando un texto que ponía en reflexión nuestras ideas y perspectivas que sintetizan la intención de nuestro proyecto. Cito: “estamos frente a un ejercicio político con el que buscamos no solo pensarnos en una escuela de arte, sino que buscamos encontrarnos y reconstruir el tejido de nuestras relaciones por medio de una interrogante que no queremos dar por clausurada, abriéndose la pregunta ¿existe un límite para investigar, crear y producir solo por ser mujeres?”

Romina Tapia:

Bueno, y a partir de esta pregunta nos planteamos ciertas dinámicas de trabajo que creímos convenientes para abarcar tal reflexión y poder dar pie, o intentar responder ciertas preguntas que nos estábamos planteando al momento de postular este proyecto y querer concretar este proyecto. Estas dinámicas de trabajo eran la intergeneracionalidad, la elimina-

ción de categorías jerárquicas entre participantes,

los diálogos entre las obras y la línea curatorial. En el momento de comenzar a formular este proyecto nos preguntamos las maneras en las que poder reunir distintas generaciones en un mismo espacio expositivo, en este proyecto reunimos profesoras, académicas, estudiantes de pregrado y egresadas de la carrera de Arte Visuales en un mismo espacio. Entonces, para nosotros era importante reunir a estas diferentes generaciones que estaban trabajando en las artes visuales para poder ver con una perspectiva más histórica lo que se estaba desarrollando y produciendo actualmente. Creímos que el pasado también es presente, y el presente muchas veces devela silencio, mostrando algo que estaba naturalizado e incluso invisibilizado, acercando conflictos heredados que hasta el día de hoy pudiesen seguir vigentes. Y, como dijo mi compañera, este proyecto nació desde las movilizaciones del año pasado en torno a las problemáticas feministas que principalmente se dieron en nuestra Facultad, y que podemos ver que aun, después de un año, siguen estando presentes, siguen discutiéndose. Uno de los ejes que nació de esta intergeneracionalidad, fue la eliminación de las categorías jerárquicas de las participantes. Buscábamos, para hacer este proyecto, un espacio donde todas

nos pudiéramos entender de una forma horizontal y colaborativa y, eliminar, por ejemplo, esta jerarquía que existe de profesor-estudiante y poder presentar obras y los trabajos como futuras colegas, que plantean problemáticas humanas complementarias

entre sí. Todas estas dinámicas de vinculación entre las artistas, la intergeneracionlidad, la horizontalidad, fueron propuestas para ver ciertas dialécticas que se estaban poniendo en juego. El diálogo que se da entre la obra gira en torno al contexto y a contingencias que le pertenecen principalmente a la sensibilidad particular de cada artista, pero que a pesar de esta reflexión más bien individual que se puede hacer desde una obra, todas estas obras podían estar relacionándose entre sí en un mismo espacio conceptual o materialmente. Y, claro, estás dinámicas queríamos hacerlas para poder ver estas ciertas cosas que se estaban poniendo en juego, estos diálogos que podrían haber, que, aunque no fuese intencionalmente, se podía leer entre líneas.

Gianna Salamanca:

De lo dicho por mi compañera, nos gustaría resaltar que lo que acaba de explicar fue en lo cual nosotras basamos nuestros ejes curatoriales, basándonos en esta idea que nos persiguió durante todo el proyecto y que era que, en el fondo, el arte nunca ha funciona-

do bajo una premisa de novedad, sino que habla más

bien de una necesidad intrínseca del ser humano. Y esto se podía ver reflejado en el hecho de cómo obras, que, a pesar de ser materializadas o simbolizadas de distintas formas, en el fondo, emergían de un mismo discurso. Son las mismas necesidades. Pensábamos también que, de alguna forma, esta exposición logró dar a conocer un amplio espectro de problemáticas que a nosotras nos interesaba abordar que eran la historia, las ciencias, la tecnología, la muerte, entre otras muchas temáticas, poniendo a vista de todos que en nuestra exposición, la colectiva realmente, jamás quisimos coordinar una idea ideológica de nosotras como organizadoras, sino más bien queríamos pensar en un espacio subjetivo de la experiencia de

cada una de una forma bastante horizontal y cola-

borativa. En definitiva, esto significó para nosotras esta idea de encontrarnos y ser honestos, y también, exorcizarse de esa idea que siempre hemos llevado, quizás, nosotros como artistas, que es esta idea que se funde en nuestro capitalismo o idealismos neoliberales progresistas de lo nuevo. Como que ese fue el eje de la curatoría. Exorcizarse de lo nuevo, la novedad, incluso de la creatividad. Basarnos en la necesidad que tenemos como humanos de investigar. Ante lo que hemos estado explicando en esta instancia encontramos de suma importancia citar un fragmento del libro “Atlas portátil de América Latina” de la autora Gabriela Speranza: “está claro que el principio Atlas busca otra forma del saber, explosiva y generosa. Que no se funda en la tradición platónica de la idea purificada de las imágenes, sino hacer saltar los marcos apuesta por una heterogeneidad esencial que no quiere sintetizar con la certeza de las ciencias o los criterios convencionales del arte, ni clasificar como el diccionario o la enciclopedia, ni describir exhaustivamente como el archivo, sino descubrir con la imaginación, baudelairianamente, las relaciones íntimas y secretas de las cosas. Las correspondencias, las analogías.” Gracias.

Paula Arrieta:

Quiero agregar algo súper importante que mencionó la Gianna. La exposición fueron varios ciclos, o sea, se inauguraba cada semana un ciclo diferente y se renovaban las obras. Había una expectativa, que incluso yo tuve, sobre esto de ¿qué están haciendo las mujeres artistas? Y la mayor impresión, y ahora les voy a contar cuál es el mayor hallazgo y van a decir “qué aburrido”.

El mayor hallazgo es que nos interesaban las mismas cosas que a todo el mundo, digamos. La política, la historia, las emociones, la ciencia y que todo ese discurso de que las exposiciones de mujeres son de cerámica, son performance, es un discurso armado por esta misma institución que le ha puesto algunos límites al problema de las mujeres en el arte para nominarlo co-

mo un problema desde un lugar de poder. Eso quería agregar no más. Muchas gracias.

Eleonora Coloma:

Bueno, gracias, tengo que hacer pasar entonces al siguiente núcleo, pero después que vuelvan a la mesa para la discusión, ¿sí? Indumentaria y performance, del Departamento de Teatro, esto va a ser una ponencia sobre el inicio, la delimitación y las proyecciones de este núcleo interdisciplinario, que sé que está recién naciendo, Maite se acercó a mí a principio de año para contarme que estaban armando esto y estoy muy contenta de que hoy día puedan exponer este inicio, ¿no? Entonces, dejo con ustedes a los profesores María Teresa Lobos y Alexis Carreño.