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Bullying

Bullying... Violencia escolar... Convivencia escolar en crisis...? Qué está sucediendo...?

La escuela de Hoy no responde a los intereses de los niños de hoy. La escuela de Hoy es aburrida responde a un mundo que se quedó en los siglos pasados. El curriculum instalado busca resultados y la vida son emociones. Con todo respeto, pero si no decimos las cosas por su nombre, la situación va a hacer incontrolable. Una de las CAUSAS que afecta el estado de lo que acontece en la escuela es por lo siguiente: Desde la Escuela Internado G -35 de VISVIRI, de la Región de Arica y Parinacota hasta la escuela F-50 de Villa las Estrellas de la Región de Magallanes y la Antártica de Chile tiene el mismo curriculum diseñado, planificado, organizado, administrado, controlado y medido por el nivel central. Es más, compiten de la misma manera, en el SIMCE, como si las 15 Regiones, 54 provincias y 346 comunas fueran idénticas; y si quisiéramos complementar el diagnóstico diríamos que el curriculum imperante es basado en OBJETIVOS, en donde las bases institucionales son los contenidos y sus paredes refractarias es el conductismo y la memoria de corto plazo.- Para no sobreideologizar este análisis, esto ha acontecido en los últimos 50 años y se ha agudizado en los últimos 13 años. (Aplicación del SIMCE).El tema de Hoy es que estamos en el siglo 21, en el cual los niños de hoy, tienen múltiples formas y maneras de acceder a la información y al conocimiento. No solo la escuela forma o deforma. Los niños tienen variadas y simultáneas plataformas interactivas en donde el motor de sus acciones de aprendizajes es la emoción. Si tenemos dudas con el desarrollo neuronal de los niños de Hoy y sus maneras simultáneas de aprender y de sus modos de cómo aprenden, es cosa de mirar, a nuestros hijos, o a los nietos que pululan por las casas y los cibercafé de nuestro país.- Hoy más que memorizarlo todo hay que saber observar; buscar; seleccionar; ordenar; relacionar; comparar; analizar; concluir; opinar; proponer; elaborar; y desarrollar todas aquellas habilidades y competencias que den sentido a la era en que estamos viviendo. Concluyendo, la escuela de hoy debe atraer, reencantar, entretener, acompañar, y orientar a los niños de hoy, y tratando de ser mínimamente invasivos , para que estos puedan , desarrollar la maravillosa aventura de aprender por si mismo.

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Ilustración:http://elkioscobloggero.wordpress.com

Sistema educacional Chile, país excluyente

En nuestro país, es el sector sociocultural quien determina el currículum de las personas. Tanto la educación como la salud dependen del capital económico que éstas posean. Adicionalmente, los ingresos son fehaciente desiguales: el quintil más alto de la población supera 10 veces al más pobre, representando el 51% de la totalidad de los sueldos del país. Los resultados de la Prueba de Selección Universitaria, PSU, nuevamente, evidenciaron la brecha educacional existente entre los colegios públicos y privados. Éste último sector se llevó la mayoría de los puntajes nacionales, con el 66% del total. Cabe destacar, que las becas universitarias son siempre para alumnos de colegios con excelencia académica, lo que implica que la marginalización se expande hasta la educación superior.

SEGMENTACIÓN DESDE LA CUNA

Todas las universidades desean tener a los mejores alumnos en sus casas de estudios. Sin embargo, para la mayoría de ellos, los que tienen una buena y sólida formación académica, pagar la educación superior no significa precisamente un sacrifico, pues tienen un buen estrato económico. A diferencia de otros jóvenes que obtener una beca, es la única vía de acceso para la universidad. Los alumnos pasan por un proceso de segmentación que tiene directa relación con el dinero y las inversiones que se hacen o no con él. “Los que tienen más plata siempre van a tener mejor educación y al final son los que tienen mejores puntajes y a los que becan en la universidad”, describe Diana Orellana (18), puntaje nacional en matemáticas del Liceo número 1 Javiera Carrea. El Director del CPCE, Centro de Políticas Comparadas de Educación, de la Universidad Diego Portales, José Joaquín Brunner, dice que el gran desafío ahora es que la calidad sea relativamente similar, “de tal manera que el sistema no segmente por clase social”. Asimismo, reconoce que si bien, la educación primaria ha logrado universalizarse en el país, se siguen reproduciendo las desigualdades desde la cuna. “El sistema tiene la tendencia de segmentar a los niños y a los jóvenes desde la más temprana edad, inscribiéndolos en circuitos escolares y académicos que refieren no tanto a sus capacidades, merito y esfuerzo de los estudiantes, sino que representan, fundamentalmente, el lugar socioeconómico y cultural de su nacimiento, es decir, el tipo de familia de origen”, explica Brunner. Es entonces que el surgimiento de una persona en Chile, funciona con la misma lógica que la herencia: con una predeterminación.

Los que tienen más plata siempre van a tener mejor educación y al final son los que tienen mejores puntajes y a los que becan en la universidad.”

Son las 6:45. Diana Orellana apaga el despertador. Se levanta y toma un bus de Lampa a Santiago. Está nerviosa. A las 9:30 va a dar la PSU de Lenguaje y Comunicación, solo queda media hora de espera. Ella quiere entrar a Ingeniería Civil en la U. de Chile. Al otro lado de Plaza Italia, en el sector oriente de Santiago, Mauricio Barra (18) toma desayuno tranquilo. Su padre lo va a dejar en auto al colegio cerca de su casa en Vitacura donde dará la prueba. También quiere estudiar Ingeniería Civil, pero en la U. Católica. Los dos fueron becados en el Preuniversitario Pedro de Valdivia por sus buenas notas y obtuvieron puntaje nacional en matemáticas. Diana fue la única que sacó 850 puntos en el Liceo 1, el mismo donde estudió la ex Presidenta, Michelle Bachelet, y la senadora DC, Soledad Alvear. El ex Instituto de Señoritas de Santiago es considerado como un colegio de excelencia académica por el Sistema Nacional de Evaluación al Desempeño, SNED, otorgado por el Ministerio de Educación.

A Diana, la Universidad de Chile le ofrecía becarla en toda la carrera y con la posibilidad de reprobar dos ramos anuales. Por otro parte, la U. De Santiago de Chile también le daba beca completa, pero además, un sueldo anual de de dos millones de pesos y el 50% de un posgrado en dicha casa de estudios. Mientras que la U. Católica la becaba siempre y cuando ella fuese la mejor alumna de su generación durante todos los años de su carrera.Se quedó con la primera.

Cruzando Santiago, en el San Ignacio del Bosque, Mauricio Barra fue uno de los tres puntajes nacionales del colegio jesuita. En cuatro ensayos del preuniversitario había logrado los 850 puntos en matemáticas. “No le puse mucho empeño hasta las últimas dos semanas, que es cuando yo sé que me iba a entrar mejor la materia. Es una cuestión mía, estudiar a última hora para tener la materia fresca”, cuenta.

Mauricio se siente privilegiado frente a sus pares. “Considero que importa muchísimo el colegio y el entorno social en que uno vive, la familia por sobre todo”. Y continúa: “No es solo tarea del gobierno arreglar la educación. También es la casa la que te forma como persona”. El objetivo del colegio jesuita es formar a una persona íntegra, cuenta Mauricio. “Por lo mismo le ponen mucho color al deporte y a las experiencias sociales”. Tienen actividades obligatorias como orientaciones, campamentos padre e hijo, trabajo ecológico, de fabrica, de invierno y de verano. Todas éstas se cierran con espacios de reflexión. Barra entró a Ingeniería Civil en la U. Católica, igual que su padre. Sus dos hermanas también están en dicha universidad. El primer año a Mauricio lo becan con el 50% de la carrera, pero para mantenerla, debe ser el mejor alumno de su promoción. “Yo, en realidad, quiero estudiar teatro, espero sacar las dos profesiones al mismo tiempo, por eso prefiero la U. Católica porque tiene doble titulación”. Y agrega: “No sé como ejercería de ingeniero, lo elegí porque no me cuestan las matemáticas”, dice. Tanto Mauricio como Diana cursaron la enseñanza media en colegios de buena calidad. Solo que para Barra el título es más importante que la vocación.

Ilustración:http://para-viajar.com/

PSU FUERA DE SANTIAGO

Ilustración:http://www.anip.cl/articulo/la-reforma-educacional-de-lavin/

Rafael Bravo (19) trabaja como locutor en una radio de Talca. Lo único que quiere es estudiar Periodismo. La Universidad Mayor lo becaba en la carrera por ganar un concurso en que trabajaba una imagen con Photoshop. Es segunda vez que rinde la PSU, ésta vez, la preparó con preuniversitario y le fue peor que el año pasado: ponderó 445. Le faltaron 5 puntos para postular. Por eso decidió entrar a Comunicación Audiovisual Digital en la Universidad Santo Tomás de su ciudad. Cuando Rafael pasó a primero medio en el Liceo Abate Molina, se produjo la Revolución Pingüina. “Éramos el liceo que comenzaba con los paros en Talca durante los cuatro años de enseñanza media”, y continúa: “A veces no me dejaban ir, pero me arrancaba para asistir. En cuarto medio hubo menos paros pero las actividades seguían”, afirma.

LA DIFERENCIA EN LOS RECURSOS

La brecha más grande entre un colegio público y uno privado, según Diana Orellana, está en los recursos que se disponen. El liceo 1 es público, es decir, no se paga mensualidad y la matrícula cuesta 3 mil pesos. En el San Ignacio, en cambio, se cobra mensualidad diferenciada, que se acuerda dependiendo del ingreso familiar, el que varía de los 40 hasta los 300 mil pesos. “Se nota que los colegios privados manejan ciertas herramientas que nosotros nunca en la vida hemos visto”, dice Diana luego de participar en unas olimpiadas de física, donde los alumnos de colegios pagados tenían una mayor formación para trabajar en laboratorios, y junto con eso, la preparación para escribir buenos informes. “Ellos trabajaban todos los días con esas máquinas”, dice. Otra diferencia se ve en las áreas verdes. Mientras que en los colegios públicos están acostumbrados a tener todas sus actividades en cemento, los privados tienen canchas especializadas para cada actividad extra programática, como fútbol, voleibol, basquetbol y atletismo, entre otros.

TRANSFORMACIONES EN EL JARDÍN

“Se necesita una reforma. Yo creo que se debe empezar con los más chicos. Si a un niño de primero básico lo obligan a estudiar y nunca le dan los motivos, no sirve de nada, necesita estímulos”, opina Diana Orellana. Lo primero y lo más importante, desde el punto de vista educacional, según Brunner, es entregarles a los niños posibilidades de atención temprana en jardines infantiles de buena calidad. Vale decir, que dichos lugares tengan profesionales bien formados, que no exista un número excesivo de preescolares por personal adulto, y que se lleve a cabo lo que se supone que la familia burguesa hace relativamente bien. Esto es estimular la parte socioemocional y cognitiva de los niños en su etapa clave, el momento en que el cerebro se está desarrollando de manera más acelerada, y por lo tanto, de la base biológica de lo que el día de mañana va a ser su inteligencia, curiosidad, motivación de aprendizaje, capacidad de lenguaje y formas de comunicarse. Brunner especifica: “Mientras no hagamos eso, es un sueño aspirar a una educación igualitaria”. Chile, necesita modificarse.