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6. CONCLUSIONES
Chicago cuenta con uno de los planes urbanos mejor diseñados de la era moderna. Además es la ciudad que vió nacer a la primera Escuela de Sociología Urbana del mundo, y la cual atrajó a miles de inmigrantes que buscaban una nueva vida. Sin embargo el planeamiento urbano no supo superar la discriminación social que durante muchas décadas azotó los barrios. Ahora se nos presenta como la ciudad más segregada de Estados Unidos.
Para comprender la situación actual, tenemos que irnos un siglo atrás. La segregación de clase y raza comenzó en Chicago a principios del siglo XX, con la masiva inmigración que llegó a la ciudad buscando trabajo. La fragmentación fue creciendo a medida que la sociedad de consumo se iba instaurando en la ciudad. Los grandes planes urbanos que la ciudad tenía a principios de siglo, no pudieron hacer frente a una sociedad dividida. Las leyes urbanísticas del momento no impedían esta segregacion, por el contrario fomentaban la polarización social mediante restricciones de compra-venta de viviendas a ciertos grupos sociales. Además los programas de viviendas sociales marginaban a las clases obreras inmigrantes en guetos al sur de la ciudad. De esta manera la ciudad de Chicago se fue conformando por distritos independientes huyendo del principio de integración que Burnham ideó. Los boulevares no terminaron de prosperar y en cambio los distritos comenzaron a funcionar de manera independiente como “archipiélagos urbanos” sin conexión entre ellos. Esta idea era más eficaz a la hora de gestionar la diversidad étnica y económica que la ciudad ostentaba en ese momento. La fragmentación espacial era la consecuencia inevitable para evitar disturbios raciales y enfrentamientos entre ciudadanos.
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En la actualidad, descubrimos mediante los análisis realizados en este estudio, que los barrios que presentan mayor segregación son los barrios más humildes en su mayoría. Igualmente corresponden a barrios de mayoría afroamericana o latina. Esto nos lleva a deducir que la segregación actual no solo se mueve por motivos étnicos sino también por motivos económicos. La polarización social sigue en aumento y la ciudad ha aumentado sus núcleos de extrema pobreza en la última década. Esta fragmentación ha llevado a Chicago a reportar grandes índices de criminalidad durante toda su historia. La fragmentación social que hemos visto ha favorecido estos actos violentos, durante toda la historia. Estos incidentes son protagonizados en su mayoría por pandillas callejeras en los barrios más afectados por la segregación.
La ciudad es dueña de los actos que ocurren en ella. Si queremos reducir la criminalidad y mejorar la integración social en Chicago, son las políticas urbanas las que deben actuar. Para conseguir así que la ciudad del viento recupere su máximo esplendor arquitectónico y social.
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