Dolorosa Recoleta

En el templo de la Recolección, radiante de esplendor, Reside la Virgen de Dolores, símbolo de amor. Su imagen consagrada, oh Madre celestial, Inspira devoción profunda, en un canto celestial.

Venerada y amada, tu figura se alza, dolorosa y serena, en tu manto de paz. Tus lágrimas simbolizan el sufrir de la humanidad, pero también la esperanza, que en tus manos depositas con bondad.

En tus ojos hay tristeza, pero también compasión, tu mirada abarca todos los rincones del corazón. En tus manos sostienes un corazón traspasado, recordando el sacrificio de tu Hijo amado.

Oh Virgen de Dolores, consuelo en la aflicción, eres faro de luz en la oscura obscuridad. Los fieles se arrodillan ante tu presencia divina, buscando tu amparo y guía, en cada día.

En tus pies reposa el mundo, en tu regazo el dolor, pero también la esperanza de un futuro mejor. Los fieles te llevan en procesión solemne, llenando el aire con cánticos y oraciones fervientes.

Tus lágrimas son perlas que caen con ternura, enjugando las heridas de cada criatura. Eres la Madre amorosa que acoge a los perdidos, brindando consuelo en los momentos de más duelo.

En el templo de la Recolección, tu imagen resplandece, elevando el espíritu y fortaleciendo la fe. Oh Santísima Virgen de Dolores, en ti confiamos, guiados por tu amor eterno, hacia el cielo avanzamos.