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Magisterio: Ministerios del Lector y del Acólito abiertos a las mujeres

Los ministerios del Lector y del Acólito estén abiertos a las mujeres

El Papa Francisco ha establecido con un motu proprio que los ministerios del Lector y del Acólito están en adelante también abiertos a las mujeres, de forma estable e institucionalizada con un mandato especial. Las mujeres que leen la Palabra de Dios durante las celebraciones litúrgicas o que realizan un servicio en el altar, como ministras o como dispensadoras de la Eucaristía, no son ciertamente una novedad: en muchas comunidades del mundo son ahora una práctica autorizada por los obispos. Sin embargo, hasta ahora todo esto se ha realizado sin un mandato institucional real y adecuado, en derogación de lo establecido por San Pablo VI, quien, en 1972, al abolir las llamadas “órdenes menores”, había decidido mantener el acceso a estos ministerios reservados a los hombres sólo porque los consideraba preparatorios para un eventual acceso a las órdenes sagradas.

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Con el motu proprio “Spiritus Domini”, que modifica el primer párrafo del canon 230 del Código de Derecho Canónico y que se publica hoy, el Pontífice establece, por tanto, que las mujeres pueden acceder a estos ministerios y que se les atribuye también mediante un acto litúrgico que las institucionaliza.

Francisco especifica que quiso aceptar las recomendaciones que surgieron de varias asambleas sinodales, escribiendo que “se ha alcanzado en los últimos años un desarrollo doctrinal que ha puesto de relieve cómo ciertos ministerios instituidos por la Iglesia tienen como fundamento la condición común de los bautizados y el sacerdocio real recibido en el sacramento del bautismo”. Por lo tanto, el Papa nos invita a reconocer que estos son ministerios laicos “esencialmente distintos del ministerio ordenado recibido en el sacramento del Orden”.

La nueva formulación del canon reza: “Los laicos de una edad y unos dones determinados por decreto de la Conferencia Episcopal podrán ser empleados permanentemente, mediante el rito litúrgico establecido, en los ministerios de lectores y acólitos”. Por lo tanto, se suprime la especificación “del sexo masculino” que se refería a los laicos y que estaba presente en el texto del Código hasta la modificación de hoy. El Papa escribe que “en el horizonte de renovación trazado por el Concilio Vaticano II, hay un creciente sentido de urgencia hoy para redescubrir la corresponsabilidad de todos los bautizados en la Iglesia, y en particular la misión de los laicos”. Y citando el documento final del Sínodo para el Amazonas, observa que “para toda la Iglesia, en la variedad de situaciones, es urgente que los ministerios sean promovidos y conferidos a hombres y mujeres... Es la Iglesia de los hombres y mujeres bautizados la que debemos consolidar promoviendo la ministerialidad yla conciencia de la dignidad bautismal”.

La medida viene después de una profundización de la reflexión teológica sobre estos ministerios. La teología posconciliar ha redescubierto de hecho la relevancia del Lectorado y el Acolitado, no sólo en relación con el sacerdocio ordenado, sino también y sobre todo en referencia al sacerdocio bautismal. Estos ministerios forman parte de la dinámica de colaboración recíproca que existe entre los dos sacerdocios, y han puesto de relieve cada vez más su carácter propiamente “laico”, vinculado al ejercicio del sacerdocio que pertenece a todos los bautizados como tales.

Francisco está cambiando el Código de Derecho Canónico haciendo institucional lo que ya sucede por la práctica: el acceso de las mujeres laicas al servicio de la Palabra y el altar. La elección del Pontífice explicada en una carta al Cardenal Ladaria.

Obispos celebran 100 años de la coronación canónica de la Virgen de la Altagracia

Piden por los que sufren ante la pandemia del COVID-19

La Conferencia del Episcopado Dominicano (CED), en su Carta Pastoral titulada “Nuestra Señora de la Altagracia: un regalo de Dios al pueblo dominicano”, conmemora los 100 años de la coronación canónica de Nuestra Señora de la Altagracia, con el establecimiento del año centenario: del 15 de agosto de 2021 al 15 de agosto de 2022.

En la Carta Pastoral los obispos recuerdan la historia de la aparición de la imagen de la Virgen de la Altagracia al explicar que “a través de una jovencita, llamada ‘la Niña’, centró sus aspiraciones no en los adornos que embellecen la juventud, sino en el amor y la devoción a la Madre del Cielo, quien en sueño se le había dado a conocer como la “Altagracia”. La joven estaba segura que su padre, un hacendado español, residente en Higüey, se la traería de su viaje a Santo Domingo”.

En el documento el Episcopado relata los inicios de esta advocación mariana que tenía dos fechas conmemorativas: 15 de agosto y 21 de enero, la primera en ocasión de la coronación canónica de la Virgen de la Altagracia en 1922, y la segunda, con motivo a la gran fiesta ofrecida por los higüeyanos al volver sanos y salvos de la Batalla de la Limonade. El 21 de enero fue declarado día de fiesta nacional y religiosa en todo el territorio dominicano bajo el gobierno de Horacio Vásquez, siendo arzobispo Mons. Alejandro Nouel.

La Carta Pastoral también hace referencia a los momentos difíciles que atraviesa la nación dominicana debido al COVID-19, por lo que los obispos acuden a la protección de la Virgen de la Altagracia para pedir por todos los que sufren por la pandemia, así como por las autoridades, responsables de la salud y del orden público.

“Que la Virgen de la Altagracia interceda por todos los enfermos de COVID-19, por los más vulnerables, por los que se sienten deprimidos, por los que han perdido el trabajo con el que mantenían su hogar, por los que cada día salen a buscar el sustento de su familia, y que también interceda por todos los inconscientes a quienes no les importa ni la salud de los demás, ni el orden en la sociedad.”

Ante la actual circunstancia sanitaria y socioeconómica que vive el país, los prelados invitan al pueblo dominicano a “mantener vivas las actitudes de atención, servicio y entrega”, a no tener “miedo al sacrificio”, aprender a desprenderse de “un poco para ayudar a otros con más necesidades”, y a ser más “bondadosos, amantes del bien, solidarios, abogados para defender al desvalido y protectores de los más sufridos”.

Sobre la Carta Pastoral y el Mensaje

Es uno de los documentos oficiales de la CED, donde los obispos se dirigen especialmente a la feligresía católica, tocando un tema doctrinal, catequético, pastoral y teológico. Su publicación se realiza en ocasión de la festividad de Nuestra Señora de la Altagracia, protectora del pueblo dominicano, celebrada cada 21 de enero.

A diferencia, el documento llamado “Mensaje” y que se publica en el mes de febrero, en ocasión de la Independencia Nacional, va orientado a tratar temas de interés nacional, presentando al país orientaciones, a la luz de la fe, de carácter socio político y dirigido a todos los dominicanos.

Domingo 17 de enero 2021

MONS. TOMÁS ALEJO es consagrado obispo de San Juan de la Maguana

Monseñor Tomás Alejo Concepción fue consagrado obispo de San Juan de la Maguana, en una eucaristía presidida por el nuncio apostólico, Monseñor Ghaleb Bader, y con la participación de los obispos de la Conferencia del Episcopado Dominicano (CED), este sábado 16 de enero en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) de la referida diócesis.

En la homilía Mons. Bader explicó la misión del obispo como pastor de la diócesis, al señalar que “está llamado a estar siempre al servicio de todos, incluso de aquellos que no son sus feligreses o bautizados; tiene que cuidar de todos sin excepción, de los pobres como de los ricos, de los enfermos como de los sanos, de los ancianos como de los jóvenes, de los débiles como de los fuertes”. Asimismo, invitó a la feligresía a “hacer todo lo posible por amar a su nuevo obispo, ayudarlo, obedecerlo y orar para que sea un buen pastor”.

De su lado, Mons. Alejo expresó: “Agradezco al Señor el don de la vida, única, hermosa, grande, bella e insustituible en toda la creación, tan amenazada a muerte por las instituciones que son las que están llamadas a protegerla, no solo porque lo diga una constitución, sino porque el derecho a la vida está en la misma naturaleza de la creatura, desde la concepción hasta su muerte natural y no depende del concepto que se tenga de ella”.

El derecho a la vida está en la misma naturaleza de la creatura, desde la concepción hasta su muerte natural

También denunció la corrupción, el materialismo y los antivalores, afirmando que “sin la familia jamás se puede formar un verdadero ciudadano” y que la Iglesia está llamada a iluminar estas realidades con el evangelio y el testimonio.

En tanto, Monseñor José Dolores Grullón Estrella, obispo emérito de San Juan de la Maguana, refiriéndose a Mons. Tomás Alejo, expresó que “su elección es motivo de ale-

gría para estas provincias del sur: Azua, San Juan y Elías Piña. Damos gracias a Dios por la oportunidad y el envío a esta diócesis de un pastor según el corazón de Dios, el Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres, el Sur se siente de regocijo y desde ya estamos orando por la vocación de nuestro pastor”.

La celebración fue realizada con una representación del clero y laicos para cumplir con los protocolos de higiene y distanciamiento físico, que requiere la situación sanitaria actual del país, debido al COVID-19, y transmitida por diversas plataformas de comunicación tradicionales y digitales.

Monseñor Tomás Alejo, quien tiene como lema episcopal “contemplación, comunión y misión”, presidirá su primera eucaristía como obispo de la diócesis, mañana domingo 17 de enero a las 10:00 a.m., en la Catedral San Juan Bautista de San Juan de la Maguana.

El Papa Francisco nombró al sacerdote Tomás Alejo Concepción como obispo de San Juan de la Maguana el 7 de noviembre de 2020, en sustitución a Monseñor José Grullón, quien había presentado su renuncia por razón de edad, según lo establecido en el Código de Derecho Canónico.

Sobre Monseñor Tomás Alejo

Monseñor Tomás, nacido el 15 de junio de 1963 en el municipio de Villa Tapia, provincia Hermanas Mirabal, es hijo de Confesor Alejo y María Concepción. Fue ordenado sacerdote el 7 de agosto de 1993, en Villa Tapia. Como sacerdote, fue fundador y director del Politécnico Arzobispo Juan Antonio Flores Santana, director de la Oficina Diocesana de Liturgia, vicario de la administración de la Diócesis de La Vega. Hasta la fecha era párroco de Nuestra Señora de Fátima.

5 respuestas de Mons. Tomás Alejo a una entrevista: “Recuerdo que Mons. Fausto Mejía Vallejo decía que no debían ordenarse si no tenían una experiencia de Dios y yo he visto al Señor en mi vida”.

“Cuando me hablaban de eso lo que más sentía era miedo de ser obispo. Yo solo he querido ser un simple cristiano y soy sacerdote porque siento inmensamente la vocación”.

(Ser obispo): “…es seguir siendo sacerdote con mayores responsabilidades. Al fin y al cabo, los presbíteros también son copartícipes de esa responsabilidad episcopal”.

“¿Qué ha pasado en mí? Que cuando voy a tomar ciertas decisiones Dios toma otra primero que yo y me enamoro ahí donde Él está”.

“Pero una de las cosas que siempre tengo presente en el trabajo pastoral es la familia, porque no puedes tener buenos cristianos ni ciudadanos si no tienes buenas familias”.

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