10 minute read

Nota de tapa

Next Article
Editorial

Editorial

Repasamos la maravillosa odisea de Rodolfo Rossi, quien unió la República Argentina corriendo más de 5.000 km desde el norte hasta el sur.

La vida es una aventura fascinante, y Rodolfo Rossi está dispuesto a vivirla. “La vida es una sola, y si no estás dispuesto a correr el riesgo, a intentar, a seguir tras tus sueños, luego te sentirás peor. Llegarás al final de tu vida y te preguntarás: ¿Por qué no intenté tal cosa? Sería triste que eso sucediera”, afirma con seguridad. Fernando es un reconocido atleta argentino con una historia digna de contar. Si bien es un deportista de trayectoria, recientemente saltó a la fama por concretar una gran travesía: corrió por toda la Argentina desde la localidad de La Quiaca (en la provincia de Jujuy, al extremo norte del país) hasta Ushuaia (en la provincia de Tierra del Fuego, al extremo sur del país).

En total fueron 5.596 kilómetros corriendo por la Ruta nacional 40. Atravesó 12 provincias en 113 días, con un promedio de 50 kilómetros por día. ¡En todo el recorrido, Rodolfo tomó más de 500 litros de agua y gastó 9 pares de zapatillas!

Por eso, fue un privilegio contar con la visita de Rodolfo en la sede de la Asociación Casa Editora Sudamericana.

Con él mantuvimos esta conversación.

Texto: Fernando Iriarte (pastor de jóvenes) y Pablo Ale (director de Conexión).

¿Por qué te gusta correr?

Es una larga historia. Yo tenía nueve años y estaba con mi familia de vacaciones en el Uruguay. Recuerdo el día: 5 de enero de 1998. Las calles estaban todas cortadas porque había una carrera importante. Yo quería ver, pero todos me tapaban. Mi papá me alzó sobre sus hombros, y ¡estábamos justo en la línea de llegada! Al instante vi a los corredores terminar la prueba atlética. ¡Fue impresionante! Eran todos corredores profesionales de diversas partes del mundo, de Kenia, de Etiopía... Todos tenían algo en común: se los veía cansados por el esfuerzo, ¡pero muy felices! Eso me marcó. Quise ser como ellos.

Al año siguiente volvimos a ese lugar. Mi papá me quiso anotar en la carrera. No nos permitieron porque era menor de edad.

No me rendí. Al otro año regresamos, y me papá se anotó para correr, ¡y corrí con él! Tenía once años y completé los ocho kilómetros del circuito. Así ingresé en el mundo del atletismo.

Desde allí, no paré. Comencé a entrenar por mi cuenta. Corría lo más rápido que podía y mi papá me seguía en el auto con un cronómetro. Luego, me inscribí en grupos de running. Allí aprendí a correr mejor. Tuve muchos y muy buenos entrenadores.

¿Te convertiste en corredor profesional?

No. Porque quería estudiar y trabajar. Entrenaba mucho y tal vez podría haber llegado. Mucha gente me alentaba; decía que podría llegar a una marca olímpica. Pero tomé otros rumbos, otras decisiones. No obstante, siempre corrí. Nunca dejé de correr y de entrenar.

A los 19 años realicé mi primera media maratón. Tips para empezar a correr, según Rodolfo Rossi • Respetar etapas, no tomar atajos. • Recordar que es un proceso. • Estar bien asesorado por un entrenador experimentado. • Tener una alimentación sana. • Tener un estilo de vida sano. • Tener la vestimenta y el calzado adecuados.

¿Cómo surgió el sueño de correr a lo largo de la ruta 40 uniendo toda la Argentina?

Fue un sueño que nació hace muchos años. En 1998 recorría el país trabajando. Conocía esa ruta, conocía todo. Y ahí surgió el sueño. ¿Por qué no cubrir corriendo todo esto que recorrí en vehículo? Ya había corrido una media maratón de 21 km a los 19 años, pero nunca había corrido, por ejemplo, 42 kilómetros. Así que, correr miles de kilómetros era un sueño. Al final se cumplió... ¡17 años más tarde!

Hay que saber esperar...

Sí, y saber entrenar... Para entonces ya había entrado en el mundo de la ultra maratón.

¿Qué son las ultramaratones?

Son maratones, pero con distancias más largas que 42 kilómetros. Corrí muchas y por diversos lugares del mundo. En 2003 corrí mi primera ultramaratón de 100 kilómetros en Taiwán, y en 2014 la corrí en Qatar.

¿Y esas carreras te fueron preparando para correr 5.000 kilómetros?

Por supuesto. Y también otro desafío que asumí: lograr el récord Guinness por correr 24 horas seguidas.

¿Lo lograste?

No. Les cuento. A las 11 horas de correr, me descompensé. Esto fue en 2010, corriendo sobre una cinta. Pero en 2011 lo intenté de nuevo. ¡Y lo conseguí! Pude correr 212 kilómetros en 24 horas seguidas. De todos modos no logré el récord, que es de 248 kilómetros en 24 horas.

Igualmente, ¡felicitaciones!

¡Gracias! Sí, estoy feliz porque mi marca ocupa actualmente el puesto número 11 en el ranking.

¿Y entonces tu próximo objetivo fue recorrer la Argentina?

Sí. Y tuve una gran motivación. Cuando estaba intentando el récord de correr por 24 horas, me visitó el rector del colegio al que había asistido. Y me preguntó cuál era mi siguiente desafío. Le conté que era recorrer la Argentina y me alentó a realizarlo. Lo valoré mucho, porque él tiene una historia muy dura. Como tenía sobrepeso, empezó a correr. Y, gracias a este nuevo estilo de vida, adelgazó. Su esposa corría con él. Todo estaba bien, hasta que en una carrera la mujer fue atropellada accidentalmente y murió. Fue devastador.

Entonces, ¿dejó de correr?

¡Nada de eso! Siguió corriendo más aún. Y dedicó su vida a esto. Para él, el correr es una vía para superar obstáculos y problemas. Eso me impactó. Lo volví a ver en 2013, cuando llevé a mis hijos a anotarlos en el colegio. Me preguntó entonces: “Y ¿cómo va tu sueño?” Antes de que pudiera responderle, expresó: “Te quiero ayudar”.

¡No se había olvidado!

No. Y me dijo que lo organicemos. Y así empezamos a trabajar. Lo planificamos para 2015. Hubo que formar el equipo, buscar sponsors y ONGs para ayudar.

La travesía, en números 5.596 km

113 días 12 provincias 50 km diarios 9 pares de zapatillas 500 litros de agua

¿Hubo algún entrenamiento especial?

Sí, por supuesto. Para lograr eso, la clave es correr, entrenarse y planificar. Para entonces había corrido más de 120.000 kilómetros en toda mi vida. Además, consulté con deportólogos y nutricionistas.

¿Cuáles fueron las dificultades más grandes en este recorrido?

¡Muchas! Pero destaco los vientos. En la ruta 40, el viento corre de norte a sur, lo que significa que siempre tenía viento en contra. En la Patagonia, hubo un día que tuve que correr con vientos de 120 kilómetros por hora. Otro problema fue la altura. Hay más de 5.000 metros de altura en algunos lugares. También podría agregar el frío. Tuve temperaturas de hasta 14 grados bajo cero.

Otro problema fue el terreno; los caminos de ripio, más que nada. Son piedras sueltas, arena, lo que me perjudicó las rodillas. Pasé varias veces por hospitales para atenderme. Había días en que no podía más. El dolor se volvía insoportable. Pero había que seguir.

¡Y llegaste! ¡Enyesado, pero llegaste! En el libro relatas la historia de cómo te pasó, ¿verdad?

Sí, fue muy raro. Estábamos cerca de Esquel, en la provincia de Chubut. Resulta que al inicio de la aventura, en el norte del país, un pequeño perro se nos unió. Y nos siguió todo el camino. Esa noche, nuestro pequeño acompañante comenzó a pelearse con otro perro. Los quise separar, pero me caí al suelo sobre mí mismo y me quebré un dedo. ¡Otra vez en el hospital! El médico advirtió que no podría seguir corriendo. Me pusieron un yeso muy pesado. Corrí dos días con él. Luego, respiré aliviado porque me pusieron otro yeso más liviano.

¿Cuál fue el máximo de kilómetros recorridos en un día?

(Piensa) Unos 70 kilómetros...

¿Qué enseñanzas o valores te dejó esta carrera?

Lo que más me impactó fue la generosidad de la gente común. Fue increíble. Salían a recibirme en la entrada de los pueblos o las ciudades y me daban lo que tenían: agua, comida, frutas... de todo. Otra enseñanza que me llevo es que todos somos habitantes de un país y que no debemos hacer distinciones de ningún tipo. Me hice rico al conocer tantas culturas y al oír sus historias.

Por ejemplo...

Iba corriendo por la provincia de La Rioja, y a la entrada de una ciudad un hombre me esperaba en la ruta. En el diálogo, me dijo que me daba todos los bienes que quisiera: dinero, alimentos, todo... “Ya nada tiene valor para mí y lo quiero compartir”, me dijo. Resulta que

tenía una enfermedad terminal. Estaba desanimado, y saber que íbamos a pasar por allí lo reanimó. Otra historia que me impactó fue en la provincia de Mendoza. Yo estaba en un gimnasio haciendo una rutina física para descansar, y a mi lado estaba una señora haciendo ejercicio. Había tenido una parálisis muy severa y tenía su movilidad reducida. Pero ya había hecho grandes avances. Y soñaba, algún día, con hacer deportes. Ejemplos así te fortalecen.

Emocionante.

Y así podría seguir... Hay muchas más historias en mi libro Corre 40.

Corre 40 es el libro de Rodolfo Rossi, donde relata las vivencias de esta carrera por toda la Argentina. Más información en: www.corre40.com.ar Más fotos en: facebook.com/corre40

¿Qué valores personales te deja el practicar running?

Disciplina para entrenar (es decir, métodos, determinación y objetivos claros); superación personal (saber que la competencia es de uno con uno mismo, y no con los demás); aceptación y perseverancia (esto se refiere a saber que no siempre tendrás un buen día y harás tu mejor marca, pero que tienes que seguir entrenando); y algo fundamental: entender que el éxito es la sucesión de un montón de fracasos de los cuales aprender. Yo no creo en la suerte. Creo que el camino al éxito está lleno de fracasos.

Fracasar y seguir...

¡Exacto! Nunca abandonar. Siempre ajustar y mejorar. El problema, creo yo, es que hoy es todo muy efímero y superficial. Tiene que ver con la comodidad y con la instantaneidad. Creo que debemos inculcar la cultura del esfuerzo a las nuevas generaciones. Las cosas no vienen solas. No se logran solas. Se trabaja por ellas. Se insiste y se vuelve a intentar.

¿Qué mensaje les puedes dejar a los jóvenes que leerán esto?

Que nunca abandonen su sueño; que nunca dejen de luchar por alcanzarlo. Hay muchas tentaciones para hacer eso. Hay otros caminos, hay atajos. Pero no sirven. Sirve la paciencia, el sacrificio y el seguir. El running hoy está de moda. Todos corren. Y piensan que de un día para el otro van a lograr cosas... Pero no: hay que tener criterio y entrenamiento; motivación y paciencia.

Pero ¡cuidado! Si bien creo que todo sueño es posible, a veces somos muy idealistas y nos quedamos solo con eso. Para concretar los sueños se ne-

Nuevos desafíos

El próximo objetivo de Rodolfo es clasificar para el Mundial de Ultramaratón de Pista que se disputará en Austria, en mayo de 2019. La prueba consiste en correr durante 24 horas en un estadio. Participan casi 300 atletas de 60 países. Cabe destacar que hay tres mundiales de Ultramaratón: uno es el ya mencionado, correr en pista por 24 horas; otro consiste en correr 100 kilómetros en ruta; y un tercero es correr 100 kilómetros en la montaña.

Carrera solidaria

La odisea de unir el país corriendo tuvo un fin solidario: ayudar a tres ONGs. ¿Quieres saber cuáles son y qué hacen? Fundación Ruta 40: Ayuda a escuelas de nivel primario que están sobre o cerca de la ruta 40 a lo largo del país. Deportistas por la paz: Fundación que ayuda a estudiantes del nivel secundario.

Programa Abanderados Argentinos:

Becas para que alumnos del interior del país que fueron abanderados en sus escuelas estudien en la Universidad de San Andrés, Bs. As. TIENES QUE SABER, TAMBIÉN, QUE PARA LOGRAR UN SUEÑO GRANDE HAY QUE RESIGNAR UN MONTÓN DE COSAS.

cesitan herramientas. Y creo que la educación te brinda esas herramientas.

Es cómodo vivir sin sueños. Pero no sirve. No te hace feliz. Hay personas que van todos los días al trabajo y no son felices. No quieren hacer eso; y no hacen nada para cambiar la situación. La comodidad te impide cumplir los sueños. Por eso, no te estanques, no te quedes. ¡Ve por más!

This article is from: