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La tumba etrusca

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Purgatorio

Purgatorio

La tumba etrusca12

Dentro del conjunto escultórico de Bomarzo no se encuentran únicamente monstruos, el parque también cuenta con un teatro, una casa inclinada, un templo, unas bancas y otras construcciones. Además, entre las imponentes esculturas de gran tamaño y misteriosa forma, suelen pasar desapercibidas un conjunto de ruinas cerca de la actual entrada al parque. Pero una atenta mirada devela su verdadera importancia dentro del recorrido.

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Como ya hemos dicho, probablemente este mismo sitio alojó un antiguo asentamiento etrusco de nombre Polimartium. Los alrededores de Viterbo se encuentran llenos de atractivas necrópolis etruscas, como las de Pianmiano, Piano della Colonna y Monte Casuli. De modo que no resulta extraño encontrar numerosos motivos etruscos a lo largo del parque, que en sí mismo, imita una necrópolis con sus largas masas de piedra trabajadas y rodeadas de vegetación agreste. El jardín en general se encuentra impregnado de motivos etruscos, como por ejemplo en el templo en lo alto del parque, las volutas que forman parte del diseño de las caras talladas del podio, asemejan motivos de joyería etrusca del siglo VII. También existe una monstruosa mujer con piernas de serpiente en el parque, que puede ser comparada con representaciones etruscas en urnas cinerarias; mientras que, en la espalda de la escultura de Ceres, los demonios alados con cola pescado que sonrientes torturan a un jovencito, pueden ser identifi cados con demonios etruscos. A estos componentes podemos añadir otros factores, como el uso de la piedra como material de elaboración gracias a la infl uencia de las tumbas etruscas halladas en la zona, e incluso la persistencia de patrones etruscos en el gusto y pensamiento de Vicino Orsini y sus trabajadores. También existe testimonio del interés de Pier Francesco por las antigüedades en su correspondencia y en las inscripciones talladas en el parque; e incluso se sospecha de su posible asociación a la Academia Vitruviana de su amigo Claudio Tolomei, conocida por sus reuniones para discutir temas de la antigüedad. Es difícil apuntar a una única fuente de estos motivos etruscos, bien que esta pieza de Bomarzo nos brinda algunas luces sobre el asunto. Se trata de otra de las piedras del lugar tallada en forma de antiguas ruinas. Tiene 7 m de largo, 2. 40 de alto y 3 de ancho. La mitad inferior de la piedra ha sido tallada, pero de manera tosca, y la parte superior ha sido cuidadosamente labrada para representar la parte derecha del remate de una fachada con nicho central y puerta. Aunque la pieza da la impresión de haber caído de un monumento completo y yacer en el talud, la parte izquierda de la fachada nunca existió, y la base trabajada no puede haber sido enterrada. Por lo tanto la intención de la apariencia de estas ruinas es intencional, se elaboró para simular un antiquísimo edifi cio abatido por los siglos. En el pedimento encontramos en bajorrelieve un grupo de imágenes. Llena la parte central un tritón con cabeza y hombros humanos, alas y una cola escamosa. Tiene un remo sobre su hombro derecho y con su mano izquierda se lleva un caracol marino a la boca. A un lado de él se encuentra un típico

demonio marino etrusco13 con su cola de sirena bífi da. Una serpiente marina llena el espacio restante sobre la cola de este ser, y un pez con cabeza de carnero sale de la esquina derecha sobre una larga serpiente cuya cabeza se encuentra ahora bajo la tierra. Dos columnas de orden corintio con 2 m de alto, tallados en bajo relieve en la esquina derecha de la fachada, se levantan directo desde el área no trabajada de la base. Este extraño edifi cio no responde al resto de la inspiración manierista del bosco, ni tiene relación con ninguna de las antiguas habitaciones vecinas de Bomarzo. La fachada de este edifi cio tiene una fuente diferente: es una copia detallada y a tamaño real cortada en la piedra, de una tumba de tipo muy común en el sur de Etruria durante los siglos II y III a. C. Sus paralelos más cercanos son la Tomba della Sirena y la Tomba del Tifone construidas en esos siglos en Sovana. La primera no cuenta con las columnas de la de Bomarzo, pero cuenta con la representación de una mujer con piernas de serpiente y un remo, mientras que la Tomba del Tifone tiene la misma estructura de las columnas y el frontón tallado. Asimismo las decoraciones del pedimento pueden compararse en general con la forma de la estructura de las tumbas en Sovana, además de varias similitudes que guarda con algunas decoraciones de tardías urnas funerarias

etruscas.

El tamaño del monumento en el Sacro Bosco, la presencia de un nicho y el intento por imitar una fachada rota, indican que Vicino tenía un modelo arquitectónico en mente. Esto llevó al investigador John Oleson a buscar el lugar donde Pier Francesco pudo haber conocido monumentos con estas características. Buscando entre las propiedades de los Orsini, encontró que su pariente Niccolo Orsini14 tuvo una residencia en Pitigliano, a sólo siete kilómetros de Sovana. También ahí dos colosales esculturas fueron labradas en la piedra en la década de 1550, así como dos curiosas construcciones talladas en la piedra que se asemejan a las etruscas de Sovana. Ambas fachadas fueron elaboradas en lo alto de un desfi ladero brindando así

una gran impresión a sus espectadores, similar a la de la necrópolis cercana. Seguramente Vicino viajó a Pitigliano y contagió de su fascinación por las tumbas de Sovana a sus familiares, que entonces intentaron imitar su jardín, pero sin conseguir los mismos resultados. La asombrosa similitud entre la tumba tallada en Bomarzo y las originales halladas en Sovana ayudan a evidenciar el componente etrusco en el Sacro Bosco. No es sólo el inicio de la historia bomarciana, también denota un profundo interés por la antigüedad. Asimismo, la inserción de ruinas deliberadamente creadas fue muy común en diversas formas del arte del renacimiento, por ejemplo es frecuente encontrar retratos y paisajes decorados por ellas. De igual modo en la literatura, Polífi lo encontrará en su viaje un grupo de bellas ruinas, y asimismo Astolfo contemplará otras durante su visita a la luna. Por lo tanto podemos suponer que su inserción dentro del conjunto lejos de ser un capricho de la moda o simplemente otro motivo de decoración, forma parte esencial del misterio de Bomarzo.

Figura 2.4 Las ruinas etruscas

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