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UN MUNDO DE INCERTIDUMBRE
Durante la última década, diferentes hechos han cambiado las cadenas globales de valor. El Brexit, la guerra comercial desatada en el primer mandato de Donald Trump, la pandemia de Covid-19, así como los conflictos entre Rusia y Ucrania y en Medio Oriente, son ejemplos de cómo las empresas deben mantener una estrategia flexible para continuar sus operaciones en medio de un mundo cambiante.
Para 2025, se presenta un nuevo contexto. El segundo mandato de Donald Trump en Estados Unidos ha iniciado con diferentes medidas que impactan significativamente al comercio internacional. Imposición de aranceles a México, Canadá y Europa, así como a productos de acero y aluminio, incremento en estos impuestos a China, anuncios de medidas retaliativas, amenazas de sanciones a diferentes actores, reducción de los recursos para cooperación internacional y la revisión o salida de diferentes organizaciones multilaterales, son algunas de las acciones que están generando incertidumbre en los mercados.
Mención aparte merece lo sucedido entre Estados Unidos y Colombia, el 26 de enero de 2025. Si bien se llegó a un acuerdo entre ambas partes que evitó un conflicto diplomático y comercial entre las partes, no es alentador que las diferencias entre dos países que, tradicionalmente han sido socios, se ventilen por canales que no son institucionales. La construcción de un acuerdo comercial requiere de años y de confianza entre las partes. Esto permite que las partes tengan un panorama claro para la realización de sus negocios.
Javier Díaz Molina
Presidente Ejecutivo Analdex @javierDiazMo
Con este panorama, queda claro que el país no puede generar una gran dependencia de un solo socio, como sucede con Estados Unidos. Hacia este destino se dirige casi una tercera parte de nuestras exportaciones, le compramos una cuarta parte de nuestras importaciones y es nuestro principal inversionista extranjero. Esto no implica que debamos retirarnos de Estados Unidos, sino que debe continuarse con una estrategia de diversificación de mercados, buscando incrementar nuestras exportaciones de bienes y servicios.
CON ESTE PANORAMA, QUEDA CLARO QUE EL PAÍS NO PUEDE GENERAR UNA GRAN DEPENDENCIA DE UN SOLO SOCIO,COMO SUCEDE CON ESTADOS UNIDOS.

Otro reto importante en la relación con EE. UU. es el relacionado con la posible pérdida de certificación en la lucha contra las drogas hacia Colombia, ya que, con este escenario, sería mucho más fácil para el Gobierno norteamericano invocar medidas arancelarias o de cualquier otra índole contra Colombia, así como una mayor reducción en la cooperación entre ambas partes.
Los informes que se presenten entre marzo y septiembre de este año serán determinantes para revisar si esta posibilidad se materializa. En el entretanto, el país debe plantear un plan de mejoramiento en el que pueda comprometerse con acciones concretas en la lucha contra las drogas y que le permita salir rápidamente de esta situación.
Por otro lado, para lograr el propósito de incrementar nuestras exportaciones, el país tiene varias tareas por hacer, iniciando por aquellas que requieren un trabajo interno para mejorar la competitividad.
Uno de los grandes retos que tiene el país, es el elevado costo logístico, pues estos representan el 17,9% del valor del producto final, y varias acciones que se toman por parte del Gobierno Nacional, parecen ir en contravía de la reducción de este costo.
El costo de los fletes hacia los principales puertos del país ha tenido un crecimiento que supera el 10% del total del flete. Es importante que las modificaciones normativas para el transporte de carga se hagan incluyendo a todos los actores de la cadena, y no bajo la amenaza de paros. Esto se suma a los constantes bloqueos de vías en el país. Del mismo modo, la atracció n de inversión requiere brindar garantías de seguridad.

Por ello preocupa que las denuncias por extorsión se hayan incrementado, pues no permiten que haya un ambiente propicio para el desarrollo de negocios.
En un ambiente tan convulsionado, Colombia debe optar por una serie de acciones estratégicas que le permitan navegar. Por una parte, una posición unificada frente a las relaciones diplomáticas con nuestros socios, es fundamental. También, se debe continuar con los esfuerzos para diversificar las exportaciones y la atracción de inversión extranjera exportadora. Todo esto, sin dejar de lado las tareas de agenda interna que nos permitan ser más competitivos en el entorno internacional.
Cristian Camilo García.