ENFERMEDAD

El ser se resquebraja. Las células del cuerpo hasta las más escondidas, sufren los embates del quebranto.

Con la enfermedad , ya nos distanciamos de la alerta, ya nos volvemos vulnerables.

Mientras tanto; cada uno de nuestros analizadores siente el colapso.

El desequilibrio, nos deja a solas de cara a las dolencias.

En este estado de conmoción interna, añoramos el estar bien, encontrarnos con salud, dejando que cada aparato obligadamente, cumpla su función sin contratiempos e imperceptiblemente.

Y así el ser, con sus cuidados y valorando lo que tuvo, empieza a procurar su anhelado equilibrio. 2004-05-19