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75 aniversario de las Naciones Unidas

La conmemoración del 75º aniversario de la Organización de las Naciones Unidas se realizó el pasado mes de septiembre, en el marco de la Asamblea General, su principal órgano deliberativo formado por delegaciones de todos los países miembros de la organización. Tras dos crueles y devastadoras guerras mundiales, que dejaron millones de muertos, un grupo de países inició la organización en octubre del año de 1945, con la finalidad de mantener la paz y la seguridad de las naciones, y promover la colaboración internacional.
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El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, reconoció que “tenemos un superávit de desafíos multilaterales y un déficit de soluciones multilaterales” y enumeró males del momento sombrío que vive la humanidad: “La calamidad climática acecha. La biodiversidad está colapsando. La pobreza crece de nuevo. El odio se expande. Las tensiones geopolíticas escalan. Las armas nucleares siguen en una alerta de gatillo sensible. Las tecnologías han abierto nuevas oportunidades, pero también nuevas amenazas. La pandemia de la covid-19 ha dejado al descubierto las fragilidades del mundo. Solo podemos afrontarlas juntos”.
Desde Roma, el papa Francisco y el cardenal Parolin participaron con un mensaje de video al inicio de las sesiones, modalidad virtual que fue la constante a lo largo de las intervenciones. El oportuno mensaje del papa manifestó su liderazgo mundial y su compromiso, al proponer respuestas a los grandes desafíos ante “los efectos de la pandemia por COVID-19 en la humanidad, garantizar los derechos humanos, pero también unir esfuerzos ante el cambio climático y hacer frente a la cultura del descarte”. Como en toda conmemoración de este alcance, no queda ausente contrastar el devenir histórico de la organización. La ONU ha de profundizar en la tarea de promover la paz en el mundo e intervenir efizcamente en muchas de las crisis que amenazan la libertad y la justicia. Otro planteamiento preocupante es el referente al liderazgo mundial, con el surgimiento de algunos gobernantes sin vocación de estadistas, de tinte autoritario, violento y caricaturesco, que pertenecían al pasado. Sin embargo, la ONU es el organismo internacional que representa todas las naciones y de cara al futuro, importa considerar cuáles reformas pueden ayudar a que la entidad cumpla su cometido. Se trataría, en todo caso, que refleje “el sistema e ideales democráticos, aplicándolos al nivel más alto e institucional, que es el nivel mundial”.
MONS. JOSÉ AMABLE DURÁN
Monseñor José Amable Durán Tineo fue ordenado obispo auxiliar de Santo Domingo, en una Eucaristía presidida por Mons. Francisco Ozoria, arzobispo de Santo Domingo, el sábado 12 de septiembre en la Catedral Primada de América. Durante la homilía, Monseñor Ozoria recordó la misión del obispo como pastor, profeta, testigo, servidor de la esperanza, maestro de la fe y la verdad, al tiempo que resaltó su “llamado a santificarse y a santificar sobre todo en su ministerio”. En las palabras de agradecimiento Monseñor Amable expresó que “en estrecha comunión con la Conferencia del Episcopado Dominicano y muy especialmente, con Mons. Francisco Ozoria a quien agradezco su acogida y cerca

nía, unido a todos los demás obispos presentes, vengo a caminar y trabajar en espíritu de fraternidad, corresponsabilidad y participación”. A la misa, que fue transmitida por diversas plataformas de comunicación, participaron obispos, sacerdotes, religiosas y laicos con el debido protocolo de distanciamiento e higiene requerido.
El Papa a la ONU: “De una crisis no se sale igual, salimos mejores o peores”

“La pandemia nos ha mostrado que no podemos vivir sin el otro, o peor aún, uno contra el otro. Las Naciones Unidas fueron creadas para unir a las naciones, para acercarlas, como un puente entre los pueblos; usémoslo para transformar el desafío que enfrentamos en una oportunidad para construir juntos, una vez más, el futuro que queremos”. El Papa Francisco acaba de intervenir ante el plenario de Naciones Unidas, dentro de los actos por el 75 aniversario del organismo internacional.
En un histórico discurso (virtual como el de todos los líderes mundiales), Bergoglio destacó que la efeméride es “una oportunidad para reiterar el deseo de la Santa Sede de que esta Organización sea un verdadero signo e instrumento de unidad entre los Estados y de servicio a la entera familia humana”. Especialmente, durante esta pandemia, que “está cambiando nuestra forma de vida, cuestionando nuestros sistemas económicos, sanitarios y sociales, y exponiendo nuestra fragilidad como criaturas” y nos obliga a “elegir entre lo que cuenta verdaderamente y lo que pasa, para separar lo que es necesario de lo que no lo es”.
Dos caminos posibles
“Nos enfrentamos, pues, a la elección entre uno de los dos caminos posibles: uno conduce al fortalecimiento del multilateralismo, expresión de una renovada corresponsabilidad mundial, de una solidaridad fundamentada en la justicia y en el cumplimiento de la paz y de la unidad de la familia humana, proyecto de Dios sobre el mundo; el otro, da preferencia a las actitudes de autosufi ciencia, nacionalismo, proteccionismo, individualismo y aislamiento, dejando afuera los más pobres, los más vulnerables, los habitantes de las periferias existenciales. Y ciertamente será perjudicial para la entera comunidad, causando autolesiones a todos. Y esto no debe prevalecer”, subrayó el pontífi ce.
Al tiempo, renovó el llamamiento a todos los responsables políticos, pero también al sector privado, a tomar “las medidas adecuadas para garantizar el acceso a las vacunas contra el COVID-19 y a las tecnologías esenciales necesarias para atender a los enfermos”. “Y si hay que privilegiar a alguien, que ése sea el más pobre, el más vulnerable, aquel que normalmente queda discriminado por no tener poder ni recursos económicos”, añadió. Bergoglio también mostró su preocupación por la incertidumbre del mercado laboral y la “robotización” generalizada del trabajo, clamando por “un marco ético más fuerte, capaz de superar la «tan difundida e inconscientemente consolidada ‘cultura del descarte’”.
La humanidad violada
Una cultura del descarte que “es también un pecado contra la humanidad”, señaló, denunciando cómo “cuántos derechos fundamentales continúan siendo violados con impunidad”.
“La lista de estas violaciones es muy larga y nos hace llegar la terrible imagen de una humanidad violada, herida, privada de dignidad, de libertad y de la posibilidad de desarrollo”, recalcó el Papa, subrayando las persecuciones religiosas, que en algunos casos llegan a auténticos “genocidios”.
Tras criticar el mercado armamentístico, el Papa recordó la situación de “los refugiados, los migrantes y los desplazados internos en los países de origen, tránsito y destino”, así como de los “miles que son inter
Incurable no significa ‘in-cuidable’”

“Samaritanus bonus”, la Carta de la Congregación para la Doctrina de la Fe aprobada por el Papa, reitera la condena de toda forma de eutanasia y de suicidio asistido, teniendo en cuenta los casos de los últimos años. Se da apoyo a las familias y a los trabajadores de la salud.
“Incurable no es nunca sinónimo de ‘in-cuidable’”: quien sufre una enfermedad en fase terminal, así como quien nace con una predicción de supervivencia limitada, tiene derecho a ser acogido, cuidado, rodeado de afecto. La Iglesia es contraria al ensañamiento terapéutico, pero reitera como “enseñanza definitiva” que “la eutanasia es un crimen contra la vida humana”, y que “toda cooperación formal o material inmediata a tal acto es un pecado grave” que “ninguna autoridad puede legítimamente imponerlo ni permitirlo”.
La actualidad del Buen Samaritano
El texto, que reafirma la posición ya expresada varias veces por la Iglesia sobre el tema, se ha hecho necesario debido a la multiplicación de noticias y al avance de la legislación que en un número cada vez mayor de países autoriza la eutanasia y el suicidio asistido de personas gravemente enfermas, pero también que están solas o tienen problemas psicológicos. El propósito de la carta es proporcionar indicaciones concretas para actualizar el mensaje del Buen Samaritano. También cuando “la curación es imposible o improbable, el acompañamiento médico y de enfermería, psicológico y espiritual, es un deber ineludible, porque lo contrario constituiría un abandono inhumano del enfermo”.
Incurable, pero jamás ‘incuidable’
“Curar si es posible, cuidar siempre”. Estas palabras de Juan Pablo II explican que incurable nunca es sinónimo de “in-cuidable”. La curación hasta el final, “estar con” el enfermo, acompañarlo escuchándolo, haciéndolo sentirse amado y querido, es lo que puede evitar la soledad, el miedo al sufrimiento y a la muerte, y el desánimo que conlleva: elementos que hoy en día se encuentran entre las principales causas de solicitud de eutanasia o de suicidio asistido. Al mismo tiempo, se subraya que “son frecuentes los abusos denunciados por los mismos médicos sobre la supresión de la vida de personas que jamás habrían deseado para sí la aplicación de la eutanasia”. Todo el documento se centra en el sentido del dolor y el sufrimiento a la luz del Evangelio y el sacrificio de Jesús: “el dolor es existencialmente soportable sólo donde existe la esperanza “ y la esperanza que Cristo transmite a la persona que sufre es “la de su presencia, de su real cercanía”.

El valor inviolable de la vida
“El valor inviolable de la vida es una verdad básica de la ley moral natural y un fundamento esencial del ordenamiento jurídico”, afirma la Carta. “Así como no se puede aceptar que otro

La Comisión Nacional de Pastoral Juvenil de la Conferencia del Episcopado Dominicano celebró su V Asamblea Nacional de Pastoral Juvenil titulada “Hacia el horizonte con los pies en la tierra”. La misma fue realizada en modalidad virtual en las plataformas digitales de Zoom y Facebook los días 11 y 12 de septiembre.
Este encuentro de refl exión y discernimiento fue presidido por Monseñor José Dolores Grullón, obispo presidente de esta comisión y también obispo de la Diócesis de San Juan de la Maguana, y el padre Javier Báez Jorge, asesor nacional de Pastoral Juvenil. Se contó con la participación de 54 líderes de las diferentes comisiones diocesanas, delegados y directores de grupos y movimientos apostólicos con acción juvenil quienes compartieron experiencias y construyeron juntos la planifi - cación pastoral del año 2020.
Durante la asamblea se desarrolló una agenda que contempló dinámicas de integración, espacios de formación con invitados especiales, grupos refl exivos en torno a la realidad que viven los jóvenes de las distintas diócesis del país y mesas de trabajo donde soñaron juntos una nueva Pastoral Juvenil revitalizada.
Dentro del espacio de formación se contó con la participación especial del R.P. Francisco Coste, sj director nacional de la Pastoral Juvenil Ignaciana y del Movimiento Juvenil Huellas, quien compartió el tema sobre “El acompañamiento en la Pastoral Juvenil” donde resaltaba la necesidad de estar más cerca de los jóvenes, escucharlos y ser luz en sus caminos de crecimiento y formación.
También, participó como invitado internacional el P. Alexandre Awi Mello, Secretario Ejecutivo del Dicasterio para Laicos, Familia y Vida, quien disertó la conferencia “Hacia una Pastoral Juvenil sinodal, popular y misionera”. El Padre Awi destacó la importancia de acompañar a los jóvenes en todo el proceso de formación, ser cercanos, darle participación activa. Resaltó la necesidad de caminar unidos en el servicio pastoral, fomentar el relevo y el liderazgo entre los jóvenes, hacerlos sentir parte del proyecto de la construcción del Reino, y sobretodo, acercarnos a aquellos que se encuentran en las periferias que necesitan conocer a Dios y recibir amor. Salir de la zona de confort y aceptar el reto de la creatividad y la innovación en la nueva evangelización.
Esta V Asamblea Nacional de Pastoral concluyó con una Eucaristía presidida por Monseñor Grullón, la cual fue transmitida por Facebook, donde los líderes renovaron el compromiso de seguir construyendo la civilización del amor a través de nuevas estrategias y herramientas de gestión pastoral.
Los ejes centrales que se priorizaran para el año 2021 son: Gestión Pastoral y Responsabilidad Social; Formación y Acompañamiento; Iglesia en salida; Carismas y celebración, y Comunicación. En estos ejes de trabajo se propusieron diversas actividades donde los jóvenes serán los protagonistas de su propio proceso de formación integral, crecimiento y discernimiento vocacional a través de un acompañamiento pastoral efectivo.
Juntos soñamos una Pastoral Juvenil revitalizada, sinodal, popular y misionera, con los pies en la tierra.
Informe / Karynn Angelys Ramos
Secretaria Ejecutiva CNPJRD

Elegidos para un proyecto de Dios
P. Osiris Núñez, msc osirismsc@hotmail.com
En el mes anterior compartimos algunas ideas sobre el llamado que, por nuestra propia naturaleza de seres creados por Dios, hemos recibido. Pero este llamado no es un llamado general, aéreo y vago. Es un llamado concreto que se da en una persona real que vive en un momento de la historia y que está en la realidad de las circunstancias en la que se desenvuelve su vida.
Basándonos en lo anteriormente dicho, podemos ver la fi gura de Abraham, quien a partir del Cap. 12 del Génesis, se nos presenta como una persona llamada por Dios de una manera muy concreta, en una realidad muy defi nida. El llamado de Dios para Abraham exige dejar su clan, su identidad familiar que estaba ligada a la tierra y emprender un nuevo camino, lejano, desconocido e incierto. Es un llamado al desprendimiento total de las seguridades que Abraham había adquirido a través de su esfuerzo y de su tradición.
Pero Dios llama para algo, por eso la llamada de Abraham es una invitación de Dios para iniciar un proyecto nuevo. Le llama para que sea padre de una nueva nación: “De ti haré una nación grande y t bendeciré” Gn 12, 2a; es un proyecto de salvación que Dios tiene para toda la humanidad, pero que en la historia de la salvación inicia con el pueblo de Israel, y ese pueblo tiene un padre que es Abraham. Así él es fuente de bendición para todo el género humano: “engrandeceré tu nombre y se tú una bendición” Gn 12,2b, “por tu descendencia se bendecirán todas las naciones” Gn 22, 18a. Por lo tanto, Dios llama a Abraham para que sea fuente de bendición y salvación para la humanidad.
Sin embargo, el llamado que Dios hace a Abraham, no es tan fácil de digerir, pues Dios le promete una gran descendencia, pero son mayores de edad y apenas tiene un hijo legítimo; le promete tierra, pero muere sin poseerlas. Por eso, el fundamento de la llamada de Dios es la fe del llamado en quien le llama, porque desde un principio Abraham escucha la voz de Dios y es consecuente con lo que Dios mismo le pide. Toma el camino que Dios le marca: “Marchó, pues, Abram como se lo había dicho Yahveh” Gn 12, 4; incluso, cumple el mandato de Dios que sacrifi car su hijo, pero Dios mismo le detiene: “por no haberme negado a tu hijo, tu único” Gn 22, 16b. De esta manera, Abraham se convierte en el padre de todos los creyentes y en el modelo de hombre de fe para toda la humanidad. Hoy, en pleno siglo XXI y viviendo en esta realidad de pandemia, Dios sigue llamando a cada hijo suyo, a cada uno por su nombre y con una misión bien defi nida; llama a cada ser humano en las circunstancias que le rodean, porque las circunstancias en la que vivimos no son excusa para no escuchar su llamado; y nos llama al igual que Abraham, a desprendernos de las seguridades que nos brinda la sociedad, para lanzarnos en su proyecto de salvación, que en muchas ocasiones es un nadar contra la corriente de la sociedad actual. Por eso, es necesario afi anzar nuestra fe en Dios, confi ar en él, pues él, que nos llama, nos capacita para el llamado y siempre provee lo necesario para la realización de la misión a la que nos llama.
Al igual que Abraham, somos llamados por Dios para ser colaboradores de su proyecto de salvación para la humanidad, el cual solo es posible cuando depositamos nuestra confi anza en Dios, que nos guiará por su camino, el cual, aunque pueda parecer incierto y cuesta arriba, como lo fue para Abraham, siempre es seguro, porque Dios no se olvida sus hijos y nunca abandona al que él llama.