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La Flor de lava (Cuento)
"Había una vez, en las tierras altas de Guatemala, un pequeño pueblo llamado El Palmar, vivía en la sombra del volcán Santiaguito. Los niños del pueblo habían crecido escuchando las historias de la actividad del volcán, pero nunca habían visto una erupción en persona.
Un día, un niño llamado Juanito estaba que quería ver de cerca al volcán y descubrir su misterio. Él se aventuró en el camino hacia el volcán Santiaguito, dejando atrás el pueblo y su casa.
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El camino fue largo y difícil, pero finalmente llegó a la base del volcán. Allí, encontró una hermosa flor que nunca había visto antes. La flor era de color rojo intenso, como la lava del volcán, y tenía un aroma dulce y fragante. Juanito la recogió y pensó llevársela de vuelta al pueblo.
Sin embargo, justo cuando se estaba preparando para regresar, el volcán comenzó a temblar y a expulsar ceniza y rocas. Juanito, asustado, comenzó a correr hacia el pueblo, pero se resbaló y cayó. La flor se cayó de sus manos y se deslizó hacia la lava ardiente del volcán.
Pero para sorpresa de Juanito, la flor no se quemó, sino que comenzó a florecer y crecer a medida que se acercaba a la lava caliente. La flor se transformó en una hermosa planta con hojas verdes y pétalos rojos brillantes, que resistió al calor del volcán.
Juanito, asombrado por la belleza y la fuerza de la flor, pudo llamarla "Flor de Santiaguito". Desde entonces, la flor se convirtió en un símbolo del pueblo y su relación con el volcán.
Juanito nunca volvió a acercarse tanto al volcán, pero aprendió que la naturaleza siempre tiene algo sorprendente y mágico que ofrecer. Y aunque el volcán Santiaguito seguía siendo un peligro para el pueblo, también era una fuente de vida y belleza natural.
El volcán y el zopilote


Cuenta la leyenda que hace mucho tiempo, en el Palmar Quetzaltenango, en un volcán cercano llamado "Santiaguito". Un volcán temido por los habitantes cercanos debido a sus frecuentes erupciones.
No era cosa rara ver zopilotes cerca del volcán, pues ellos buscaban las rocas cercanas que aún se encuentran calientes para dejar sus huevos y con el calor del mismo empollar.
Un día, mientras El Coloso estaba en plena erupción, un zopilote se acercó al borde del cráter para ver qué estaba sucediendo. Sin embargo, el zopilote perdió el equilibrio y cayó al interior del volcán.
La gente que observaba la erupción no podía creer lo que habían visto. Sin embargo, después de algunos días, notaron algo extraño: las cenizas que salían del volcán comenzaron a tener un patrón extraño. Algunos decían que parecía la forma de un zopilote.
Con el tiempo, las cenizas se enfriaron y solidificaron, y los pobladores la utilizaron para hacer joyas y adornos.
La leyenda decía que el zopilote había sido transformado en la roca volcánica y que su espíritu seguía protegiendo a la gente de la zona.
Desde entonces, el zopilote se convirtió en un símbolo de buena fortuna para los habitantes cercanos al volcán, quienes lo consideran como un protector y un amuleto contra los peligros del volcán.
Aidé contra el volcán
Había una vez una niña llamada Aidé, que vivía en las faldas del volcán. Aidé amaba la naturaleza y disfrutaba cada día explorando los alrededores de su hogar. Sin embargo, siempre tenía un poco de miedo del volcán, sabiendo que estaba activo y que podía entrar en erupción en cualquier momento.
Un día, mientras Aidé estaba explorando la zona, el volcán empezó a hacer ruidos extraños y de repente empezó a vomitar lava y cenizas. Aidé, aterrorizada, corrió tan rápido como pudo, pero las rocas ardientes y el humo la alcanzaron y la dejaron atrapada.
A pesar del dolor yel miedo, Aidé encontró lafuerza y la determinación para no rendirse. Se aferró a una roca y resistió la fuerza de la lava mientras gritaba por ayuda. Los rescatistas llegaron justo a tiempo y la salvaron de las garras del volcán.
Después de ese día, Aidé se dio cuenta de que no tenía que tener miedo de las cosas que no podía controlar. En su corazón, sabía que podía superar cualquier desafío si se dañara fuerte y confiada. Desde ese momento en adelante, Aidé se convirtió en una defensora de la naturaleza y una inspiración para otros que se habían enfrentado a situaciones difíciles.

Así que, si alguna vez te encuentras en una situación similar a la de Aidé, recuerda que eres más fuerte de lo que piensas y que puedes superar cualquier obstáculo si te mantienes enfocado y confiado. No temas a los desafíos, porque siempre hay una luz al final del túnel y una manera de salir adelante.

Arturillo el Armadillo del volcán.

En una pequeña finca cercana al volcán, vivía un armadillo llamado Arturillo. A Arturillo le encantaba explorar el bosque en busca de aventuras y uno que otro gusanillo que degustar, un día, mientras merodeaba en las faldas del volcán, descubrió una cueva escondida cubierta por la vegetación.
A pesar de que la entrada de la cueva estaba cubierta de piedras y escombros, Arturillo decidió explorarla. Descubrió que la cueva estaba llena de murciélagos, pero también unos cristales hermosos logro divisar en lo alto de dicha cueva, además también se sentían corrientes de aire caliente peligrosas que venían del volcán cercano al cual los humanos llamaban Santiaguito.
De repente, Arturillo se dio cuenta de que la cueva comenzaba a temblar. El volcán estaba despertando y entrando en erupción. Arturillo se apresuró a salir de la cueva y corrió tan rápido como pudo, pero una corriente de aire caliente lo atrapó y lo lanzó hacia el interior del volcán.
Arturillo quedó atrapado en el volcán, pero encontró una forma de protegerse de las corrientes de aire caliente y la lava. Descubrió que podía enrollarse en una bola y así proteger su cuerpo de los peligros. Con su nueva habilidad, Arturillo pudo escapar del volcán y regresar a la seguridad de su hogar en la finca cercana.
A partir de ese momento, Arturillo se convirtió en un héroe para los demás armadillos de la Finca y se le conoció como "El Armadillo del Volcán". Ya que fue el primero en descubrir que enrollándose podía protegerse de la furia de la naturaleza.
Su historia se convirtió en una leyenda y se transmitió de generación en generación.

Juanito el aventurero.
Había una vez un niño llamado Juanito Que era muy aventurero y atrevido Un día se dedicó a explorar una cueva Que se decía era volcánica y muy nueva


Juanito tomó su linterna y su mochila Y se adentró en la cueva sin pensar en las consecuencias, Al principio todo parecía normal Pero luego notó que algo no estaba igual.
La cueva temblaba y hacía ruido, Juanito se asustó y se sintió perdido, Pero no se rindió y siguió avanzando Hasta que llegó a un lugar sorprendente y asombroso
Allí encontró un río de lava ardiente que le hizo sentir temor en la mente, Pero de repente, vio algo muy especial Una piedra brillante y muy celestial.
Juanito sintió que era un tesoro muy valioso Y llevaba consigo sin ningún reposo, Pero cuando salió de la cueva, algo ocurrió El volcán empezó a erupcionar y todo explotó

Juanito corrió tan rápido como pudo Hasta que encontró un lugar seguro y pudo mirar hacia atrás y ver la belleza del volcán Que por siempre le recordaría esta aventura sin igual.
Desde ese día Juanito aprendió una lección
Que la aventura tiene su riesgo y emoción Pero que siempre hay que estar preparado Para enfrentar cualquier desafío con valor y agrado
La serpiente, el zorro y el conejo.
Había una vez una serpiente que en la selva vivía contenta, Su piel brillante y colorida causaba envidia a la vida.
Un día explorar y en el bosque se puso a jugar se encontró con un conejito que temeroso huía de un zorrito
La serpiente lo llamó y le preguntó qué le pasó al conejo, le contó su desgracia y la serpiente lo abrazó con gracia
La serpiente y el conejo se hicieron amigos y juntos pasaron ratos divertidos, Los demás animales la aceptaron y su amistad con el conejo admiraron.


Desde entonces la serpiente aprendió que la amistad es algo que se cosecha y se siembra con amor y nunca más se sintió sola porque la amistad en su vida se había hecho una bola.
Y así la serpiente aprendió una lección que la amistad es la mejor conexión y que no importa la forma o el color siempre habrá un amigo para el corazón.
Santiaguito y la hormiga
Había una vez un volcán, llamado Santiaguito, muy especial, en su cima siempre ardía, y con fuerza siempre rugía.

Todos los animales del lugar, temían al volcán sin cesar, pues cuando Santiaguito se enfurecía, hacía temblar toda la montaña.

Pero un día llegó una pequeña hormiga, que hablóle sin prisa, "¿Por qué estás siempre enojado, volcán?, ¿No te das cuenta de que haces mal?".
Santiaguito se quedó pensando un rato, y poco a poco fue comprendiendo, que no tenía razón para explotar, y que podía cambiar su comportamiento.
Así que empezó a ser más tranquilo, ya los animales les parecían asombrosos, que el volcán más temido del suelo, ahora fuera un volcán bondadoso.
Desde entonces, Santiaguito se convirtió, en un volcán muy querido por todos, y cada vez que entró en erupción, era solo para alegrar los corazones.
Y así termina nuestra historia, con un final lleno de gloria, recordando siempre que el cambio es posible, y que hasta el volcán más fiero puede ser amigable.
Título del juego: "ESCAPA DE LA ERUPCION"
Objetivo del juego: El objetivo del juego es ayudar a un grupo de animales a escapar de la erupción de un volcán activo.
Cómo jugar: El juego es un juego de mesa que se puede jugar con 2-4 jugadores. Cada jugador elegirá un animal o ficha para representar y colocará su ficha en el punto de partida del tablero. El tablero representa cuatro caminos hacia diferentes direcciones que al final se unen en uno solo.
Cada jugador debe lanzar un dado y avanzar su ficha en consecuencia. En el camino, los jugadores encontrarán diferentes desafíos relacionados con la actividad volcánica, como flujos de lava, gases, avalanchas, lahares, flujos piroclasticos, incendios volcánicos etc.
El objetivo es llegar al final del camino y alcanzar el lugar seguro, antes de que el volcán entre en erupción.
El primero en llegar al punto seguro es el ganador, los jugadores que se queden atrás, quedarán atrapados en la erupción y perderán
Las cartas se utilizarán al pasar por el área de eventos volcánicos, cada participante deberá leer el número que le toco y realizar la actividad que ahí se le plantea.
Es importante resaltarles a los niños en que consiste el kit de emergencia, partiendo de los conocimientos previos de cada uno, apoyando la ampliación o corrección si fuese necesario.




